Un hombre sufre un gravísimo accidente de circulación y es trasladado a un hospital donde lo operan de urgencia. Cuando sale del coma, recibe la visita del cirujano que lo operó:
- "Ha tenido usted mucha suerte, le diría que ha vuelto a nacer. La operación ha salido muy bien y podrá hacer vida casi normal. Únicamente hay un handicap y es que en el accidente ha perdido usted el pene y, por más que lo buscaron los de Atestados, no lo han encontrado. No obstante, la compañía aseguradora le indemnizará con 8.000 € y con ese dinero yo puedo reimplantarle uno que les proporcionará el mismo placer, tanto a usted como a su esposa. Ahora bien, debo advertirle que si le implanto un pene de 19 cm y su mujer está acostumbrada a uno de 12 cm, sufrirá mucho; por el contrario si le implanto uno de 12 cm y estaba acostumbrada a uno de 19 cm, nunca quedará satisfecha. Así que, como no es urgente, háblelo con su esposa y mañana me dice qué decisión han tomado."
Al día siguiente, vuelve el cirujano y se encuentra al paciente apesadumbrado.
- "¿Y bien, qué decisión han tomado?"
- " Mi mujer dice que con los 8.000 € prefiere que reformemos la cocina."