Aunolose
Adict Member
https://www.seguridadapple.com/2018/07/apple-contra-la-justicia-australiana.html
Estas empresas grandes son mi debilidad
Estas empresas grandes son mi debilidad
Este se lo dedico a Aunolose,que estas cosas le gustan.
https://www.lasprovincias.es/sociedad/mundo-viral/policia-nacional-advierte-20180730185426-nt.html
https://www.hibridosyelectricos.com...motores-intrarrueda/20180828133724021388.html
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Pero... Entonces no es un remolque no? Sería... Un tren de carretera? Para homologar eso en España se las van a ver y desear. No creo ni que se pueda conducir con el B!!! Ahora que la idea es estupenda.
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No hombre como que un tren de carretera seria más como un autobús articulado pero sin conectar una parte con la otraPero... Entonces no es un remolque no? Sería... Un tren de carretera? Para homologar eso en España se las van a ver y desear. No creo ni que se pueda conducir con el B!!! Ahora que la idea es estupenda.
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[h=4]El problema son los falsos positivos[/h]
Esa noche, Elaine Herzberg presentaba cristal y marihuana en sangre, según constatará más tarde la autopsia oficial. Viste un abrigo negro, la bicicleta tiene luz delantera, pero no lleva reflectores. Son las diez menos un minuto.
El coche de Rafaela Vásquez se desplaza en modo de conducción automática a 69 kilómetros por hora. El sistema de detección percibe a Elaine Herzberg con su bicicleta en medio de la calzada. Aún quedan seis segundos para el impacto. Tiempo suficiente para frenar o para desviarse. Pero los algoritmos no se ponen de acuerdo. Dudan. El software, primero, cree haber percibido un objeto desconocido; luego piensa que se trata de un coche; y, después, de una bicicleta.
Un problema grave de esta tecnología son los denominados ‘falsos positivos’, las falsas alarmas. El coche ve algo que no está ahí. O ve un objeto que sí que existe, pero que no tiene ninguna consecuencia para el desplazamiento del vehículo: una bolsa de plástico que revolotea sobre la calzada o unas hojas.
La clave, llegados a este punto, reside en cómo se haya programado el software responsable de tomar la decisión última. Es decir, cómo debe actuar el algoritmo si, por ejemplo, obtiene los siguientes grados de probabilidad: en un 30 por ciento el objeto es un peatón empujando una bicicleta, pero en un 70 por ciento se trata de una bolsa de plástico. ¿Frenar o no frenar? Evidentemente, la respuesta debería ser frenar, pero por otro lado la probabilidad de que se haya frenado por culpa de una falsa alarma, por culpa de algo tan inofensivo como una bolsa, es del 70 por ciento. De frenar siempre, el resultado sería una conducción torpe y brusca, cuando no peligrosa, para el conjunto del tráfico.
Cuatro segundos después de que los sensores detectaran el objeto, los algoritmos todavía no se habían puesto de acuerdo sobre qué tenían delante. Calcularon y recalcularon, compararon la situación con millones de casos similares. Cuatro segundos son una eternidad para un superordenador.
Cuando, a 1,3 segundos de la colisión, todavía no había resultados, el software concluyó que ya lo único que cabía hacer era un frenado de emergencia para, al menos, suavizar en lo posible el impacto.
Congelemos este instante. El Volvo alcanzará a Elaine Herzberg, que no mira al cruzar, en 1,3 segundos. El coche lleva a bordo lo mejor que existe en inteligencia artificial. ¿Entonces por qué los algoritmos han sido incapaces de llegar a una conclusión?
Según relataron más tarde dos antiguos empleados de Uber, la empresa habría elevado la tolerancia a los falsos positivos en beneficio de la fluidez de la conducción, de tal manera que el coche, en caso de duda, no realizara maniobra alguna y se limitara a aguardar acontecimientos. Los recorridos de prueba tenían que resultar presentables, aunque solo fuera en apariencia, sobre todo de cara a la inminente visita del nuevo jefe de Uber. Si los coches iban a trompicones, sería imposible convencer a nadie de que estaban ante el vehículo del futuro.
En fin, estamos a 1,3 segundos del impacto, el coche circula a 69 kilómetros por hora y los algoritmos acaban de dar la orden de ejecutar el frenado de emergencia.
Pero no sucede nada. Uber ha desactivado el programa de frenado del Volvo porque los diferentes softwares no parecen compatibles. Y Rafaela Vásquez lleva seis segundos sin apartar la vista de La Voz. Menos de un segundo antes del impacto, por fin, levanta la cabeza. En la grabación se la ve abrir la boca por la sorpresa.
El Volvo atropella a Elaine Herzberg a 63 kilómetros por hora. Fallece una hora más tarde en el hospital. El coche la ha confundido con una bolsa de plástico. Vásquez asegura que aquella persona «salió de la nada».
Jomay;n4082327 dijo:y ahora ??? Es que los Reyes nos han dejado un ordenador nuevo y vamos mas perdidos que un pulpo en un garaje.
https://www.motorpasion.com/furgonet...lluvia-a-nieve