Ilis
Participativ@
BASTA YA
Hemos venido a ser hasta ahora como desecho del mundo, como estropajo de todos.
I Corintios 4:13
¡Menuda frasecita! y lo malo es que Isa se la ha tomado al pia de la letra en sus relacciones conmigo.
La teoría de la limpieza, al igual que la seducción, debe seguir una dirección descendente: desde el techo hacia abajo. No hace falta ser muy listo para comprender que la teoría es una estupidez, porque la gravedad ya se encarga de eso: si hubiera porquería en el techo, se caería al suelo ¿no?. En cuanto a la porquería en el suelo, propiamente dicha, lo mejor es no tocarla porque se sube rapidamente a las paredes y al techo.
Lo cierto es que la única manera sensata de limpiar la casa es pagar a alguien para que lo haga. Pero no me puedo permitir ese lujo, con la asignación que Isa me dá, y nadie me lo va a hacer gratis. La limpieza de una casa requiere dotes fisicas especiales y yo nunca he sido miembro de los GEOS.
Pero, ¿con que frecuencia hay que limpiar la casa? Como regla general, yo diría que una vez en la vida. (creo que Isa piensa que una vez por hora).
No hay manera de engañar a Isa con el troco del orden. Una vez he metido la ropa sucia a presión en la cómoda, me parece que la casa ha quedado fenomenal, aunque el parqué esté pegajosillo. Pero Isa distingue entre "ordenado" y "limpio", sobre todo si se apoya en la estantería el día que lleva puesto un pantalón de lino blanco.
Para darle a una mujer la impresión de que se tiene la casa limpia, lo que hay que hacer es usar Centella. Pero no hace falta aplicarlo directamente sobre los muebles, basta con difuminarlo por la habiatación. Así olerá igual que si se hubiera limpiado.
Sobre las zonas más sucias como, por ejemplo, aquella estanteria que decíamos, yo aplico fijativo del que usan los pintores para los dibujos al carboncillo. De esa forma, el polvo se queda donde está y no anda ensuciando el pantalón de nadie. Si se pone la aspiradora en EXPULSION DE AIRE y se abren las ventanas, se consigue sacar bastante mugre de la casa. Es más divertido que aspirar y además me ahorro vaciar la bolsa. A continuación, conviene derramar algo más de grasa por el suelo; así el parqué deja de estar pegajoso para convertirse en resbaladizo, y la gente se cree que lo has encerado.
No me combertiré nunca en un profesional de la limpieza. Es de lo menos gratificante que puedo imajinar. A veces consigo converti la limpieza doméstica en una diversión sobre todo cuando uso al gato como plumero para quitar el polvo, pero cada vez me cuesta más atraparlo. Despues de siete u ocho coñá, me parece buena idea inundar el piso de jabón liquido y darle un golpe de manguera, incluso, alguna vez me pareció divertido ponerme a patinar desnudo por el piso mojado con una fregona en cada pie. Pero los resultados te defraudan. Al día siguiente, la casa tiene un aspecto horroroso y yo también.
Sobre todo no hay que tomarse la limpieza demasiado en serio. En todo ser humano duerme un monstruo insaciable que no se contenta con la muerte de un archiduque en Sarajevo, y necesita llegar a la primera guerra mundial que será lo que pase cuando yo me adueñe del látigo de siete colas de Isa. Si de verdad te pones a pensar en la limpieza, acabarás encaramado a una escalera sacándole brillo a los asquillos de la luz. Casados, no caigais en el perfeccionamiento, escapad de la sistemático. Y, sobre todo, no limpieis los casquillos con el estropajo de aluminio (el porrazo es de ordago).
Más vale concentrarse en el mantenimiento preventivo. Desechad cualquier cosa que sea más dificil de limpiar que tú (exceptuando las escopetas automáticas Remington 1100, nunca se save cuando la parienta estará a tiro). Desaceros de cualquier prenda de vestir o de ropa de cama que tengas que lavar más veces de las que podais usar para cometer un pecado capital. Todo lo que haya acumulado bastante polvo para que se pueda escribir tu nombre con el dedo debe desaparecer. No se usa lo suficiente. Cuesta mucho aplicar este principio a las tallas de madera antiguas, pero merece la pena.
Otro día nos ocuparemos de la limpieza en las diferentes habitaciones.
Por la vida, Ilis
P.D..Si alguno piensa que hoy estaba especialmente velcoso con Isa. Tiene su esplicación. Anoche me tocó ponerla en la nevera.
Hemos venido a ser hasta ahora como desecho del mundo, como estropajo de todos.
I Corintios 4:13
¡Menuda frasecita! y lo malo es que Isa se la ha tomado al pia de la letra en sus relacciones conmigo.
La teoría de la limpieza, al igual que la seducción, debe seguir una dirección descendente: desde el techo hacia abajo. No hace falta ser muy listo para comprender que la teoría es una estupidez, porque la gravedad ya se encarga de eso: si hubiera porquería en el techo, se caería al suelo ¿no?. En cuanto a la porquería en el suelo, propiamente dicha, lo mejor es no tocarla porque se sube rapidamente a las paredes y al techo.
Lo cierto es que la única manera sensata de limpiar la casa es pagar a alguien para que lo haga. Pero no me puedo permitir ese lujo, con la asignación que Isa me dá, y nadie me lo va a hacer gratis. La limpieza de una casa requiere dotes fisicas especiales y yo nunca he sido miembro de los GEOS.
Pero, ¿con que frecuencia hay que limpiar la casa? Como regla general, yo diría que una vez en la vida. (creo que Isa piensa que una vez por hora).
No hay manera de engañar a Isa con el troco del orden. Una vez he metido la ropa sucia a presión en la cómoda, me parece que la casa ha quedado fenomenal, aunque el parqué esté pegajosillo. Pero Isa distingue entre "ordenado" y "limpio", sobre todo si se apoya en la estantería el día que lleva puesto un pantalón de lino blanco.
Para darle a una mujer la impresión de que se tiene la casa limpia, lo que hay que hacer es usar Centella. Pero no hace falta aplicarlo directamente sobre los muebles, basta con difuminarlo por la habiatación. Así olerá igual que si se hubiera limpiado.
Sobre las zonas más sucias como, por ejemplo, aquella estanteria que decíamos, yo aplico fijativo del que usan los pintores para los dibujos al carboncillo. De esa forma, el polvo se queda donde está y no anda ensuciando el pantalón de nadie. Si se pone la aspiradora en EXPULSION DE AIRE y se abren las ventanas, se consigue sacar bastante mugre de la casa. Es más divertido que aspirar y además me ahorro vaciar la bolsa. A continuación, conviene derramar algo más de grasa por el suelo; así el parqué deja de estar pegajoso para convertirse en resbaladizo, y la gente se cree que lo has encerado.
No me combertiré nunca en un profesional de la limpieza. Es de lo menos gratificante que puedo imajinar. A veces consigo converti la limpieza doméstica en una diversión sobre todo cuando uso al gato como plumero para quitar el polvo, pero cada vez me cuesta más atraparlo. Despues de siete u ocho coñá, me parece buena idea inundar el piso de jabón liquido y darle un golpe de manguera, incluso, alguna vez me pareció divertido ponerme a patinar desnudo por el piso mojado con una fregona en cada pie. Pero los resultados te defraudan. Al día siguiente, la casa tiene un aspecto horroroso y yo también.
Sobre todo no hay que tomarse la limpieza demasiado en serio. En todo ser humano duerme un monstruo insaciable que no se contenta con la muerte de un archiduque en Sarajevo, y necesita llegar a la primera guerra mundial que será lo que pase cuando yo me adueñe del látigo de siete colas de Isa. Si de verdad te pones a pensar en la limpieza, acabarás encaramado a una escalera sacándole brillo a los asquillos de la luz. Casados, no caigais en el perfeccionamiento, escapad de la sistemático. Y, sobre todo, no limpieis los casquillos con el estropajo de aluminio (el porrazo es de ordago).
Más vale concentrarse en el mantenimiento preventivo. Desechad cualquier cosa que sea más dificil de limpiar que tú (exceptuando las escopetas automáticas Remington 1100, nunca se save cuando la parienta estará a tiro). Desaceros de cualquier prenda de vestir o de ropa de cama que tengas que lavar más veces de las que podais usar para cometer un pecado capital. Todo lo que haya acumulado bastante polvo para que se pueda escribir tu nombre con el dedo debe desaparecer. No se usa lo suficiente. Cuesta mucho aplicar este principio a las tallas de madera antiguas, pero merece la pena.
Otro día nos ocuparemos de la limpieza en las diferentes habitaciones.
Por la vida, Ilis
P.D..Si alguno piensa que hoy estaba especialmente velcoso con Isa. Tiene su esplicación. Anoche me tocó ponerla en la nevera.
