De nuevo no debía estar aquí, Hoy toca tarde con Rowenta Concorde, que son 3 lavadoras enteras por planchar y eso se lleva un ratito... Más platos, etc, etc, que todos los Marujos ya sabéis...
Me pesé a final de la mañana, ya había ido a correr, pero también me había tomado el litro y medio de agua y el desayuno... Pues he perdido 3,700 en una semana. Más de lo que esperaba. Y eso que sólo hice 3 días de ataque... Pero también es verdad que no he faltado a mi deporte diario más que el lunes, como siempre. Estoy contento. El sábado va a hacer una semana que estoy en la fase de crucero así que sólo me faltarán 3 para que el efecto yo-yo, no haga aparición. Y después a mantener sin pasarme mucho. Yo sólo quería perder 4 kilos, en realidad para estar en mi peso recomendado debían ser 6, pero ya me puedo dar por satisfecho.
Bueno... tendrá que hacerse un poquito más antes de salir ¿no?
La primera vez me dio con 10 años, que hacía un trabajo para el cole, de coger bichos para embalsamar y hojas para secar y la primavera me entró de un modo inesperado.
Vivía en Fuengirola, un pueblacho que gustaba a los turistas ya por los 80, pero que no disponía aún de hospital. Por la noche, cuando mi padre se disponía a vestirse para irse a trabajar, me sintió en la cama ahogándome, bueno, lo intenté llamar y no me salía la voz, entonces encendió la luz y dijo -¡¡Dios mío!!- se me habían hinchado los ojos de tal modo que no los podía cerrar.
Rápidamente me metió en el coche y nos dirigimos a la casa particular de nuestro médico de cabecera privado. Lloviendo, a eso de las 3 de la madrugada, nos esperaba en bata a la puerta para inyectarme el famoso Urbason, y de allí nos mandó para Málaga capital (más de 35km). Entonces no había autovías, el coche (un Seat 1430) al exprimirlo un poco más de la cuenta, bailaba de lo lindo en las curvas de la costa con la carretera mojada, fue cuando le pregunté a mi padre si era peor morir o quedarse ciego (no veía más que arañas de colores), aún me lo recuerda llamándome de to... Pues cuando llegamos a Carlos de Haya, el hospital de la capital, nos dijeron que ya iba remitiendo la crisis y que le diéramos las gracias a ese médico que me había salvado la vida.
Después no tuve más crisis hasta los noventa, pero ahí comenzaron a ser fuertes en cuanto iba al campo en primavera. De hecho, tenía pedidas las pruebas de la alergia, pero no me daban cita desde hacía 2 años... Esa prueba parece que tardan bastante en asignártela. Pues bien, me tocó hacer un trabajo topográfico en pleno casco histórico y el solar tenía matas que me llegaban a la cintura... Casi no salgo de allí. Me tuve que meter en un Taxi ahogándome y para el hospital de nuevo. Urbason y oxígeno... A las 2 semanas me hicieron las pruebas por fin y me comenzaron a vacunar de 2 de las 10 cosas a las que soy alérgico, las que más se dan aquí. He estado 8 años vacunándome cada mes (yo que odio las agujas...) y al fin me la han quitado porque parece que a partir del quinto año ya no hace tanto efecto esa "recordatoria". Pero el caso es que me siento muchísimo mejor y sólo me da fuerte entre mayo y junio.