a ver inesita.... estas insinuando que nuestros temas de conversación son "algo limitados"... te equivocas supinamente. Hay algo que demuestra nuestra gran imaginación ... te explico....
En realidad el tema de conversación preferido de los hombres es.... las mujeres, pero , a diferencia vuestra, no para criticarlas... sino para comentar y enaltecer (esto ultimo sobre todo) las grandes cualidades intrinsecas del genero femenino. Lo que ocurre es que como este tipo de conversacion está mal visto entre las mujeres (algo que no terminamos de entender muy bien) hemos tenido que ir buscando temas de conversación alternativos. Es cierto que la mayoría de estos temas carecen de una gran profundidad, pero es así para no perder la capacidad de observacion del entorno mientras hablamos, comprenderas que siendo nuestro origen evolutivo el de cazadores en un ambiente hostil, nuestro cerebro se haya especializado en estar alerta a la atenta observación del entorno y ello requiere que la conversación verse sobre unos temas que no necesiten de una gran concentración que merme nuestra capacidad de observacion y reacción ante las variaciones que pueda presentar el entorno.
Entenderás entonces que temas como el futbol, la formula 1, la mecanica, la piña de 13 polos, el consumo en 5ª e incluso las diferencias entre marcas de cerveza, sean temas verdaderamente apropiados para poder conversar fluidamente sin perder la capacidad de concentración que nuestra condición de cazadores requiere.
Con esto tambien te queda demostrado que no hay nada más falso que ese rumor, muy extendido entre el genero femenino, que afirma que los hombres no somos capaces de hacer dos cosas a la vez. Queda demostrado que en realidad siempre las estamos haciendo, a veces incluso llegamos a las tres cosas a la vez, eso sí , tengo que confesarlo, con algo de dificultad.
Espero que con esta explicación quede aclarado el asunto y que ello contribuya en el futuro a que, como mujeres, llegueis a la inequivoca conclusión que nuestras conversaciones no sólo son apropiadas, sino que tienen un gran valor en si mismas; y que ello contribuya a aumentar la gran admiración que, sin duda, nos profesais, aunque no podais llegar a demostrar adecuadamente por culpa de las aberrantes normas de conducta que os han sido impuestas por una educación tendenciosa y represiva de vuestras verdaderas emociones.
