Cocodrilo feliz
hablador
¡Pues sí, me gustaba pisar el acelerador..! Me había olvidado de un SEAT Ritmo Diesel. De las motos, una BJR de 125, otra BJR de 175, la Vespa de 125, una Lambretta de 175 y finalmente una Derbi 250 bicilíndrica.
El R-8 estaba trucado, con la cilindrada de 1.100 cc, culata rebajada, escape y admisión pulida a espejo, 4 carburadores horizontales Weber, yantas de 13, y 4 amortiguadores atrás. Durante cierto tiempo estuve patrocinado por Firestone, que me facilitaba neumáticos, y fui de los primeros (sino el primero) de los españoles en correr con un mono inífugo de Firestone. Con el R-8 corrí varios rallis y pruebas de montaña, entre ellos el Rally de España de 1968 en el que quedé en el lugar 13 y último, pues de los 60 que salimos logramos terminar 13, de los que 3 éramos de la Escudería Ourense, que fue la ganadora por equipos. El vencedor fue un tal Toivonen, con Porsche 911, y entre los 10 primeros aparecía una tal Michelle Moutón con un Lancia... ¡Casi nadie!
De todas formas y tras el nostálgico recuerdo del R-8, los dos coches que más disfruté fueron el Citroën CX por todo lo que de innovación tenía y la VW California.
Del resto de los coches, evidentemente, los GTI eran la pera limonera, pero los Dyane 6, o el Mehari, eran notablemente divertidos. Siempre fui un fan del automóvil, y cuando dejé de correr en los rallis me metí de lleno el en periodismo especializado en coches, corresponsal en Galicia de AUTOPISTA, miembro del jurado del Mejor Coche del Año del diario ABC, y poco a poco lo fui dejando para dedicarme al campismo y a la radioafición.
El día que no me renueven el carné creo que me moriré de pena.
El R-8 estaba trucado, con la cilindrada de 1.100 cc, culata rebajada, escape y admisión pulida a espejo, 4 carburadores horizontales Weber, yantas de 13, y 4 amortiguadores atrás. Durante cierto tiempo estuve patrocinado por Firestone, que me facilitaba neumáticos, y fui de los primeros (sino el primero) de los españoles en correr con un mono inífugo de Firestone. Con el R-8 corrí varios rallis y pruebas de montaña, entre ellos el Rally de España de 1968 en el que quedé en el lugar 13 y último, pues de los 60 que salimos logramos terminar 13, de los que 3 éramos de la Escudería Ourense, que fue la ganadora por equipos. El vencedor fue un tal Toivonen, con Porsche 911, y entre los 10 primeros aparecía una tal Michelle Moutón con un Lancia... ¡Casi nadie!
De todas formas y tras el nostálgico recuerdo del R-8, los dos coches que más disfruté fueron el Citroën CX por todo lo que de innovación tenía y la VW California.
Del resto de los coches, evidentemente, los GTI eran la pera limonera, pero los Dyane 6, o el Mehari, eran notablemente divertidos. Siempre fui un fan del automóvil, y cuando dejé de correr en los rallis me metí de lleno el en periodismo especializado en coches, corresponsal en Galicia de AUTOPISTA, miembro del jurado del Mejor Coche del Año del diario ABC, y poco a poco lo fui dejando para dedicarme al campismo y a la radioafición.
El día que no me renueven el carné creo que me moriré de pena.