Buenas preguntas.de todas maneras estaria bien que alguien explicara porque una parte de catalanes se quieren ir???
y tambien que es lo que se puede negociar?????
por que aqui estamos discutiendo de tal y tal,pero sabemos las razones??
Buenas preguntas.
Por eso hay que sentarse a hablar.
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si, pero hablar de que? y negociar que? iluminadme los que seais independentistas, que haberlos por aqui los hay.saludos
Pues tú mismo...
Esa prepotencia y menosprecio hacia los no catalanes con la que vais algunos, es la respuesta cuando vienen los lloriqueos porque no te rien la gracia en Burgos o en Badajoz
Debe ser la consigna para argumentario: represión, franquismo (40 años después), ocupación, los otros, trincheras, violencia, manifestación "pacífica", España nos roba, pactos con ETA, y el PP más que los Pujol...
Al PP le pasa lo mismo, y se nota bastante, cuando todos sacan el argumentario dictado por la voz de su amo
Pues por ejemplo de lo que tu mismo has dicho un poco mas arriba. Podríamos empezar con hacer un referéndum legal y pactado y contar manzanas.
Y que dejen de salir cabezas pensantes del gobierno diciendo que el presidente acabara como companys o el otro pidiendo que se suspendan las competencias en educacion, seguridad y comunicaciones.
DIEZ RAZONES PARA UN ESTADO CATALÁN
Dimecres, 5 De Agost De 2015Pujat Per Toni Soler
DEMOCRACIA. El crecimiento del independentismo es un fenómeno muy transversal, masivo y totalmente pacífico. Es absurdo negar esta realidad y, como en Escocia, lo más lógico es que una cuestión tan importante se dirima en las urnas. No es cierto que los referéndums fracturen a la sociedad. Al contrario, si la cuestión se cierra en falso con la mera aplicación de la ley, nos abocamos a un escenario de frustración, reproche y ruptura emocional. El independentismo ha señalado por activa y por pasiva que respetará el veredicto de las urnas. Esa apuesta radical por la democracia es una de sus fortalezas.
DIGNIDAD. Muchos catalanes, con independencia de su perfil identitario y su ideología, se han sentido agredidos desde que el tribunal constitucional anuló el Estatuto de Autonomía de 2006, aprobado en el Parlament por 120 votos (de 135) y refrendado en las urnas a pesar de que el Congreso de los Diputados se cepilló (en palabras de Alfonso Guerra) parte de su contenido. La independencia supone la garantía plena de que el futuro de Cataluña y su gobierno estará en manos de sus ciudadanos.
SOBERANÍA. La autonomía de Cataluña está, en la prática, intervenida. Políticamente, buena parte de sus atribuciones han sido bloqueadas con leyes y decretos; financieramente, depende del techo de déficit impuesto por el ministerio de hacienda. Además, el gobierno del PP ha utilizado al tribunal constitucional a su antojo, bloqueando, en el último año, medidas aprobadas por el Parlament catalán como por ejemplo el impuesto sobre depósitos bancarios, las medidas contra la pobreza energética y diversas tasas medioambientales.
DIVERSIDAD. Cataluña es, más allá del tópico, una tierra de acogida, y Barcelona una urbe diversa y cosmopolita. Un Estado catalán puede y debe ser más respetuoso que el Estado español en cuanto a la identidad diversa de sus ciudadanos, especialmente con los cientos de miles que tienen vínculos sentimentales con España. Si la independencia la construimos entre todos, el futuro Estado catalán será la garantía de una relación próxima y fraternal con los pueblos de España, con Europa y con todo el mundo. Esto incluye la oficialidad de la lengua española y el respeto hacia el resto de idiomas que se hablan en Cataluña.
LENGUA. La lengua y la cultura catalanas han sufrido siglos de persecución e incluso ahora se encuentran amenazadas por fenómenos nuevos como la globalización, la inmigración, los ataques al modelo educativo y la preeminencia del español y el inglés en los grandes canales de comunicación y difusión cultural. Un Estado catalán puede ayudar a mejorar el conocimiento del catalán, ayudar a los creadores locales, mejorar el statusde nuestra lengua propia y su reconocimiento internacional, escamoteado aún hoy por las autoridades españolas en todos los ámbitos, incluyendo el académico.
SOLIDARIDAD. Cataluña necesita aprovechar el esfuerzo fiscal de sus ciudadanos, como cualquier territorio soberano del mundo. Todos los estudios publicados sobre la cuestión de las balanzas fiscales demuestran que los ciudadanos de Cataluña reciben una inversión pública muy por debajo de su aportación fiscal. Aún manteniendo una cuota de solidaridad con el resto del Estado español (libremente acordada), el gobierno de una Cataluña independiente podría disponer de los recursos necesarios para garantizar el estado del bienestar, mejorar inafraestructuras, ayudar a sectores clave como investigación, cultura, educación…
REGENERACIÓN. Cataluña, como el resto del Estado español, se encuentra en un escenario de fin de régimen, y se ha visto azotada por graves casos de corrupción que cuestionan el modelo surgido de la transición democrática. La revolución pacífica del independentismo ha puesto patas arriba el sistema catalán de partidos; la construcción de un nuevo Estado es una ocasión única para acometer una nueva etapa basada en la regeneración democrática y la exigencia de transparencia y honradez en el servicio público. Esto incluye la persecución de todos los fenómenos de corrupción pasados y presentes.
AUTOGOBIERNO. Un proceso de independencia está lleno de incógnitas. Pero la actual situación nos lleva a la certeza de que, si este proceso fracasa, la autonomía catalana quedará tutelada y se consolidarán las injusticias y la discriminación que hasta ahora hemos denunciado. Los grandes partidos españoles apuestan por ajustes constitucionales que blinden las competencias del estado y harmonicen las atribuciones de las autonomías. Se trata de una reacción centralista con alguna concesión federalizante, como la reforma del senado.
VECINDAD. Nada impide a un futuro Estado catalán llegar a fórmulas de cooperación con el territorio español, incluyendo la confederación si ambas partes lo acuerdan y lo refrendan democráticamente. Mientras la relación bilateral sea en pie de igualdad, todo lo demás es planteable, aún más si ambos territorios pertenecen a la UE. La independencia es una oportunidad para empezar de nuevo y cooperar con el proceso constituyente que reclaman los sectores más dinámicos de la izquierda española.
REPÚBLICA.
Queremos un Estado de derecho,
republicano, laico, de ciudadanos libres, que renuncie a privilegios trasnochados y que demuestre a las élites económicas y mediáticas que la gente -a través del sufragio- está al mando de su propio destino.
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España Vota PP y prefiero el divorcio a que me estén poniendo los cuernos a diario.
Pero ya tenemos una estado de derecho no?
Una republica contra una monarquia parlamentaria tiene pocas diferencias prácticas más allá de politizar hasta la propia representación del estado, pero es una buena propuesta.
Laicos también somos, creo yo...
Libres también, aunque no para hacer lo que me dé la gana...
Lo de renunciar a privilegios trasnochados es discutible, pero yo no los encuentro...
La demostración a las élites económicas y mediáticas se hace cada cuatro años, los catalanes por desgracia cada menos con tanto trajín, la fórmula de elecciones es imperfecta pero hasta hoy parece válida, quizá alguna reforma puntual...
Una reflexión puntual, nunca la gente estará al mando de su propio destino, porque la gente son muchas personas individuales, diferentes y abogarse como defensor de la gente ya me parece superlativo de uno o de otro lado, yo diría más bien lo que yo quiero que se parece mucho a lo que quieren otros... así no incluyó a los demás.
Por otro lado, no he encontrado argumentos personales, individuales y palpables de que independizarse mejore la vida de las personas... quizá mejore el ego y la sensación de libertad y participar en algo nuevo, que vista la ley de transitoriedad, pinta bastante negro...
Es una pena, en vez de remar juntos nos tiramos lo trastos, pero aquí quiero dejar claro que algunos de los que tiran trastos no son más, sólo más ruidosos...
También quiero decir que existen muchos derechos inherentes al individuo y a la persona solo por el mero hecho de serlo, pero el resto de derechos como el de decidir solo existen en la medida en que son respaldados y dados, el de decidir, el convenio colectivo, el salario mínimo, y cosas así. El invento del derecho a decidir emborrona la legítima causa que os une a muchos, pero mal que mal dirigida...
Un abrazo a todos!
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DIEZ RAZONES PARA UN ESTADO CATALÁN
Dimecres, 5 De Agost De 2015Pujat Per Toni Soler
DEMOCRACIA. El crecimiento del independentismo es un fenómeno muy transversal, masivo y totalmente pacífico. Es absurdo negar esta realidad y, como en Escocia, lo más lógico es que una cuestión tan importante se dirima en las urnas. No es cierto que los referéndums fracturen a la sociedad. Al contrario, si la cuestión se cierra en falso con la mera aplicación de la ley, nos abocamos a un escenario de frustración, reproche y ruptura emocional. El independentismo ha señalado por activa y por pasiva que respetará el veredicto de las urnas. Esa apuesta radical por la democracia es una de sus fortalezas.
DIGNIDAD. Muchos catalanes, con independencia de su perfil identitario y su ideología, se han sentido agredidos desde que el tribunal constitucional anuló el Estatuto de Autonomía de 2006, aprobado en el Parlament por 120 votos (de 135) y refrendado en las urnas a pesar de que el Congreso de los Diputados se cepilló (en palabras de Alfonso Guerra) parte de su contenido. La independencia supone la garantía plena de que el futuro de Cataluña y su gobierno estará en manos de sus ciudadanos.
SOBERANÍA. La autonomía de Cataluña está, en la prática, intervenida. Políticamente, buena parte de sus atribuciones han sido bloqueadas con leyes y decretos; financieramente, depende del techo de déficit impuesto por el ministerio de hacienda. Además, el gobierno del PP ha utilizado al tribunal constitucional a su antojo, bloqueando, en el último año, medidas aprobadas por el Parlament catalán como por ejemplo el impuesto sobre depósitos bancarios, las medidas contra la pobreza energética y diversas tasas medioambientales.
DIVERSIDAD. Cataluña es, más allá del tópico, una tierra de acogida, y Barcelona una urbe diversa y cosmopolita. Un Estado catalán puede y debe ser más respetuoso que el Estado español en cuanto a la identidad diversa de sus ciudadanos, especialmente con los cientos de miles que tienen vínculos sentimentales con España. Si la independencia la construimos entre todos, el futuro Estado catalán será la garantía de una relación próxima y fraternal con los pueblos de España, con Europa y con todo el mundo. Esto incluye la oficialidad de la lengua española y el respeto hacia el resto de idiomas que se hablan en Cataluña.
LENGUA. La lengua y la cultura catalanas han sufrido siglos de persecución e incluso ahora se encuentran amenazadas por fenómenos nuevos como la globalización, la inmigración, los ataques al modelo educativo y la preeminencia del español y el inglés en los grandes canales de comunicación y difusión cultural. Un Estado catalán puede ayudar a mejorar el conocimiento del catalán, ayudar a los creadores locales, mejorar el statusde nuestra lengua propia y su reconocimiento internacional, escamoteado aún hoy por las autoridades españolas en todos los ámbitos, incluyendo el académico.
SOLIDARIDAD. Cataluña necesita aprovechar el esfuerzo fiscal de sus ciudadanos, como cualquier territorio soberano del mundo. Todos los estudios publicados sobre la cuestión de las balanzas fiscales demuestran que los ciudadanos de Cataluña reciben una inversión pública muy por debajo de su aportación fiscal. Aún manteniendo una cuota de solidaridad con el resto del Estado español (libremente acordada), el gobierno de una Cataluña independiente podría disponer de los recursos necesarios para garantizar el estado del bienestar, mejorar inafraestructuras, ayudar a sectores clave como investigación, cultura, educación…
REGENERACIÓN. Cataluña, como el resto del Estado español, se encuentra en un escenario de fin de régimen, y se ha visto azotada por graves casos de corrupción que cuestionan el modelo surgido de la transición democrática. La revolución pacífica del independentismo ha puesto patas arriba el sistema catalán de partidos; la construcción de un nuevo Estado es una ocasión única para acometer una nueva etapa basada en la regeneración democrática y la exigencia de transparencia y honradez en el servicio público. Esto incluye la persecución de todos los fenómenos de corrupción pasados y presentes.
AUTOGOBIERNO. Un proceso de independencia está lleno de incógnitas. Pero la actual situación nos lleva a la certeza de que, si este proceso fracasa, la autonomía catalana quedará tutelada y se consolidarán las injusticias y la discriminación que hasta ahora hemos denunciado. Los grandes partidos españoles apuestan por ajustes constitucionales que blinden las competencias del estado y harmonicen las atribuciones de las autonomías. Se trata de una reacción centralista con alguna concesión federalizante, como la reforma del senado.
VECINDAD. Nada impide a un futuro Estado catalán llegar a fórmulas de cooperación con el territorio español, incluyendo la confederación si ambas partes lo acuerdan y lo refrendan democráticamente. Mientras la relación bilateral sea en pie de igualdad, todo lo demás es planteable, aún más si ambos territorios pertenecen a la UE. La independencia es una oportunidad para empezar de nuevo y cooperar con el proceso constituyente que reclaman los sectores más dinámicos de la izquierda española.
REPÚBLICA. Queremos un Estado de derecho, republicano, laico, de ciudadanos libres, que renuncie a privilegios trasnochados y que demuestre a las élites económicas y mediáticas que la gente -a través del sufragio- está al mando de su propio destino.
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Pero eso te lo crees mientras existan políticos el pueblo no tiene el poder de nada van a hacer lo que les salga de hay son ir más lejos el pueblo catalán dijo si según vuestros políticos y ellos mismos dijeron si pero noDIEZ RAZONES PARA UN ESTADO CATALÁN
Dimecres, 5 De Agost De 2015Pujat Per Toni Soler
DEMOCRACIA. El crecimiento del independentismo es un fenómeno muy transversal, masivo y totalmente pacífico. Es absurdo negar esta realidad y, como en Escocia, lo más lógico es que una cuestión tan importante se dirima en las urnas. No es cierto que los referéndums fracturen a la sociedad. Al contrario, si la cuestión se cierra en falso con la mera aplicación de la ley, nos abocamos a un escenario de frustración, reproche y ruptura emocional. El independentismo ha señalado por activa y por pasiva que respetará el veredicto de las urnas. Esa apuesta radical por la democracia es una de sus fortalezas.
DIGNIDAD. Muchos catalanes, con independencia de su perfil identitario y su ideología, se han sentido agredidos desde que el tribunal constitucional anuló el Estatuto de Autonomía de 2006, aprobado en el Parlament por 120 votos (de 135) y refrendado en las urnas a pesar de que el Congreso de los Diputados se cepilló (en palabras de Alfonso Guerra) parte de su contenido. La independencia supone la garantía plena de que el futuro de Cataluña y su gobierno estará en manos de sus ciudadanos.
SOBERANÍA. La autonomía de Cataluña está, en la prática, intervenida. Políticamente, buena parte de sus atribuciones han sido bloqueadas con leyes y decretos; financieramente, depende del techo de déficit impuesto por el ministerio de hacienda. Además, el gobierno del PP ha utilizado al tribunal constitucional a su antojo, bloqueando, en el último año, medidas aprobadas por el Parlament catalán como por ejemplo el impuesto sobre depósitos bancarios, las medidas contra la pobreza energética y diversas tasas medioambientales.
DIVERSIDAD. Cataluña es, más allá del tópico, una tierra de acogida, y Barcelona una urbe diversa y cosmopolita. Un Estado catalán puede y debe ser más respetuoso que el Estado español en cuanto a la identidad diversa de sus ciudadanos, especialmente con los cientos de miles que tienen vínculos sentimentales con España. Si la independencia la construimos entre todos, el futuro Estado catalán será la garantía de una relación próxima y fraternal con los pueblos de España, con Europa y con todo el mundo. Esto incluye la oficialidad de la lengua española y el respeto hacia el resto de idiomas que se hablan en Cataluña.
LENGUA. La lengua y la cultura catalanas han sufrido siglos de persecución e incluso ahora se encuentran amenazadas por fenómenos nuevos como la globalización, la inmigración, los ataques al modelo educativo y la preeminencia del español y el inglés en los grandes canales de comunicación y difusión cultural. Un Estado catalán puede ayudar a mejorar el conocimiento del catalán, ayudar a los creadores locales, mejorar el statusde nuestra lengua propia y su reconocimiento internacional, escamoteado aún hoy por las autoridades españolas en todos los ámbitos, incluyendo el académico.
SOLIDARIDAD. Cataluña necesita aprovechar el esfuerzo fiscal de sus ciudadanos, como cualquier territorio soberano del mundo. Todos los estudios publicados sobre la cuestión de las balanzas fiscales demuestran que los ciudadanos de Cataluña reciben una inversión pública muy por debajo de su aportación fiscal. Aún manteniendo una cuota de solidaridad con el resto del Estado español (libremente acordada), el gobierno de una Cataluña independiente podría disponer de los recursos necesarios para garantizar el estado del bienestar, mejorar inafraestructuras, ayudar a sectores clave como investigación, cultura, educación…
REGENERACIÓN. Cataluña, como el resto del Estado español, se encuentra en un escenario de fin de régimen, y se ha visto azotada por graves casos de corrupción que cuestionan el modelo surgido de la transición democrática. La revolución pacífica del independentismo ha puesto patas arriba el sistema catalán de partidos; la construcción de un nuevo Estado es una ocasión única para acometer una nueva etapa basada en la regeneración democrática y la exigencia de transparencia y honradez en el servicio público. Esto incluye la persecución de todos los fenómenos de corrupción pasados y presentes.
AUTOGOBIERNO. Un proceso de independencia está lleno de incógnitas. Pero la actual situación nos lleva a la certeza de que, si este proceso fracasa, la autonomía catalana quedará tutelada y se consolidarán las injusticias y la discriminación que hasta ahora hemos denunciado. Los grandes partidos españoles apuestan por ajustes constitucionales que blinden las competencias del estado y harmonicen las atribuciones de las autonomías. Se trata de una reacción centralista con alguna concesión federalizante, como la reforma del senado.
VECINDAD. Nada impide a un futuro Estado catalán llegar a fórmulas de cooperación con el territorio español, incluyendo la confederación si ambas partes lo acuerdan y lo refrendan democráticamente. Mientras la relación bilateral sea en pie de igualdad, todo lo demás es planteable, aún más si ambos territorios pertenecen a la UE. La independencia es una oportunidad para empezar de nuevo y cooperar con el proceso constituyente que reclaman los sectores más dinámicos de la izquierda española.
REPÚBLICA. Queremos un Estado de derecho, republicano, laico, de ciudadanos libres, que renuncie a privilegios trasnochados y que demuestre a las élites económicas y mediáticas que la gente -a través del sufragio- está al mando de su propio destino.
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He puesto imágenes de manifestaciones violentas a ver si la gente aprende a diferenciar y deja de llamar manifestación violenta a lo del 20-S. que en Barcelona cuando se lia se hace a lo grande.
No deben estar acostumbrados a ese tipo de manifestaciones fuera de Barcelona, son mas de manifestarse con el polo Lacoste.
Si, aquí nunca han quemado un contenedor ni un cajero, ni mucho menos poner coches bomba... Un poquito de por favor...
Un saludo
¿Esto no es violencia? yo creo que sí
Yo no he dicho lo contrario, simplemente que Catalunya no es el único sitio con manifestaciones destructivas, aquí las hemos sufridos durante años...
Un saludo
Si, aquí nunca han quemado un contenedor ni un cajero, ni mucho menos poner coches bomba... Un poquito de por favor...
Un saludo
Legítimas, yo como catalán también tengo mi propia opinión y te transcribo lo que escribí para el 1-0, más que nada porque cuando los políticos de aquí hablan como si todo el pueblo catalán fuera uno solo y no es cierto, la mitad no pensamos igual. Aqui va:DIEZ RAZONES PARA UN ESTADO CATALÁN
Dimecres, 5 De Agost De 2015Pujat Per Toni Soler
DEMOCRACIA. El crecimiento del independentismo es un fenómeno muy transversal, masivo y totalmente pacífico. Es absurdo negar esta realidad y, como en Escocia, lo más lógico es que una cuestión tan importante se dirima en las urnas. No es cierto que los referéndums fracturen a la sociedad. Al contrario, si la cuestión se cierra en falso con la mera aplicación de la ley, nos abocamos a un escenario de frustración, reproche y ruptura emocional. El independentismo ha señalado por activa y por pasiva que respetará el veredicto de las urnas. Esa apuesta radical por la democracia es una de sus fortalezas.
DIGNIDAD. Muchos catalanes, con independencia de su perfil identitario y su ideología, se han sentido agredidos desde que el tribunal constitucional anuló el Estatuto de Autonomía de 2006, aprobado en el Parlament por 120 votos (de 135) y refrendado en las urnas a pesar de que el Congreso de los Diputados se cepilló (en palabras de Alfonso Guerra) parte de su contenido. La independencia supone la garantía plena de que el futuro de Cataluña y su gobierno estará en manos de sus ciudadanos.
SOBERANÍA. La autonomía de Cataluña está, en la prática, intervenida. Políticamente, buena parte de sus atribuciones han sido bloqueadas con leyes y decretos; financieramente, depende del techo de déficit impuesto por el ministerio de hacienda. Además, el gobierno del PP ha utilizado al tribunal constitucional a su antojo, bloqueando, en el último año, medidas aprobadas por el Parlament catalán como por ejemplo el impuesto sobre depósitos bancarios, las medidas contra la pobreza energética y diversas tasas medioambientales.
DIVERSIDAD. Cataluña es, más allá del tópico, una tierra de acogida, y Barcelona una urbe diversa y cosmopolita. Un Estado catalán puede y debe ser más respetuoso que el Estado español en cuanto a la identidad diversa de sus ciudadanos, especialmente con los cientos de miles que tienen vínculos sentimentales con España. Si la independencia la construimos entre todos, el futuro Estado catalán será la garantía de una relación próxima y fraternal con los pueblos de España, con Europa y con todo el mundo. Esto incluye la oficialidad de la lengua española y el respeto hacia el resto de idiomas que se hablan en Cataluña.
LENGUA. La lengua y la cultura catalanas han sufrido siglos de persecución e incluso ahora se encuentran amenazadas por fenómenos nuevos como la globalización, la inmigración, los ataques al modelo educativo y la preeminencia del español y el inglés en los grandes canales de comunicación y difusión cultural. Un Estado catalán puede ayudar a mejorar el conocimiento del catalán, ayudar a los creadores locales, mejorar el statusde nuestra lengua propia y su reconocimiento internacional, escamoteado aún hoy por las autoridades españolas en todos los ámbitos, incluyendo el académico.
SOLIDARIDAD. Cataluña necesita aprovechar el esfuerzo fiscal de sus ciudadanos, como cualquier territorio soberano del mundo. Todos los estudios publicados sobre la cuestión de las balanzas fiscales demuestran que los ciudadanos de Cataluña reciben una inversión pública muy por debajo de su aportación fiscal. Aún manteniendo una cuota de solidaridad con el resto del Estado español (libremente acordada), el gobierno de una Cataluña independiente podría disponer de los recursos necesarios para garantizar el estado del bienestar, mejorar inafraestructuras, ayudar a sectores clave como investigación, cultura, educación…
REGENERACIÓN. Cataluña, como el resto del Estado español, se encuentra en un escenario de fin de régimen, y se ha visto azotada por graves casos de corrupción que cuestionan el modelo surgido de la transición democrática. La revolución pacífica del independentismo ha puesto patas arriba el sistema catalán de partidos; la construcción de un nuevo Estado es una ocasión única para acometer una nueva etapa basada en la regeneración democrática y la exigencia de transparencia y honradez en el servicio público. Esto incluye la persecución de todos los fenómenos de corrupción pasados y presentes.
AUTOGOBIERNO. Un proceso de independencia está lleno de incógnitas. Pero la actual situación nos lleva a la certeza de que, si este proceso fracasa, la autonomía catalana quedará tutelada y se consolidarán las injusticias y la discriminación que hasta ahora hemos denunciado. Los grandes partidos españoles apuestan por ajustes constitucionales que blinden las competencias del estado y harmonicen las atribuciones de las autonomías. Se trata de una reacción centralista con alguna concesión federalizante, como la reforma del senado.
VECINDAD. Nada impide a un futuro Estado catalán llegar a fórmulas de cooperación con el territorio español, incluyendo la confederación si ambas partes lo acuerdan y lo refrendan democráticamente. Mientras la relación bilateral sea en pie de igualdad, todo lo demás es planteable, aún más si ambos territorios pertenecen a la UE. La independencia es una oportunidad para empezar de nuevo y cooperar con el proceso constituyente que reclaman los sectores más dinámicos de la izquierda española.
REPÚBLICA. Queremos un Estado de derecho, republicano, laico, de ciudadanos libres, que renuncie a privilegios trasnochados y que demuestre a las élites económicas y mediáticas que la gente -a través del sufragio- está al mando de su propio destino.
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DIEZ RAZONES PARA UN ESTADO CATALÁN
Dimecres, 5 De Agost De 2015Pujat Per Toni Soler
DEMOCRACIA. El crecimiento del independentismo es un fenómeno muy transversal, masivo y totalmente pacífico. Es absurdo negar esta realidad y, como en Escocia, lo más lógico es que una cuestión tan importante se dirima en las urnas. No es cierto que los referéndums fracturen a la sociedad. Al contrario, si la cuestión se cierra en falso con la mera aplicación de la ley, nos abocamos a un escenario de frustración, reproche y ruptura emocional. El independentismo ha señalado por activa y por pasiva que respetará el veredicto de las urnas. Esa apuesta radical por la democracia es una de sus fortalezas.
DIGNIDAD. Muchos catalanes, con independencia de su perfil identitario y su ideología, se han sentido agredidos desde que el tribunal constitucional anuló el Estatuto de Autonomía de 2006, aprobado en el Parlament por 120 votos (de 135) y refrendado en las urnas a pesar de que el Congreso de los Diputados se cepilló (en palabras de Alfonso Guerra) parte de su contenido. La independencia supone la garantía plena de que el futuro de Cataluña y su gobierno estará en manos de sus ciudadanos.
SOBERANÍA. La autonomía de Cataluña está, en la prática, intervenida. Políticamente, buena parte de sus atribuciones han sido bloqueadas con leyes y decretos; financieramente, depende del techo de déficit impuesto por el ministerio de hacienda. Además, el gobierno del PP ha utilizado al tribunal constitucional a su antojo, bloqueando, en el último año, medidas aprobadas por el Parlament catalán como por ejemplo el impuesto sobre depósitos bancarios, las medidas contra la pobreza energética y diversas tasas medioambientales.
DIVERSIDAD. Cataluña es, más allá del tópico, una tierra de acogida, y Barcelona una urbe diversa y cosmopolita. Un Estado catalán puede y debe ser más respetuoso que el Estado español en cuanto a la identidad diversa de sus ciudadanos, especialmente con los cientos de miles que tienen vínculos sentimentales con España. Si la independencia la construimos entre todos, el futuro Estado catalán será la garantía de una relación próxima y fraternal con los pueblos de España, con Europa y con todo el mundo. Esto incluye la oficialidad de la lengua española y el respeto hacia el resto de idiomas que se hablan en Cataluña.
LENGUA. La lengua y la cultura catalanas han sufrido siglos de persecución e incluso ahora se encuentran amenazadas por fenómenos nuevos como la globalización, la inmigración, los ataques al modelo educativo y la preeminencia del español y el inglés en los grandes canales de comunicación y difusión cultural. Un Estado catalán puede ayudar a mejorar el conocimiento del catalán, ayudar a los creadores locales, mejorar el statusde nuestra lengua propia y su reconocimiento internacional, escamoteado aún hoy por las autoridades españolas en todos los ámbitos, incluyendo el académico.
SOLIDARIDAD. Cataluña necesita aprovechar el esfuerzo fiscal de sus ciudadanos, como cualquier territorio soberano del mundo. Todos los estudios publicados sobre la cuestión de las balanzas fiscales demuestran que los ciudadanos de Cataluña reciben una inversión pública muy por debajo de su aportación fiscal. Aún manteniendo una cuota de solidaridad con el resto del Estado español (libremente acordada), el gobierno de una Cataluña independiente podría disponer de los recursos necesarios para garantizar el estado del bienestar, mejorar inafraestructuras, ayudar a sectores clave como investigación, cultura, educación…
REGENERACIÓN. Cataluña, como el resto del Estado español, se encuentra en un escenario de fin de régimen, y se ha visto azotada por graves casos de corrupción que cuestionan el modelo surgido de la transición democrática. La revolución pacífica del independentismo ha puesto patas arriba el sistema catalán de partidos; la construcción de un nuevo Estado es una ocasión única para acometer una nueva etapa basada en la regeneración democrática y la exigencia de transparencia y honradez en el servicio público. Esto incluye la persecución de todos los fenómenos de corrupción pasados y presentes.
AUTOGOBIERNO. Un proceso de independencia está lleno de incógnitas. Pero la actual situación nos lleva a la certeza de que, si este proceso fracasa, la autonomía catalana quedará tutelada y se consolidarán las injusticias y la discriminación que hasta ahora hemos denunciado. Los grandes partidos españoles apuestan por ajustes constitucionales que blinden las competencias del estado y harmonicen las atribuciones de las autonomías. Se trata de una reacción centralista con alguna concesión federalizante, como la reforma del senado.
VECINDAD. Nada impide a un futuro Estado catalán llegar a fórmulas de cooperación con el territorio español, incluyendo la confederación si ambas partes lo acuerdan y lo refrendan democráticamente. Mientras la relación bilateral sea en pie de igualdad, todo lo demás es planteable, aún más si ambos territorios pertenecen a la UE. La independencia es una oportunidad para empezar de nuevo y cooperar con el proceso constituyente que reclaman los sectores más dinámicos de la izquierda española.
REPÚBLICA. Queremos un Estado de derecho, republicano, laico, de ciudadanos libres, que renuncie a privilegios trasnochados y que demuestre a las élites económicas y mediáticas que la gente -a través del sufragio- está al mando de su propio destino.
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Presos por no ayudar a diluir una manifestación pacífica.
Este país es de traca, más independentistas al canto y con más ganas, ale di que si, y peor imagen de cara a Europa y el mundo, bravo! Lo están bordando, se merecen el rabo y las dos orejas! Ole con ole! Viva aspaña!