Hay una entrevista en catalán muy completa al taxista del Tesla.
En ella, Talib Syed Junaid expone que después de gastarse 95.000 euros en el vehículo y los gastos burocráticos, no ha recibido ningún tipo de ayuda o subvención por parte de organismo oficial alguno. Hasta el cargador en su comunidad de vecinos lo ha tenido que pagar él íntegro.
Tiene una autonomía real de 375 kms diarios y si ve que se va a quedar corto, se acerca a uno de los dos únicos cargadores rápidos de Barcelona y en media hora completa la carga para terminar el día.
Según sus números, en ocho años amortizará el vehículo (un taxi convencional cuesta cuatro).
Por ello, cuando se le acercan sus compañeros intrigados por la flamante adquisición y les explica esto y todas las vicisitudes que ha tenido que pasar, dan todos un paso atrás, gesto inequívoco que muestra lo verde -de inmadura, no de ecológica- que está la situación aún para este tipo de vehículos en el transporte público de las grandes ciudades.