Toda la noche lloviendo. Me desperté a las 9, y después de mear (cosas de la próstata) y tomarme un zumo de naranja y unas pastillas, miré el panorama y decidí que lo mejor era meterse otra vez en la cama... y volví a despertar a las 12 (puñetera próstata), y seguía lloviendo, con rachas de viento frío y desagradable... ¡A la cama! Siendo la una acordé que había que tomar una decisión, así que me armé de valor y procedí a levantarme, asearme, vestirme, y... echándole mucho coraje, salí, me subí al coche y me fui a comer el menú del día a un restaurante cercano.
La putada es que ya estoy en casa otra vez... porque por ahí adelante no hay quién pare. (¡¡¡Cúidate, Öptimo. Latumba no nos ha resuelto ninguna incógnita!!!)