Heisenberg92
locuaz
Dejo una reflexion que he leido en el buen foro que tanto os gusta:
Todo esto a raiz de la imputación de monasterio por "delito de odio"
La primera reflexión es sobre la importancia del lenguaje, decía un filósofo ruso que el mayor acierto de los bolcheviques fue llamar "revolución" a su toma de poder, en lugar de aceptar el más manido de "golpe de estado". Un ejemplo más actual es que todos los partidos, incluso los que ya están en el gobierno y se postulan a la reelección, suelen como utilizar como eslogan electoral el de "el cambio". El cambio siempre gusta, porque al ser humano le atrae más lo nuevo que lo viejo.
Aquí el juego de palabras consiste en llamar "delito de odio" a lo que toda la vida se ha llamado censura, ambas expresiones tienen connotaciones emocionales diferentes, la censura negativas, al igual que el odio, por eso al llamarlo "delio de", hace que el castigo de algo negativo se convierta en positivo y ¡abracadabra! ahí tenéis el truco. Miles de personas abrazando la censura porque no se llama censura, sino "delito de odio", y con ello le metemos miedo al que escriba una opinión que vaya en contra de lo que quiere el sistema: hoy es Rocío Monasterio porque escribió lo que muchos pensamos sobre los centros de MENAS y mañana cualquiera que se posicione en contra de la inmigración ilegal correrá la misma suerte.
Exijo mi derecho a opinar y a expresarme libremente, tal y como viene incluido en la Constitución Española y si alguien se siente aludido y odiado, entonces exijo mi derecho a odiar.
Última reflexión,; Twitter ha bloqueado la cuenta de Vox -por que el sistema no sólo censura por la vía penal-: este problema no se acabará con el desbloqueo de la cuenta -cualquiera que sea el motivo-, sino buscando plataformas de comunicación que no estén controladas por este sistema totalitario globalista. Si alguien duda de la existencia de este sistema, que lea las declaraciones de uno de sus portavoces -menos aventajados- que insinúa que los hijos no son de los padres, sino que pertenecen al estado.
Todo esto a raiz de la imputación de monasterio por "delito de odio"
La primera reflexión es sobre la importancia del lenguaje, decía un filósofo ruso que el mayor acierto de los bolcheviques fue llamar "revolución" a su toma de poder, en lugar de aceptar el más manido de "golpe de estado". Un ejemplo más actual es que todos los partidos, incluso los que ya están en el gobierno y se postulan a la reelección, suelen como utilizar como eslogan electoral el de "el cambio". El cambio siempre gusta, porque al ser humano le atrae más lo nuevo que lo viejo.
Aquí el juego de palabras consiste en llamar "delito de odio" a lo que toda la vida se ha llamado censura, ambas expresiones tienen connotaciones emocionales diferentes, la censura negativas, al igual que el odio, por eso al llamarlo "delio de", hace que el castigo de algo negativo se convierta en positivo y ¡abracadabra! ahí tenéis el truco. Miles de personas abrazando la censura porque no se llama censura, sino "delito de odio", y con ello le metemos miedo al que escriba una opinión que vaya en contra de lo que quiere el sistema: hoy es Rocío Monasterio porque escribió lo que muchos pensamos sobre los centros de MENAS y mañana cualquiera que se posicione en contra de la inmigración ilegal correrá la misma suerte.
Exijo mi derecho a opinar y a expresarme libremente, tal y como viene incluido en la Constitución Española y si alguien se siente aludido y odiado, entonces exijo mi derecho a odiar.
Última reflexión,; Twitter ha bloqueado la cuenta de Vox -por que el sistema no sólo censura por la vía penal-: este problema no se acabará con el desbloqueo de la cuenta -cualquiera que sea el motivo-, sino buscando plataformas de comunicación que no estén controladas por este sistema totalitario globalista. Si alguien duda de la existencia de este sistema, que lea las declaraciones de uno de sus portavoces -menos aventajados- que insinúa que los hijos no son de los padres, sino que pertenecen al estado.