Viaje a la Bretaña y baja Normadía 2014
Viaje a la Bretaña y baja Normadía 2014
Sainte-Mère-Église, la Pointe du Hoc, Ouistreham, Omaha Beach, Pegasus Bridge, Arromanches… Todos estos nombres entraron en la historia un día 6 de junio de 1944 y permanecen grabados en la memoria colectiva desde entonces.
Aquel día, y luego de cuatro largos años de ocupación, los aliados pisaban suelo francés para aventurarse en el enfrentamiento final contra la tiranía nazi, en el marco de la Operación Overlord.
El Desembarco de Normandía, el primer paso hacía la liberación de Europa occidental, seguirá siendo para siempre uno de los momentos culminantes de la Segunda Guerra Mundial. Estelas y monumentos conmemorativos, búnkeres del Muro Atlántico, ruinas de puertos artificiales y cementerios militares nos recuerdan en la actualidad la envergadura de las operaciones militares del verano de 1944 y su importancia capital.
Dunkerque, comienzos de junio de 1940. Un flujo incesante de barcos de todos los tamaños imaginables consigue evacuar a unos 350.000 soldados británicos y franceses que se encontraban atrapados en una estrecha bolsa al borde del mar del norte, como consecuencia de una fulminante ofensiva alemana iniciada tres semanas antes. En esos momentos trágicos en que Gran Bretaña está a punto de hallarse sola frente a la triunfante Wehrmacht, el primer ministro, Winston Churchill, lanza un desafiante ¡Volveremos!.
Casi exactamente cuatro años después en un cierto 6 de junio de 1944 los británicos pisarían nuevamente el territorio francés en Normandía, acompañados esta vez de soldados norteamericanos y canadienses.
El temor de Hitler a una invasión alidada en la costa francesa exarcebado por la entrada de Estados Unidos en la guerra, le impulsó en diciembre de 1941 a dar la orden para la construcción de un impresionante sistema defensivo que pronto será conocido como el “Muro Atlántico”.
Los trabajos sólo comenzaron en la primavera de 1942 y hacía junio de 1944, aún no habían sido concluidos. Hay que admitir que la tarea encomendada a la Organización Todt era de dimensiones colosales, ya que exigía la construcción de cerca de 15 mil estructuras de hormigón de diversas formas y dimensiones, clavadas en la tierra.
Con la llegada de la primavera de 1944, comenzaron los bombardeos aéreos masivos al Muro Atlántico, a estaciones de radar, puentes de caminos y de ferrocarriles, estaciones de trenes y recintos de aviación. ¡El día D estaba cada vez más cerca!.
La determinación de la fecha exacta de la operación dependía de una serie de parámetros. Primero que nada, tenía que efectuarse en una noche de luna llena con el fin de facilitar la labor de las unidades de paracaidistas que se dejarían caer en cada uno de los dos extremos del área de desembarque. El ataque anfibio propiamente tal tendría que realizarse al amanecer, en medio de la marea creciente para así evitar los obstáculos que Rommel había mandado instalar en la playas.
Finalmente se escogió el día 5 de junio, dejando abierta la posibilidad de aplazarlo hasta el día siguiente o subsiguiente. Una tormenta que estalló inesperadamente sobre el Canal de la Mancha obligó a Eisenhower a postergar la salida en momentos en que las tropas ya estaban a bordo de los navíos. Sin embargo y confiando en las informaciones del servicio meteorológico que anunciaba un ligera mejoría en las próximas horas, el general decidió lanzar la operación el día 6 de junio.