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El origen de la palabra FRENÉTICO.
Es el estado en que se encuentra una persona dominada por el frenesí, o sea, que sufre una exaltación violenta por efecto de algún sentimiento, por lo general de rabia o de enfado. En 1611 escribía el lexicógrafo Sebastián de Covarrubias en su Tesoro de la lengua castellana que el frenesí o frenesía (voz caída en desuso) era “una especie de locura causada accidentalmente de la gran calentura, la cual mitigándose cesa”.
Y es que esta perturbación del ánimo así llamada hacía referencia en su origen a una enfermedad, caracterizada por fiebre intensa, hiperactividad y delirios. Las raíces del término nos lo revelan: deriva del latín phrenēsis, que a su vez proviene del griego phrenîtis o frenitis, literalmente ‘inflamación del diafragma’. No obstante, la frenitis es en verdad una inflamación cerebral que causa los síntomas arriba citados. Este desajuste conceptual se entiende porque hubo un tiempo en que para los antiguos helenos la mente no residía ni el cerebro ni el corazón, sino en el phren, el diafragma, el músculo pectoral encargado de la respiración.
Este fue primero la sede del miedo, la angustia, las emociones, y luego pasó a ser la del pensamiento. Esto explica por qué encontramos el lexema griego phren-, tanto con el significado de ‘mente’ como de ‘diafragma’, en palabras como esquizofrenia, frenopatía (enfermedad mental) y nervio frénico (o del diafragma).
La frase: "Siempre me ha sorprendido la dificultad que el ser humano tiene para soportar las molestias cotidianas y la valentía con que afronta las situaciones excepcionales."
Josefina Aldecoa (1926-2011) Escritora y pedagoga española.
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