Cocodrilo feliz
hablador
Ricrac: "Durante la dictadura franquista (1939 – 1975) la persecución del catalán fue tan intensa que se prohibió la edición de libros, prensa, telegramas e incluso ¡las conversaciones telefónicas en catalán!"
Durante la Dictadura Franquista, en 1950, he vivido durante 5 meses en Sabadell, en Barcelona, en Mataró, en Igualada. En las iglesias, los domingos, los curas predicaban en lengua catalana. Por las tardes, se bailaban sardanas y se hablaba en catalán sin ningún tipo de prohibición. En los "colmados" se despachaban los productos utilizando la lengua catalana o la castellana, según quién fuese el cliente... Eso sí: los inmigrantes procedentes de Andalucía, de Murcia y Extremadura que trabajaban fundamentalmente en los talleres de Orillo Verde, Tamburini, etc. vivían en unas cuevas que había en el barranco junto al río. Repito: en cuevas.
¿Cuántos años tenías cuando la Dictadura Franquista? ¿Habías nacido? ¿Has visto lo que cuentas o te lo han contado? ¿Quién te lo ha contado? ¿Tienes idea de cuántos españoles disponían de teléfono para que les controlasen en que lengua hablaban? ¿Te ha contado alguien que eran teléfonos de manivela y con una telefonista de por medio? Porque yo tenía 20 años y sí que lo he vivido... Así que podéis seguir con vuestros recíprocos "discursos del odio" ayudando a envenenar más el ambiente, pero tocante al pasado, a mi, no lograréis que acepte comulgar con ruedas de molino.
Como dato añado que, durante la Dictadura, se prohibieron en toda España letreros comerciales que no estuviesen en castellano. Por ejemplo en Ourense (que no es Cataluña) un comercio de ropa se llamaba "El Sprit" (en inglés, que no es catalán) y tuvieron que cambiar a "Genola" que es una contracción de Genoveva, nombre de la propietaria. En los años 70 (o antes) desapareció esa normativa y volvió a llamarse "El Sprit".
Unas cuantas décadas antes, en Madrid se produjo una protesta que pasó a la historia como el "Motín de Esquilache", porque el gobierno había prohibido el uso de la capa, ya que los delincuentes se envolvían en ella para enmascararse y cometer fechorías... ¡Menos mal que fue en Madrid, que si llega a ser en Barcelona!
Durante la Dictadura Franquista, en 1950, he vivido durante 5 meses en Sabadell, en Barcelona, en Mataró, en Igualada. En las iglesias, los domingos, los curas predicaban en lengua catalana. Por las tardes, se bailaban sardanas y se hablaba en catalán sin ningún tipo de prohibición. En los "colmados" se despachaban los productos utilizando la lengua catalana o la castellana, según quién fuese el cliente... Eso sí: los inmigrantes procedentes de Andalucía, de Murcia y Extremadura que trabajaban fundamentalmente en los talleres de Orillo Verde, Tamburini, etc. vivían en unas cuevas que había en el barranco junto al río. Repito: en cuevas.
¿Cuántos años tenías cuando la Dictadura Franquista? ¿Habías nacido? ¿Has visto lo que cuentas o te lo han contado? ¿Quién te lo ha contado? ¿Tienes idea de cuántos españoles disponían de teléfono para que les controlasen en que lengua hablaban? ¿Te ha contado alguien que eran teléfonos de manivela y con una telefonista de por medio? Porque yo tenía 20 años y sí que lo he vivido... Así que podéis seguir con vuestros recíprocos "discursos del odio" ayudando a envenenar más el ambiente, pero tocante al pasado, a mi, no lograréis que acepte comulgar con ruedas de molino.
Como dato añado que, durante la Dictadura, se prohibieron en toda España letreros comerciales que no estuviesen en castellano. Por ejemplo en Ourense (que no es Cataluña) un comercio de ropa se llamaba "El Sprit" (en inglés, que no es catalán) y tuvieron que cambiar a "Genola" que es una contracción de Genoveva, nombre de la propietaria. En los años 70 (o antes) desapareció esa normativa y volvió a llamarse "El Sprit".
Unas cuantas décadas antes, en Madrid se produjo una protesta que pasó a la historia como el "Motín de Esquilache", porque el gobierno había prohibido el uso de la capa, ya que los delincuentes se envolvían en ella para enmascararse y cometer fechorías... ¡Menos mal que fue en Madrid, que si llega a ser en Barcelona!