Quizá sea uno de esos bichos raros que todavía andan pululando por esta bendita tierra, pero debo admitir que tengo una ilusión tremenda por ir a este encuentro, y debo hacer unas consideraciones, en cualquier caso, muy personales, dirigidas a aquellos a los que pueda interesar, por si pueden servirles de algo:
- Que los mejores momentos surgen de lo imprevisto y de la improvisación. Es más divertido. Anecdota de Juan Carlos I en un viaje oficial a Rusia. Le dijo a su ayuda de cámara que quería visitar el museo del Hermitaje. ¡Señor, eso no esta previsto! La contestación de Juan Carlos I fue muy graciosa: ¡Pues prevéalo inmediatamente!. Lo importante es nuestra actitud ante lo imprevisto e imprevisible. Si es la correcta, diversión garantizada. Si no lo es, lo único garantizado es la frustración.
- Que el ahorro económico es importante pero, en cierta manera, relativo. Diez o quince euros más o menos no creo que sean motivo, al menos en mi caso y creo que en el de todos nosotros, para renunciar a este encuentro que todos estamos esperando.
- Que no pongo el éxito o fracaso del encuentro en el número de instalaciones que asistan a él, ni me obsesiono por ello. Todo el mundo es bienvenido, respetando los condicionamientos logísticos que nos son impuestos desde fuera, lógicamente.
- Que no importa lo que comamos, sino el ambiente que se genere cuando estamos comiendo (o cenando). Cuando salgo con la caravana no soy precisamente de los que me esmero en la cocina. Prefiero aprovechar ese tiempo para otras cosas. Casi con toda seguridad me veréis en las comidas y cenas con "maravillosos bocadillos". Nada de comidas y cenas exóticas.
- Que como amante de la improvisación, me gustan las sorpresas, tanto recibirlas como darlas. ¡Ojo, sorpresas agradables! No hay nada como encontrarte de repente con algo agradable que no te esperabas.
- Y por último, para no alargar más este rollo, que la libertad de cada uno es inviolable. Para que se pueda disfrutar plenamente en cualquier situación, es imprescindible sentirse libre de presiones y condicionamientos indeseados.
- Hay más, pero me callo, no sea que no me dejéis ir al encuentro.