Pero me ha costado la friolera de cuatro pesadas... el de la báscula ya me miraba raro, porque todos las semanas aparecía por allí y, venga, caravana en medio de la báscula, desengancha, pesa, vuelve a enganchar... ya me daba corte. Encima en una ocasión hice esperar a un par de camiones y no veas cómo me miraban los chóferes.
LLegué a vaciarla casi entera de trastos; lo que se podía vaciar, claro, y subirlos a casa y empezar a pesar todo: cubiertos, platos, vasos, cacharros de cocina, etc, etc. Para pesar la rueda de repuesto y la bombona de propano, usé la báscula de baño en el mismo parking donde guardamos la caravana. y, por fin, conseguí dejarla en esos 1.480 kg.
Pa las cervezas, el sitio ya está reservado en la nevera del coche