El coche eléctrico no es la solución
El coche eléctrico no es la solución
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[TD]Tengo que decir que no comparto en absoluto esta especie de euforia
electrizante tan de moda estos últimos años.
De la misma manera me parecieron y me parecen extremadamente sospechosas ciertas legislaciones europeas que nos hicieron y nos están haciendo reemplazar y suprimir todos los sistemas de iluminación decretados (
Decretados...) obsoletos.
Hay materia de buenos negocios, hay lobbies muy activos que lo han entendido perfectamente bien. La preocupación por el estado del planeta reducida a un buen argumento de marketing...
Por lo esencial el coche eléctrico no hace sino desplazar las contaminaciones. Y la electricidad no es por sí misma la solución, sin atender a sus formas de producción y de almacenamiento.
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Extractos de un corto artículo reciente...
El coche eléctrico no es la solución
José Luis Llorente - Público
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¿Es el coche eléctrico urbano la solución?
Me refiero a la solución urbana, ya que, en el futuro más próximo, la extensión del coche eléctrico fuera del entorno urbano plantea otros problemas adicionales que no están resueltos, y en algún caso, ni siquiera planteados.
En mi opinión, no es la solución, y no lo es por varios motivos entre los que se encuentran los siguientes: contaminación en origen por la fabricación de baterías, derivación del problema a la industria eléctrica y complicación de las infraestructuras urbanas.
El coche eléctrico requiere el uso de baterías sofisticadas. La tecnología más empleada actualmente es la de ión-lítio (con diversos subtipos: en polímero, hierro fosfato, olivino, …) pero en todas ellas el proceso de fabricación es altamente contaminante. Por ejemplo, un estudio publicado esta primavera por el Instituto Sueco de Investigación del Medio Ambiente calcula que se emiten entre 15 y 20 toneladas de CO2 en la fabricación de una batería de coche de 100 kWh. Los electrodos de grafito que emplean las baterías son otra fuente importante de contaminación. Y el reciclaje de las baterías usadas aún no tiene una alternativa.
La aparición de un número muy elevado de nuevos puntos de recarga, en garajes individuales o públicos, supondrá un cambio importante en la curva de demanda eléctrica, creando nuevos picos en horas valle de producción eólica y solar como son el final de la tarde y la noche. La principal fuente de energía utilizable para generar esa demanda tendrá que ser inevitablemente el consumo de combustibles fósiles. Volvemos a tener un remedio quizás peor que la enfermedad.
En los suburbios de las grandes ciudades el porcentaje de vehículos que pueden recargarse en un garaje privado es alto, en torno al 40%. En el centro de las ciudades es mucho menor, del orden del 10-15%. Eso supone que son necesarios puntos de carga en las calles para cientos de miles de vehículos en una ciudad como Madrid. Actualmente hay 25. El planteamiento es, simplemente, absurdo.
¿Cuál es, entonces, la solución?
La solución, la única solución, pasa por la sustitución del vehículo privado por el vehículo público. En primer lugar, incrementando la oferta de trenes de cercanías, metro y autobuses, mejorando su calidad, comodidad y frecuencia, simplificando las opciones de pago y reduciendo los precios según se incremente el número de viajeros o subvencionándolos. Pero también incrementando y fomentando las opciones de transporte individual de uso público, con más opciones de coches, motos y bicicletas de alquiler. Y el vehículo de alquiler con conductor, el taxi y sus nuevos competidores, tiene un papel importante que jugar entre el vehículo de transporte colectivo y el individual.
Y para alcanzar esa situación hay varias cosas que hacer. La primera es concienciar a la población de que la contaminación y el cambio climático es un problema de todos, no sólo de las empresas o de los gobiernos. El segundo es seguir con las restricciones al uso de vehículos contaminantes y con la exclusión de los vehículos del centro de las ciudades mediante la peatonalización y la restricción de la entrada a los no residentes. El tercero es impulsar las soluciones de vehículos públicos, tanto de uso individual como colectivo, y por supuesto, con las tecnologías menos contaminantes.
Cuando sea más barato disponer de un vehículo público, idóneo para cada ocasión, para el transporte urbano que mantener y usar un vehículo privado, habremos dado un gran paso para reducir los problemas de contaminación ambiental.
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http://blogs.publico.es/econonuestra/2017/11/19/el-coche-electrico-no-es-la-solucion/
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