¡Qué barbaridad! Total este hilo lo inicié con cuatro líneas para tratar de explicar el porqué de ser "viejo" y ser "casi" feliz... todo culpa de un ajuste del ordenador que me exigió volver a registrarme, y al meter el código metí el antiguo y salió "cocodrilo feliz", y me pareció mejor volver a ese "nick" que seguir con lo de "viejo". Y el hilo se ha ido convirtiendo en una reflexión sobre el paso del tiempo en las personas, un poco sobre el futuro y algo sobre la soledad y la muerte. Habéis colmado de ánimos y deseos de buen rollo a un usuario desconocido en persona (para casi todos) y me habéis demostrado que sigue existiendo gente normal con la que tiene que ser, también normal, sentarse a charlar tomando unas cañas bajo un toldo/cenador en un campin de cualquier lugar donde tengamos la suerte de coincidir personas normales. Será que la filosofía campista, aquellos que creemos en ella y la practicamos, nos imprime carácter, como la sotana a los curas y el tricornio a los guardias civiles que, por cierto ni unos ni otros la llevan ni lo llevan más que en circunstancias especiales.
Me he leído varias veces todo el hilo y casi me pongo colorado de los halagos, me he reído con las simpáticas ocurrencias y también asumo la crítica sobre mi forma de abordar algunos temas. Ya he dicho que algunas cosas las conservamos de por vida, y me referí a la voz y a algunos gestos... tendría que haber añadido el carácter: es muy difícil que el carácter se modifique a lo largo de los años; ni siquiera que los años te hagan ir a menos. No, simplemente todo se explica con el ejemplo del toro aculado en tablas, que los aficionados entienden perfectamente a qué me refiero, o con la metáfora del "marchitamiento". Los achaques de salud existen y te condicionan, y hay momentos en que no tienes humor para polemizar, y otros en los que te apetece hacerlo porque el tema es interesante y si no entras en provocaciones el debate decae y no se aprende nada.
De una cosa estoy seguro: imaginaros que nos pudiésemos reunir todos en un campin como los de Covaleda, en un bosque de enormes árboles sobre un suelo de hierba, por la noche después de cenar, con una gran hoguera y una monumental "queimada", a charlar, a debatir sobre lo que fuese surgiendo, habiendo coincidido por primera vez allí... ¿A que no lo olvidaríais nunca? Sin llegar a tanto yo he podido experimentar esa situación en una temporada en la que algunos foreros de "Solocamping" y "Webcampista" acabaron recalando en "O Muiño", por seguir mis consejos en sus visitas a Galicia, y lo pasamos muy bien, y el recuerdo se mantiene pese a que salvo alguna excepción, nunca más he vuelto a coincidir con aquellas familias y ahora ya hará más de 15 años que no he vuelto a coincidir con ninguno de ellos. Pero es más: eso del bosque, la gran hoguera y la "queimada", lo he vivido en un viaje que llevamos a cabo 45 Ac y "camper" por Marruecos, en las montañas del Atlas, rodeados de enormes abetos y con unos 30 litros de aguardiente en un cazo de barro, todo expresamente llevado desde mi pueblo justamente para ese acto, y con esas 45 familias que nunca nos habíamos visto antes ni teníamos ningún tipo de relación, sólo la de habernos apuntado al viaje que organizaba todos los años una empresa de Madrid. Tampoco después del viaje he vuelto a coincidir con ninguno. Fue la "queimada" más grande que hice en mi vida, el conjuro más espontáneo... y seguramente el viaje de aventura más bonito que puedo recordar de mi actividad campista.
El recuerdo, como siempre, ayuda a ir viviendo; la ilusión de abordar un proyecto de vacaciones, ilumina el futuro. En medio, el presente. Así vivimos.
¡Ya me gustaría reuniros a todos e invitaros a una "queimada"!