Las cosas no cambian, cambiamos nosotros.
Las cosas no cambian, cambiamos nosotros.
Hay momentos en la vida en los que una decisión insignificante puede cambiar el transcurso de toda una vida. Tomamos decisiones a diario, desde cuando decidimos levantarnos, cuando elegimos la ropa, cuando eliges lo que quieres desayunar, la hora a la que sales con los amigos... Se puede decir que al menos cada media hora has elegido una opción, has decidido qué camino escoger.
No importa si es algo importante o tal vez sin importancia. Cada una de las decisiones que tomes te harán ser la persona que eres, o podrán cambiarte. Lo que trato de decir es que, las cosas cambian cuando nosotros tomamos nuestras decisiones, sí. Pero a medida que pasan los años lo que en un principio habrías elegido, puede que ahora sea diferente y ya no decidas escoger lo mismo. Es por esto que si las cosas cambian no es debido a que tomemos una u otra opción, es a causa de que nosotros, con los años, cambiamos. Las experiencias nos ayudan a ser más fuertes y, tal vez, menos sensibles.
Es cierto que los rasgos profundos de nuestra personalidad son muy difíciles de cambiar, pero la mayoría de nuestros rasgos son alterables con el tiempo. Por eso creo que nunca llegas a conocer del todo a una persona. No sólo lo creo, lo sé. No se puede conocer completamente a nadie si ni siquiera te conoces a ti mismo. Nunca sabes como vas a reaccionar a ciencia cierta, ni tampoco como serán tus pensamientos en un futuro.
Por esto, las cosas no son las que cambian; cambiamos nosotros.