Bueno, pues hemos estado en Luz por fin.
Fuimos el 27, y a la ida nos dimos cuenta de que nos entraba agua por una ventana, la frontal. ¡Qué disgusto! Íbamos pensando dejarla allá, en el camping, pero al ver la entrada de agua se nos cayó el alma a los pies.
Llegamos al camping por fin y nos dimos cuenta de que se nos quedó el cable en el garaje de casa. Los del camping Airotel nos prestaron uno, y cuando entramos en la caravana y quisimos encender la calefacción Truma, no funcionaba. Jarreaba de narices, yo acordándome de la humedad de la ventana y el Trumatic que se negaba a funcionar. Nos prestaron una estufita de aire caliente para pasar la noche.
Fuimos a la piscina del camping, que ahora abren de 5 a 8 por estar ampliándola, y el agua estaba fresquita (25ºC). Al estar de obras parece que no pueden subir más la temperatura. Creo que por este motivo no han subido las tarifas, aunque a nosotros sí nos sube porque la pequeña ha cumplido los 7 años y ya paga algo más.
Toda la noche del sábado jarreando, y el mayor de los niños se puso malo: gastroenteritis. Y yo seguía acordándome de la entrada de agua.
Por la mañana, la Truma empezó: clic, clic, clic... ¡parecía que se quería encender! Le di marcha, me acerqué para ver si hacía llama, y ¡PUM! Explosión dentro de la calefacción. No nos pasó nada, pero ¡menudo susto! Total que al salir de la caravana vimos que el capuchón de la chimenea había salido volando con el tiro y se cayó a la puerta de la caravana. Por lo menos ya funciona la Trumatic.
A mediodía el niño echó siesta y se levantó mejor. Subimos a pistas a las 4 de la tarde y anduvimos salseando arriba y abajo en la Baby, subiendo a pie (hay que probar el material "in situ", ensayo general que se dice). La nieve estaba genial, había caído mucha la víspera (sábado, que llovió un montón abajo) y el domingo por la mañana también.
El lunes por fin conseguimos subir a esquiar y fue una gozada, aunque hacía mucho frío, la nieve estaba estupenda. Se veía que faltaba algo de capa en alguna zona suelta, pero por lo menos con eso tuvimos suerte.
Y esa noche, a la vuelta, un francés en el peaje nos hizo señas de mirar para arriba, y vimos que llevábamos la antena de la tele colgando. ¡No nos lo podíamos creer!
Resulta que al saltar el capuchón de la chimenea de la Truma debió de pegar la antena, que la tenía justo al lado, y rompió la base de sujeción. Estábamos deseando llegar a casa ya.
Y ya llegando, a 40 minutos de casa, me dice mi marido que el volante pegaba bandazos de vez en cuando. La rueda delantera izquierda del coche hacía ruido a ratos, y vinimos rezando. Total, que al subir la última cuesta para casa, metió la reductora, y al quitarla, la marcha no quería entrar. Los últimos 100 m hasta casa los hicimos con la reductora puesta: hay que sustituir el cardan.
Tenemos el coche y la caravana en cuarentena.
Por lo menos hemos ido a Itsasmendi y nos han dicho que sellarán la entrada de agua para que no vaya a más, aunque hasta el 12 de enero nada. La verdad es que me quedé con ganas de esquiar más, mucho más, pero habrá que tener paciencia, que la caravana aún tiene que durar muchos años. ¡Pero qué disgusto con el agua!
Al coche lo tiene mi marido medio desmontado, ha pedido la pieza y mañana se la coloca.
Bueno, y lo que realmente interesa, HAY NIEVE!!!!
Para que lo sepa quien esté dudando si ir o no antes de reyes.
Nosotros vamos a intentar descansar, que falta nos hace después de estas intensas vacaciones.
