Hay veces que tal y como se plantea la privatización de ciertos servicios por ser supuestamente antieconómicos es como si dijéramos:
Mi coche consume mucho, gasta mucha gasolina, ... ah, es que tiene el filtro de aire (o lo que sea) lleno de mierda. Mejor cambio de coche en vez de cambiar el filtro.
Pero si en el coche nuevo sigo sin cambiar los filtros, me pasará lo mismo que en el viejo, y además tendré menos dinero para repararlo. Privatizar muchas veces supone que desaparezca la calidad del servicio público: ejemplos hay a patadas. Lo que hay que trabajar es en mejorar la gestión de la empresa pública, y es posible, no es una panacea.
Yo trabajo en una empresa pública, y no me voy a hacer el mártir. Tengo un buen horario, un sueldo que cubre mis necesidades, más vacaciones que mis amigos ...
Y ahora nos bajan el suelo. Me jode, pero lo entiendo. Con muchos matices, pero lo puedo entender y me adaptaré a ello. Lo que tampoco entiendo es que en los últimos años de bonanza nos hayan bajado impuestos, en vez de seguir recaudando e inviertiendo como dios manda esos impuestos, fomentando la investigación y desarrollo, la ciencia y la industria, que es lo que nos saca de este jaleo.
Y tampoco entiendo dónde está el dinero que han ganado los constructores en los últimos años. Es una pequeña obsesión mía, tengo fijación con las empresas de construcción. Pienso que cuando se superan las necesidades y se dedican a especular, como ha pasado, lo que han generado es pan para hoy y hambre, mucha hambre, para mañana. Han fomentado no sólo la gran especulación, sino que todos nosotros fuésemos pequeños especuladores y todo el mundo haya querido hacer negocio con su trastero, garaje, piso o casa en el pueblo ... Hay que hacer autocrítica de lo que ha pasado. Y zonas que están con tasas de paro del 20% se tendrían que preguntar porqué los chavales de esos pueblos se han dedicado a trabajar en la hostelería o la construcción con 18 años para tener dinero fresco en la cartera con el que comprarse un coche, en vez de estudiar y formarse. Eso sí que es un desastre.