Hola amigos unos consejos para la conduccion en nieveRITMO CONSTANTE. Piedras, riachuelos y desniveles de un 20% escaso que normalmente se sortean en 4x2 se bastan, una vez cubiertos de nieve, para provocar el deslizamiento de una o más ruedas.Estas son consideraciones válidas para la circulación de cualquier 4x4 en la pista, aunque admiten mayores puntualizaciones en consideración de su capacidad, cualidad que a su vez comporta nuevos retos y soluciones. Repasamos algunas observaciones hechas en el capitulo anterior y anotamos de nuevas que creemos de utilidad para que nuestros paseos sobre pistas nevadas o heladas sean divertidos y sin riesgo.
En cierta medida, la conducción sobre nieve se asemeja a la del barro: nada de aceleraciones o frenadas bruscas, ritmo constante y suave, utilizando la marcha justa que permita una reserva de potencia para una respuesta vigorosa del motor si fuera necesario.
En pistas cubiertas parcialmente o con nieve pisada, la conducción no entraña grandes dificultades, pero hay que prestar atención a la posible presencia de hielo, principalmente en las zonas umbrías. También se debe evitar marchar a caballo entre nieves de distinta consistencia, que podrían provocar un desvío de la trayectoria deseada.
Otras reglas a seguir son: mantenerse en el interior de la pista, ya que la parte exterior o muro de contención podría estar minado, pero con cuidado de no caer en las zanjas de la cuneta; trazar las curvas con suavidad, girando lo menos posible el volante. Y siempre que sea posible, en los descensos en mayor medida, marchar sin el bloqueo de las transmisiones o del diferencial central para no perjudicar la maniobrabilidad del vehículo.
El placer de conducir aumenta considerablemente cuando aparece nieve virgen, pero será necesario abocar toda la destreza para seguir avanzando. Antes de iniciar un tramo debemos evaluar el tipo de nieve, grosor y estado del fondo. Por ejemplo, los cambios de nivel de la nieve suelen ser cambios de nivel del terreno ocultos, una piedra, una zanja, roderas, etc… También el cambio de brillo de la nieve, como el color en la arena, es síntoma de su consistencia; cuanto menos brilla y mortecina la veamos, más helada estará o se habrá convertido en puro hielo.
Sobre nieve en polvo, el avance será más fácil aún cuando el grosor de la capa supere la altura libre del vehículo, gracias a que el tren delantero hace las veces de máquina quitanieves. La nieve primavera, fría y húmeda, se apelmaza rápidamente bajo la panza del vehículo frenando su avance. La nieve dura permite una buena tracción y un buen guiado, pero es peligroso tratar de remontar pendientes superiores a los 20º sin el uso de las cadenas.
Siguiendo las trazas de un vehículo será más fácil avanzar, pero si toca abrir camino, lo más acertado esmantener el motor bajo de vueltas con la marcha más larga posible. En cuanto se detecte un patinaje de las ruedas o que el coche tiende a detenerse se engranará rápidamente la marcha atrás y se intentará avanzar de nuevo con un poco más de alegría, pero sosteniendo un ritmo uniforme.
Las ayudas electrónicas a la tracción suelen ser un buen aliado, de mejor resultado cuando van integrados en el sistema de gestión de las transmisiones y en modelos equipados con reductoras (p.e. Land Cruiser 150, Grand Cherokee, Discovery-4, Touarg, etc...). Pero en los todocaminos, si el dispositivo del control de estabilidad admite su desconexión puede resultar muy eficaz anularlo temporalmente para progresar, particularmente en ascensos y firmes irregulares y de diferente consistencia. También en estos casos, a diferencia de los descensos y tramos virados, donde es esencial no perder maniobrabilidad, es mejor ir con el diferencial central bloqueado. En los 4x4 más especializados, que incorporan bloqueos de los diferenciales de los ejes, por lo común en el trasero, su uso debe ser muy restringido, limitándose a ascensos muy duros, irregulares y sin pendiente lateral, pues de lo contrario el vehículo se vería arrastrado del eje actuante hacia la caída de la pendiente.
En los cambios automáticos, si existe, no olvidar recurrir a la función “snow” y de bloqueo en 2ª. En los manuales, la utilización del embrague debe limitarse exclusivamente al cambio de marcha.
El ascenso por laderas es más factible mediante zigzagueo suave, mientras que su descenso puede ser más directo, empleando una marcha más corta y un poco de acelerador. Los deslizamientos se corregirán con ligeros y suaves contra volantes, acompañados de suaves toques de gas. Para detenerse, vale la pena aprovechar el freno motor.
Una última consideración: mucha precaución con el vadeo de riachuelos helados o parcialmente helados, y largas roderas profundas. Hay que calibrar su profundidad, la limpieza del lecho (presencia de piedras de tamaño irregular), el grosor de la capa que lo cubre y su resistencia al peso del coche. Obviamente la experiencia es un grado, pero sea como sea, si no hay más remedio que afrontarlo, lo haremos muy despacio para, en caso de rotura de la capa de hielo, evitar daños en la carrocería (el hielo fragmentado suele ensañarse con los parachoques, radiadores y conducciones no metálicas), inmovilizaciones y/o daños mecánicos, más factibles en los modernos todocaminos de bajos desprotegidos.
Un abrazo felices fiestas.