Origen de la expresión "Pelillos a la mar"
Este modismo se emplea para, después de un enfado o discusión, hacer las paces y zanjar la disputa.
Su origen proviene de una antigua canción infantil, que los niños empleaban para el propósito anteriormente descrito, reanudando su amistad una vez pronunciada. Como acto simbólico que acompañaba la canción, se arrancaban mutuamente un pelo y lo soplaban para que el viento se lo llevara, dando a entender que su enfado era tan insignificante como un simple cabello que con el aire se iba.
Rodríguez Marín, en su libro "Cantos populares españoles", cita la canción que en Andalucía los chavales empleaban para tal fin.
- ¿Adónde va ese pelo?
- Al viento.
- ¿Y el viento?
- A la mar.
- Pues ya la guerra está acabá.
Se cree que el acto simbólico en si proviene del relato de La Ilíada, en el que se narra que después del conflicto entre griegos y troyanos (cuyo origen fue el secuestro de Helena, mujer de Menelao, a manos de Paris) en los banquetes tras sus guerras, sacrificaron a los dioses corderos a los que cortaron pelos que arrojaron al mar como muestra de reconciliación.