Un pastor baja al un pueblo en busca de esposa, se dirige a la iglesia y le dice al cura:
- Padre, me gustaría encontrar esposa porque vivo muy solo allá arriba con el ganado y me vendría bien tener compañia. Querría una mujer que fuera muy recatada.
El cura habla con la **** del pueblo, que ya no era muy jovencita y en el pueblo estaban pidiendo el relevo, y le propone casarse con el pastor; ella accede y se casan. Unos meses después, el pastor vuelve a bajar al pueblo y se encara con el cura, tremendamente cabreado:
- Padre, le dije que me buscara una mujer muy recatada y con la me casé, porque Vd. me la presentó, es más **** que las gallinas.
- Vamos a ver hijo, tú me pediste una mujer muy recatada, y Margarita te puedo asegurar que está catada y recatada a más no poder.