La compra se ha formalizado esta mañana
La Junta lo ha comprado a la propietaria de la finca, una familia de La Garrovilla, por unos 200.000 euros
16.12.09 - 14:04 - HOY.ES
La familia Grajera, de La Garrovilla, ha vendido esta mañana formalmente a la Consejería de Cultura el dolmen de Lácara, uno de los túmulos funerarios de carácter colectivo megalítico más importantes del país. El dolmen se encuentra en una finca de su propiedad, situada en la carretera de Aljucén a la Nava de Santiago, por lo que su venta incluye también una franja de terreno de unas dos hectáreas alrededor del mismo y un camino de acceso hasta el monumento.
“A mi familia le da pena desprenderse del dolmen, y a mí también, en cierto modo, aunque considero que este dolmen no es nuestro, sino patrimonio de todos los extremeños”, asegura uno de sus propietarios, Gonzalo Grajera, que nunca ha impedido el paso a su finca de las personas que estaban interesados en verlo, aunque ello ha ocasionado molestias al ganado que allí pastorea.
A pesar su mala señalización y de la escasa promoción turística que ha tenido hasta el momento, el dolmen es visitado cada año por unas 2.000 personas. Estas visitas sin control han ido deteriorando poco a poco el entorno, lamenta Gonzalo Grajera, ya que muchos visitantes abandonaban basuras alrededor e incluso han hecho fogatas en las inmediaciones. “Esto está cada vez peor porque la gente no cuida las cosas. Espero que a partir de ahora se cuide más el entorno”, comenta.
Tras la adquisición, la Junta pretende iniciar en breve una excavación alrededor del monumento, su señalización y recuperación como parte de las intervenciones enmarcadas dentro del proyecto Alba Plata II. Además adecuará la visita del sepulcro prehistórico con un recorrido autoguiado basado en carteles informativos.
La familia seguirá explotando la finca agrícola y ganadera en la que está el dolmen, pero el recinto quedará aislado del resto del terreno por una valla metálica, para que los visitantes no invadan la explotación, como ocurría hasta este momento, lo que ha provocado daños en la propiedad en más de una ocasión.