El silencio
El silencio
A veces quisiera quedarme callado, sin decir nada, retirarme al silencio, abrazar el silencio. A veces pienso que es una manera de encontrarme, quizá la más acertada para organizar de alguna forma, si es que existe, mis pensamientos…
Quisiera hacer silencio para que quizá cuando emita algún sonido, este mismo me escuche y se dé cuenta de que estoy allí, para que pueda al menos alguna vez confiar también en mí.
¿Será que existe un abuso de las palabras?, ¿un abuso que la despoja de su valor?, o serán esos cambios en los significados que ocurren en una lengua viva lo que va cambiando su sentido, y es entonces cuando molesto, no significa tanto molesto sino tan solo un poco incomodo, y cuando decir querer, es más bien me gustaría, un me gustaría casi tan lejano como un horizonte.
Por eso será que el lenguaje figurado toma tanta fuerza, por ello tendrá más fuerza una imagen que una palabra.
A veces, no sé si muchas durante el día, me quedo callado. Me quedo callado cuando me parece que el silencio es más fuerte para expresarse, me quedo en silencio cuando creo que mis palabras no serán escuchadas, no serán valoradas.
He llegado incluso a pensar cuán importante puede ser la discreción hoy en día cuando todo es público, hoy en medio de tanta expresión es un tabú el silencio, lo que se calla, lo que no se dice. La sinceridad es casi un tabú. Aunque parezca contradictorio en medio de tantas palabras la sinceridad sigue siendo muy costosa.
Aun hoy seguimos comunicándonos con todos nuestros filtros, con el filtro de nuestra propia experiencia, seguimos expresándonos con todos nuestros límites así como seguimos recibiendo un pequeño porcentaje del mensaje que escuchamos.
El silencio, la soledad, pueden ser grandes, gigantes compañeros, ellos pueden hacer ecos de las palabras, pueden magnificarlas.