almogavar
Very Senior Member
Yo estuve allí hace muchos años, cuando los niños eran pequeños, y no me acordaba de su imagen, pero aún recuerdo una anécdota que me ocurrió.
Resulta que después de subir los tropecientos escalones en un caluroso día de verano, yo llevaba un formidable dolor de cabeza y los niños unas ganas locas de incordiar. Encontraron una cuerda que bajaba de un campanario y empezaron a tirar de ella y la campana a sonar. Yo cogí un gran cabreo y les prohibí volver a tocar la campana.
Seguimos hasta Bermeo, con intención de tomar unas cervezas y unos pinchos, y pregunté en el bar si tenían una aspirina para aliviar mi dolor de cabeza. El señor que nos atendía me dió amablemente la aspirina al tiempo que me recomendaba: "Lo que de verdad le quitará el dolor de cabeza es subir a San Juan de Gaztelugache y tocar la campana, es milagroso!"
Resulta que después de subir los tropecientos escalones en un caluroso día de verano, yo llevaba un formidable dolor de cabeza y los niños unas ganas locas de incordiar. Encontraron una cuerda que bajaba de un campanario y empezaron a tirar de ella y la campana a sonar. Yo cogí un gran cabreo y les prohibí volver a tocar la campana.
Seguimos hasta Bermeo, con intención de tomar unas cervezas y unos pinchos, y pregunté en el bar si tenían una aspirina para aliviar mi dolor de cabeza. El señor que nos atendía me dió amablemente la aspirina al tiempo que me recomendaba: "Lo que de verdad le quitará el dolor de cabeza es subir a San Juan de Gaztelugache y tocar la campana, es milagroso!"