Un día, a la hora del almuerzo, me llamaron del banco donde acabábamos de pedir el préstamo hipotecario para la compra de este piso. Pensé que había algún problema...
-¡¿Hola?! ¿D. Ángel Tal y Tal?- decía la voz del otro lado
-Sí, soy yo
-Soy Menganita, la directora del Banco Talycual. ¿Os habeis enterado de la noticia?
-No, digame- dije ya bastante desesperado... No me gustan las incógnitas según de donde vengan.
-¡¡¡Os ha tocado 1.000.000 de pesetas!!!, ¡¡¿No lo habeis escuchado esta mañana en la radio?!!
-¿Cómo? ¿no será una broma no?
-Cuando quiera pueden venir a recogerlo, está vuestra disposición esperándoos en el banco...
Hoy 6000€ no dan para mucho, pero en el año 96 y habiendo pedido recién cumplidos los 26, la hipoteca de nuestra vida, nos pareció el mejor de los regalos... Resulta que por cada 50.000 pesetas que tenías en la cuenta, tenías un boleto para participar en el sorteo diaro de 1.000.000 de pesetas, que se celebraba durante un mes... Como aquel día nos habían ingresado la totalidad del importe del préstamo en la cuenta, el azar nos sonrió y quiso que el premio acabara en nuestros bolsillos... ¡Y sin tener ni idea de que estábamos jugando!

Aprovechamos para amueblar media casa...
Un par de veces más me han ocurrido cosas por el estilo, pero no tan importantes como esa... También sin boletos...
Bueno os dejo, a ver si me puedo pelar antes de ir a la ofi...