Amarse a uno mismo no sólo significa valorarnos positivamente, escucharnos interiormente, atender nuestros malestares, aceptar nuestras limitaciones, trabajar nuestras actitudes y respetarnos frente a los demás.
También tiene que ver con la capacidad de sanar nuestras heridas emocionales: fracaso sentimental, fallecimiento de un ser querido, decepción con un amigo, etc. Para ello nos ayudaremos de la aceptación y el perdón. No nos podemos estancar, ni huir de nuestros dolores, debemos reconocerlos como parte de nosotros si queremos que lleguen a transcender saludablemente.
“Cuando te amas a ti mismo dejas de encontrar motivos para luchar, sufrir y entrar en conflicto con la vida”.