BADAJOZ
«Nadie había propuesto antes un vino para tomar con helado»
Va a ser un pacense quien intente introducir el vino en el mundo de la noche, donde otros han fracasado antes, y más original aún, también en las heladerías. Luis Merino (Almendralejo, 1974) ha inventado, junto a su socio madrileño, 'Frutta, wine spirit' un licor de vino para maridar con determinados sabores de helado según la botella sea de naranja, cereza, fresa o frambuesa. Apareció en mayo y en apenas medio año el producto de este extremeño ya está en las estanterías de El Corte Inglés.
-¿Cómo llega usted al mundo del vino desde una carrera como Derecho Comunitario?
-Fue por casualidad. En la Cámara de Comercio demandaban desde una bodega a alguien que supiera idiomas y con conocimiento sobre comercio exterior para exportar sus vinos. Empecé a conocer este mundo, del cual me enamoré hasta que decidí seguir por mi cuenta.
-¿En qué momento se le encendió la bombilla para pensar en un vino que se tome con helado?
-Fue por doble influencia. Una de las bodegas que gestioné hace varios años está en el sur, en la zona de los Pedro Ximenez y los moscateles, productos muy interesantes. La otra viene de estar en contacto con mercados internacionales, donde las mentes están muy abiertas y surgen tendencias continuamente.
-¿Por ejemplo?
-Asia o Estados Unidos. Allí se ve que vinos dulces maridan bien con los postres y hay bebidas con origen en el vodka o cognac para la gente joven. Pensé que una bebida a base de vino dulce orientada a un público juvenil podía tener hueco, ya que los moscateles o los Pedro Ximenez se dirigen a adultos y tienen una imagen poco movible por ser bodegas familiares de gran tradición. Mi idea fue crear una bebida a base de vino dulce con fruta cien por cien natural de 14 grados y medio abierta al aperitivo o al cóctel de media tarde. Y pensé en vincularla a los postres pero con una diferencia y es que vinos para postres hay muchos, pero para helados no hay nada. Una máxima del márketing es que que si no puedes liderar una categoría invéntala. Y eso hemos hecho porque no había nada igual en el mundo antes. Sólo experiencias puntuales como helados a partir de licores. No queríamos sacar otro vino dulce u otro licor porque ese mercado ya está saturado. Ahora buscamos nuevos momentos de consumo para el vino.
-Ahora tiene usted el reto paralelo de que la gente coma helado todo el año, ¿no?
-Efectivamente. Se lo presentamos al sector y les gustó porque hace de su producto algo más adulto y menos estacional, que es lo que ellos buscan. Nuestra propuesta es que las heladerías, que tienen café y licores, que vendan Frutta, nuestro producto, con una tapa de helado.
-¿Qué proceso de fabricación requiere su producto?
-Hacemos una selección de vino dulce con uva de Pedro Ximenez y otra selección de vino blanco para aportar acidez entre cuyas uvas hay una variedad extremeña como la pardina. Se mezcla con zumos y extractos naturales de fruta, sin colorantes ni aromas artificiales. Tras un proceso de estabilización en unas instalaciones específicas conseguimos Frutta.
-¿El mejor vino del mundo puede caer en el olvido sin una buena campaña de márketing o un etiquetado adecuado?
-Cierto. La comercialización es lo fundamental, sobre todo con un producto nuevo. Hasta las marcas consolidadas deben evolucionar porque las nuevas generaciones no se sorprenden de que se pueda tomar un rosado con hielo, por ejemplo. Y hay que detectar esto.
-¿Cuál es su reflexión cuando revisa una carta de vinos y apenas ve marcas extremeñas?
-Hay de todo. Algunas lo están haciendo muy bien y sí se ven fuera, pero nos queda mucho por hacer y para eso hay que posicionarse según lo que demanda el mercado, no despachar o vender simplemente.