Una
ITV desfavorable no se debe confundir con una
ITV negativa, que implica la inmovilización inmediata del vehículo, que tan solo podrá ser transportado en grúa hasta el taller en el que se vayan a realizar las reparaciones, y de nuevo en grúa hasta la ITV. Mover el vehículo con una ITV negativa conlleva una sanción de 500 euros (sin posibilidad de la reducción del 50% por pronto pago).
En el caso de la
ITV desfavorable, suele ser habitual que hay algún problema con el alumbrado (alguno de los faros fundido, por ejemplo),
que los neumáticos no cumplan con la normativa vigente o que haya que sustituir las pastillas de freno. El coche se puede mover hasta el taller, y de allí a la ITV una vez más, donde se realizará un segundo examen. Hoy,
es posible elegir una nueva estación de ITV tras una inspección desfavorable, mientras que anteriormente era obligatorio pasarla en la misma ITV.