BASTA YA
MIGUELITOOO, después de sudorosa meditación decidí, tomando toda clase de precauciones, mirar bajo la cama. Encontré un montón de cosas, sobre todo de esas cosas que dices, enormes salchichas de pelusa, pero también cosas misteriosas: juguetes de plastico para la playa, ejemplares de la Gaceta del Agricultor, y juegos de bolígrafo y pluma de regalo de la II Feria del Calzado.
La conclusión es que a lo mejor hay otras personas viviendo en nuestra casa sin que lo sepamos. Yo, desde luego, no recuerdo haber apagado un Montecristo en la jabonera, ni haber utilizado el nuevo CD de esas de Mostoles como posavasos, que, por otro lado, no se para que otra cosa podría servir. ¿Que harian mis zapatos de vestir dentro de la cisterna?
Así como una parte importante de la cocina del casado es la nomenclatura. Te molestará menos desayunar "tostada italiana al queso" que pizza recalentada.
Desayunar pizza es uno de los grandes ejemplos de la libertad del casado Y por estar casados tenemos derecho a comérnosla donde nos dé la gana: delante de la televisión, en la cama o en la bañera. A juzgar por los restos, yo debo comérmela dentro del armario del recibidor y debajo del sofá, que es donde Isa no me ve.
Gran parte de mi tiempo de casado lo dedico a quitar el polvo con la camiseta y en desenrredar los cables de la aspiradora que se han liado con las patas de los taburetes. O mejor dicho, buscando buenas razones para no hacerlo. Yo pienso: "la suciedad es superficial, sólo es cuestión de apariencia" También pienso: "Si no se ve la mugre, es que no existe"
Miguelito, procura que haya poca luz en casa. No es dificil si tus ventanas están tan sucias como las mías. Por cierto, olvidate de las ventanas si vives en un piso alto, no vas a jugarte la vida por limpiarlas. Y, además, ¿que ocurriría si se te cayera algo? Desde la altura, un simple Kleenex empapado en Cristasol podría matar a alguien. Tampoco te molestes en fregar los platos: el lavavajillas los rompe solos. Intenté pasarme a los platos de cartón y, no veas la bronca de Isa. Además, tampoco sirve de nada, también salen fatal del lavavajillas.
Al reves que la mujer que lo hace por instinto (en caso contrario, puedes echarle la culpa a los suegros), el amo de casa ha de ser químico, ingeniero, mecánico, economista, filósofo y adicto al trabajo.
Por la vida, Ilis
MIGUELITOOO, después de sudorosa meditación decidí, tomando toda clase de precauciones, mirar bajo la cama. Encontré un montón de cosas, sobre todo de esas cosas que dices, enormes salchichas de pelusa, pero también cosas misteriosas: juguetes de plastico para la playa, ejemplares de la Gaceta del Agricultor, y juegos de bolígrafo y pluma de regalo de la II Feria del Calzado.
La conclusión es que a lo mejor hay otras personas viviendo en nuestra casa sin que lo sepamos. Yo, desde luego, no recuerdo haber apagado un Montecristo en la jabonera, ni haber utilizado el nuevo CD de esas de Mostoles como posavasos, que, por otro lado, no se para que otra cosa podría servir. ¿Que harian mis zapatos de vestir dentro de la cisterna?
Así como una parte importante de la cocina del casado es la nomenclatura. Te molestará menos desayunar "tostada italiana al queso" que pizza recalentada.
Desayunar pizza es uno de los grandes ejemplos de la libertad del casado Y por estar casados tenemos derecho a comérnosla donde nos dé la gana: delante de la televisión, en la cama o en la bañera. A juzgar por los restos, yo debo comérmela dentro del armario del recibidor y debajo del sofá, que es donde Isa no me ve.
Gran parte de mi tiempo de casado lo dedico a quitar el polvo con la camiseta y en desenrredar los cables de la aspiradora que se han liado con las patas de los taburetes. O mejor dicho, buscando buenas razones para no hacerlo. Yo pienso: "la suciedad es superficial, sólo es cuestión de apariencia" También pienso: "Si no se ve la mugre, es que no existe"
Miguelito, procura que haya poca luz en casa. No es dificil si tus ventanas están tan sucias como las mías. Por cierto, olvidate de las ventanas si vives en un piso alto, no vas a jugarte la vida por limpiarlas. Y, además, ¿que ocurriría si se te cayera algo? Desde la altura, un simple Kleenex empapado en Cristasol podría matar a alguien. Tampoco te molestes en fregar los platos: el lavavajillas los rompe solos. Intenté pasarme a los platos de cartón y, no veas la bronca de Isa. Además, tampoco sirve de nada, también salen fatal del lavavajillas.
Al reves que la mujer que lo hace por instinto (en caso contrario, puedes echarle la culpa a los suegros), el amo de casa ha de ser químico, ingeniero, mecánico, economista, filósofo y adicto al trabajo.
Por la vida, Ilis