Bueno, pues ya está, Ya han pasado los días de puente y el estreno de la AC. Suerte que no hicimos mucho caso de las previsiones del tiempo que daban por la tele y al final decidimos salir. El resumen del viaje es FANTÁSTICO y como tengo muchas ganas de contarlo, ahí va un poco de ’rollo’:
Salimos sobre las cuatro y media de la tarde y paramos a dormir en Riglos, en un parking que hay a la entrada del pueblo. Cuando ya estábamos durmiendo, nos despertó una tormenta de rayos, agua y viento de no te menees, acompañada de los ladridos y aullidos de un perro que se refugió debajo de la AC.
Al día siguiente amaneció muy nublado pero al poco rato se levanto y pudimos admirar las extraordinarias formaciones del los Mallos.
Seguimos viaje hasta Ochagavía donde aparcamos en el parquing al final del pueblo, junto a la ‘estación patatera’ (!!!). Comimos y nos fuimos al bosque de Iratí. Por intercesión especial del santo que protege a los incautos, encontramos dos plazas en el aparcamiento de Iratí, salimos a pasear hasta que anocheció y nos quedamos a dormir en el mismo parking, previa consulta con la guarda (amabilísima). Noche extraordinaria, cielo como hacia años que no veía… una maravilla. Al día siguiente otra guarda muy amable nos indicó que no podíamos pasar otra noche en el parking. Paseo obligatorio hasta el embalse. Magnifico el bosque, aunque ya estaban prácticamente todas las hojas en el suelo.
Por la tarde regreso a Ochagavía y nos fuimos al camping. Bien, pero nos soplaron 3 euros por llenar el depósito de agua. Después de una noche de lluvia, paseo por el pueblo, comprar algo de avituallamiento y nos vamos hacia Roncal. No encontramos la Venta de Juanpito y luego nos dijeron en el Roncal que está en la carretera que viene de Francia. Compramos queso y depués de comer, hacia Lumbier, previa visita a Javier. Una lástima que esté todo el entorno en obras.
Antes de llegar a Lumbier, desde Navascues, impresionante vista de la Foz de Arbayún desde un mirador a pie de carretera.
Al día siguiente visita a la Foz de Lumbier y después de comer, a casita.
No tuvimos ningún incidente y el viaje resulto magnífico. El paisaje de la carretera que va desde Ochagavía a Isaba espectacular, magnífico, un espectáculo de colores amarillos, ocres, rojos y verdes.
También muy bonitos los paisajes de Aragón (por la A-132)
Una única ‘queja’. Aparte del mirador de la Foz de Arbayún y de uno cerca de Riglos, no encontramos NINGÚN sitio donde parar para observar y fotografiar los extraordinarios parajes que atravesábamos.
Disculpas por la extensión.