Una vez, que la silicona ha endurecido, se despega el vaso (o recipiente que sea), y se traslada al lugar del golpe donde tenemos fija la referencia de cómo debe ir colocado. Se coloca, se fija, se quita el plástico y...
Habrá que hacer un agujero a la silicona (por arriba) para poder inyectar la resina de poliester. Bastará como orificio el que nos deja una jeringa de agua de suficiente paso para que deje fluir la resina. Teniendo en cuenta que la punta de la aguja debe salir entre la silicona y el agujero de la chapa (el golpe, vaya).
Tanto la silicona como la resina se limpian perfectamente si algo rebosa por algún sitio (claro, que no se te caiga el bote entero, porque entonces es más complicado). La silicona se desprende perfectamente una vez a fraguado, ya lo sabéis, se quita más fácil la silicona que el butilo ese. La resina, por su parte, si ha fraguado, es casi imposible de quitar. Si el golpe, o agujero como en la foto es muy grande, se puede reforzar con fibra de vidrio, que habría que poner antes de inyectar la resina.