perdon. CASTILLO DE LA CALAHORRA
perdon. CASTILLO DE LA CALAHORRA
Antiguamente estuvo rodeada la población de recias murallas, con ocho torreones, puertas almenadas y fosos, sobresaliendo la torre Calahorra y la fortificación del palacio del duque. Jaime I de Aragón consiguió de los moros la entrega de dicha gran torre Calahorra en 1.265, como base de la conquista de la población; todo lo cual entregó luego al infante castellano don Manuel. Hay un privilegio de Alfonso III, siglo XIII, pero copiado en 1.648, incorporando a la Corona los castillos de Elche y Crevillente. Hoy, entre estos restos fortificados, perduran el castillo árabe, rodeado de palmeras, que fue convertido en prisión, y el palacio fortificado de los señores de Altamira, con cubo angular y gran torreón cuadrado en lo más alto del edificio.
El cronista Torres describió las fortificaciones de la antiquísima ciudad en estos o parecidos términos: "El invencible castillo de la Calahorra era obra hermosa, cuyos cimientos llegaban a la esquina del Trinquete, que después fue cochera del palacio del obispo. Elevábase 20 metros, con sus torreones en la plataforma, sus troneras y minaretes. Su puerta-rastrillo se hallaba en la puerta de Santa Isabel, con un puente levadizo de hierro. Al pie de la torre estaba la puerta Lucentina, dando salida para la carretera de Alicante. Seguía la muralla por la calle del Facho hasta el torreón o baluarte de Get, que aún subsiste; continuaba hasta la puerta del Cerco, que existe hoy, tras el fuerte de Torrepalacio, cuyo magnífico edificio tenía galería subterránea para comunicar secretamente con el castillo Calahorra, hasta que la inutilizó el marqué de Lendínez. De allí seguía el terraplén, bordeando el río Vinalopó hasta el torreón de Cotí, fortaleza defensiva de dicho río. Aún existen los cimientos de dos torres que subían desde el cauce fluvial. Dicha galería también comunicaba con la ciudadela por otra mina secreta, cuyo subterráneo fue cortado en 1.880. Seguía el cercado, formando el grande cuartel con el torreón Oco a sus espaldas, y después continuaba hasta la puerta de Guardamar, hoy Lonja, y por bajo de la torre Calendura o del Reloj, hasta el torreón Santi o puerta Alta; seguía a levante el torreón llamado Vill, derribado en 1.902, y, finalmente, al fuerte Calahorra, punto de partida del perímetro". Según el Libro de inventarios, las habitaciones altas del fuerte Calahorra las habitaban los alcaides mayores de Elche, dedicándose las bajas a graneros de los diezmos de la ciudad. Su planta es cuadrilonga, de más de 29 metros de anchura. Es obra antiquísima, pero de escaso gusto arquitectónico, entre las plazas de la Merced y Santa Isabel.
El alcázar de la Señoría o palacio de Altamira es el edificio de mayor importancia histórica en la ciudad, al decir del cronista de Elche, don Pedro Ibarra Ruiz, habiendo alojado bajo sus techos a reyes y magnates, como Jaime II de Aragón, Ramón Berenguer, Pedro IV, don martín el Humano, doña María, al rey de Navarra Alfonso III y los Reyes Católicos, en sus visitas a Elche. En su salón principal se celebraban los Consejos de la ciudad hasta el siglo XV, en que, afianzado su dominio sobre el monumento, fue dotado de mejoras que le aseguraban contra todo ataque militar por la parte norte en que se encuentra. Consiste su sólida construcción en un cuadrilátero cerrado con fuertes muros de 3 metros de espesor y 20 de elevación, conservándose aún restos de su barbacana y defendido su recintos por tres torreones cilíndricos, emplazados dos de ellos en los ángulos de levante, en cuyo paño se abre la puerta principal de esta fortaleza, y el tercero en el extremo norte, junto al río. La torre principal es cuadrada y en la base se aprecia su remota antigüedad, y en sucesivas reedificaciones levanta su ya desmochado remate sobre los tejados de los adjuntos pabellones y mostrando la mutilación de que ha sido objeto la airosa barbacana que coronaba su alto remate. En 1.861 alquiló el Ayuntamiento esta fortaleza para cárcel. En 1.913 compró el monumento un rico industrial, para instalar su fabrica en él.