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hilo para hablar de politica
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muchabeer
MADRID
Se me ocurre que... Algo que podemos hacer todos y no requiere de una gran inversión... Un cacho cuerda y una farola...
Y no hacemos falta todos... Basta con un ciudadano por cada político corrupto y cabrón...
Bueno, los demás podemos ir para hacer bulto... comentar la jugada... jalearlo... celebrarlo... y dar consejo sobre el nudo adecuado para la feliz resolución del problema...
También se podría utilizar un bidón de gasolina y una cerilla, por cada susodicho pollítico corrupto y cabrón... Pero como estamos en crisis y tal... Podemos usar la misma cantidad para cada 2 políticos corruptos y cabrones... Creo que con un camión cisterna de los grandes, tendríamos suficiente...
Claro que... Ya metidos en faena... También podíamos utilizar lo que produzca una refinería durante una semana a tope de productividad, y meter en una gigantesca pira a los susodichos políticos, y a sus amigos empresarios y banqueros, que tanto se han aprovechado del tema de la crisis, y de antes de la crisis...
Y, qué joder... creo que también entraría el cabrón del vecino del 5º B, que no hace más que dar por culo...
Las hogueras de la noche de San Juan, cobrarán un significado más digno... Más del pueblo...
Bueno, soñaré y me regocijaré con ésta perspectiva ésta noche...
Psss... Ésta es sólo una idea, ¿ Eh?
Podéis ser más ingeniosos, si queréis....
Pero sobretodo, que pagen los que nos han jodido... Y antes, que devuelvan la pasta que nos han robado... Y dejen el país como estaba, antes de su saqueo sistemático...
Y, para que conste en acta....
El color de los que arderían puede ser Rojo, O Azul... Es indiferente... De todas formas va a oler a cerdo quemao...
Saludetes
TITILINDOP8
hablador
Pero ¿de qué vas? ¿no ves lo que les ocurre a los que se manifiestan pacíficamente delante de sus casas? (No te lo tomes en serio: es cinismo)
Sakia
hablador
Afortunadamente hay gente que planta cara a la casta...
GC :: Coan a foto de Feijóo e Dorado no directo da TVG
GC :: Coan a foto de Feijóo e Dorado no directo da TVG
Y siguen provocando muertes de gente desesperada: Un hombre se suicida en Murcia cuando iba a ser desahuciado Ah, y los políticos se enojan si se les molesta enfrente de su casa...
Aunolose
Adict Member
Ya que no se habla de otra cosa, hablemos de esto.
¿Que clase de sociedad/país/paisanos tenemos que ante la disyuntiva de perder su casa, uno se quita la vida? ¿la sociedad no puede darle alternativas? ¿ningún amigo/vecino/tío/primo/asociación puede dárselas? ¿eso es solo responsabilidad de los políticos?
Llegado al punto de que efectivamente nadie quiere/puede darle un rincón donde vivir ¿tan malo es irse debajo de un puente? ¿tan despreciable es para el resto de la sociedad algo así que no se piensa en ello como alternativa? Desde luego si un familiar o amigo mío está ante un problema así, que no dude en venir a pedirme ayuda.
Moucha
Yo a lo mio.
Yo creo que ese justo es el problema, para mucha gente, independiente económicamente hasta ahora, pedir ayuda=mendigar.......quizá ese es el criterio a cambiar.
Aunolose
Adict Member
¡Por fin! alguien que me entiende
La mentalidad más general en nuestro país, es que tenemos que resolver nuestros problemas, sin fastidiar a los demás. Yo pienso -y no es justificación-, que esta gente que se suicida debe de sufrir un bloqueo mental, que le impide razonar. No quisiera estar en la piel de la viuda. Menudo trauma.
Aunolose
Adict Member
Desde luego, además de haber perdido la casa, pierde el marido.
Lo de resolver los problemas, no creo que sea así, al menos no todos, los hay que creen que todo debe resolverlo papa-estado, desde el que pide que "las autoridades" le pongan un autobús a la puerta de su camping"... hasta el que pide que sea papa-estado el que resuelva sus problemas bancarios (y me refiero a los sellos, a los de los árboles del amazonas...), ayuda para libros aunque no lo necesites, plazas de colegio sin que te pille cerca...
Y se me ocurren algunos igual de cercanos, pero creo que se entiende.
TITILINDOP8
hablador
DIGO DIEGO MAN y sus mentiras.
"Esto empieza a funcionar": Rajoy afirma que hay datos con evolución espectacular - elEconomista.es
"Esto empieza a funcionar": Rajoy afirma que hay datos con evolución espectacular - elEconomista.es
sinpiquetas
locuaz
Obviamente el “estado” no puede solucionar todos los problemas de todos los ciudadanos, entre otras cosas porque muchos nos hemos metido sólitos de cabeza en el problema. El verdadero problema (y este si es del “estado”) es la utilización fraudulenta de los recursos públicos para el beneficio de unos pocos, estoy completamente de acuerdo en que las personas deben afrontar las consecuencias sus decisiones... también las empresas financieras... a estas las salvamos aún a costa de las personas.
El tema es muy crudo, cuando te consideras a ti mismo una persona útil para la sociedad, cuando hasta ahora a base de trabajo y esfuerzo has sacado dignamente adelante a tu familia (y de manera honrada) verte de la noche a la mañana -literalmente- tirado es algo muy difícil de superar, sobre todo por no tener futuro, te embarga la sensación de fracaso y es inevitable que “se funda algún fusible” tenemos casos como este que opta por autoinmolarse o se sale por la tangente y decide salir con los pies por delante... pero acompañado. Cuando se pone a la gente al borde del precipicio puede pasar de todo.
Estos casos -desgraciadamente- serán en poco tiempo algo común, seguimos cayendo y el “estado” no hace nada positivo para paliar la situación, el oligopolio comercial no solo mantiene, sino que aumenta su cuota de poder, hoy por primera vez nuestra balanza de pagos es positiva, desgraciadamente no porque vendamos más... simplemente porque compramos menos.
Entrecomillo la palabra estado porque no es un ente ajeno, el estado soy yó... y tú... y él... somos todos nosotros, si el “estado político” no toma decisiones, el “estado real” tendrá que realizar acciones.
Aunolose
Adict Member
Estando de acuerdo en que uno debe afrontar las consecuencias de sus decisiones, estas decisiones (económicas, no hablo de otras) no pueden costar la vida.
El problema que le veo yo es precisamente hablar "del borde del precipicio", cuidado, no digo que se esconda el problema, digo que hablando así, parece que no quede otra alternativa: "el precipicio", ¿que precipicio? ¿no hay nadie que pueda acogerlos en su casa? precisamente aquí sabemos lo que es dormir y vivir en una tienda de campaña, ¿tan denigrante sería dormir sin techo? ese es el mensaje que se da y que me parece equivocado. Si no podemos darle a alguien "al borde del precipicio" otra opción que saltar, pues saltará. Y es por eso que no me gusta asociar desahucio= suicido como se hace tan alegremente. No sé quien se sienta a negociar o a intentar arreglar estas cosas, pero es ahí donde hay que sacarlo a la palestra, por que es un problema gordo. Si sale en la tele tal y como se hace, ¿que pensará alguien a quien van a desahuciar? ¿que esa es la solución? Propongo mandar otro mensaje: hay alternativas.
jamsa
locuaz
Primero fue Andrea Fabra ( "que se jodan los parados " ) y ahora otra perlita :
Una diputada del PP se pregunta si el nmero de parados es el 'Gordo' de Navidad. Las Provincias
Una diputada del PP se pregunta si el nmero de parados es el 'Gordo' de Navidad. Las Provincias
VOLUSIA
hablador
Esto es normal...................unos mediocres...................nunca podrían estar a su altura.......................
Saludos.
pirricos
hablador
Yo creo que lo mejor es que nos pasen a todos los funcionarios por la cámara de gas... jejejeje. ¿no? Total, somos un gasto y no producimos nada... jejeje.
joselu
webcampero
Los funcionarios tenemos la culpa de todo, sin embargo hay gente que ni siquiera sabe porque existe la figura del funcionario y porqué se hace necesaria, aquí os pongo un artículo en el que explica que es lo que pasaba cuando los empleados públicos no tenían la condición de funcionario y como se está volviendo al siglo XIX.
RESULTA curioso observar que en pleno siglo XXI, cuando al parecer tenemos más que sobrepasada aquella entelequia de 'la segunda modernidad', vuelven a tener vigencia usos y costumbres que ya creíamos relegadas a los tiempos primeros del romanticismo español y sólo perpetuadas en los textos costumbristas de Larra o Mesonero Romanos. Y salgo por este registro, porque, a lo que se advierte, están resucitando la figura decimonónica del 'cesante'.
El 'cesante', en feliz definición de Mesoneros, era «...un hombre público reducido a una especie de muerte civil ocasionada no por la notoria incapacidad del sujeto, no por la necesidad de su reposo, no en fin por delitos o faltas cometidas en el desempeño de su destino, sino por un capricho de la fortuna o más bien de los que mandan a la fortuna, por un vaivén político, por un fiat ministerial, por aquella ley, en fin, de la física que no permite a dos cuerpos ocupar simplemente un mismo espacio...». La 'cesantía' fue una pandemia político-administrativa muy del XIX, con que los regidores de turno y los caciques de distrito se aseguraban el voto o el poder colocando digitalmente a sus múltiples paniaguados en los oficios públicos. Mi abuela, que conoció bien los entresijos populares del Jaén de la Restauración, aseguraba en su ancianidad que una de «las mejores cosas de estos tiempos de ahora» es que había desaparecido la triste figura del 'cesante'. Y es que antiguamente -decía- cuando entraban los liberales, echaban a la calle a los escribientes, los municipales, los serenos, los empleados del fielato, ¿hasta a los maceros!... y colocaban a los suyos. Luego, cuando llegaban los conservadores, volvían a hacer lo mismo. Eso, aparte de inseguridad, causaba muchas penurias en algunas familias...
Pues a lo visto, en esas estamos. Porque apenas se ha calmado la revolera electoral, la 'cesantía' ha empezado a florecer. Y son multitud los gerentes, asesores, coordinadores, monitores y demás especímenes 'de especial confianza', nominados digitalmente y espléndidamente gratificados, que van quedando 'cesantes' para ceder sillón y despacho a otros conmilitones y paniaguados que harán borrón y cuenta nueva en el Patronato de Verbenas y Jolgorios, el Área de Juegos Tradicionales, o la Asesoría de Fauna Urbana Autóctona. Y así, mientras nuestros hombres públicos aseguran, compungidos, que en las arcas públicas no hay un euro para crear y sacar a oposición rigurosa plazas de funcionarios, van formando una masa ingente de 'cargos de confianza' cuyo horizonte será la 'cesantía' el día que las urnas den el vuelco. Con lo cual vuelven a hacer bueno aquel esperanzado programa político con que un palurdo cortó en seco el mitin electoral que en cierto pueblo granadino endiñaba el diputado Natalio Rivas Santiago (1865-195
: «... ¿Natalio, colócanos a 'toos'!...».
Eso advertimos en las administraciones municipal, provincial, autonómica y estatal, cuyos escalafones se colman de multitud de empleados que cubren en muchas ocasiones puestos inoperantes o duplicados de forma harto precaria, pues tarde o temprano les llega la 'cesantía', algo normal en el siglo XIX, pero que no tiene sentido en el XXI.
RESULTA curioso observar que en pleno siglo XXI, cuando al parecer tenemos más que sobrepasada aquella entelequia de 'la segunda modernidad', vuelven a tener vigencia usos y costumbres que ya creíamos relegadas a los tiempos primeros del romanticismo español y sólo perpetuadas en los textos costumbristas de Larra o Mesonero Romanos. Y salgo por este registro, porque, a lo que se advierte, están resucitando la figura decimonónica del 'cesante'.
El 'cesante', en feliz definición de Mesoneros, era «...un hombre público reducido a una especie de muerte civil ocasionada no por la notoria incapacidad del sujeto, no por la necesidad de su reposo, no en fin por delitos o faltas cometidas en el desempeño de su destino, sino por un capricho de la fortuna o más bien de los que mandan a la fortuna, por un vaivén político, por un fiat ministerial, por aquella ley, en fin, de la física que no permite a dos cuerpos ocupar simplemente un mismo espacio...». La 'cesantía' fue una pandemia político-administrativa muy del XIX, con que los regidores de turno y los caciques de distrito se aseguraban el voto o el poder colocando digitalmente a sus múltiples paniaguados en los oficios públicos. Mi abuela, que conoció bien los entresijos populares del Jaén de la Restauración, aseguraba en su ancianidad que una de «las mejores cosas de estos tiempos de ahora» es que había desaparecido la triste figura del 'cesante'. Y es que antiguamente -decía- cuando entraban los liberales, echaban a la calle a los escribientes, los municipales, los serenos, los empleados del fielato, ¿hasta a los maceros!... y colocaban a los suyos. Luego, cuando llegaban los conservadores, volvían a hacer lo mismo. Eso, aparte de inseguridad, causaba muchas penurias en algunas familias...
Pues a lo visto, en esas estamos. Porque apenas se ha calmado la revolera electoral, la 'cesantía' ha empezado a florecer. Y son multitud los gerentes, asesores, coordinadores, monitores y demás especímenes 'de especial confianza', nominados digitalmente y espléndidamente gratificados, que van quedando 'cesantes' para ceder sillón y despacho a otros conmilitones y paniaguados que harán borrón y cuenta nueva en el Patronato de Verbenas y Jolgorios, el Área de Juegos Tradicionales, o la Asesoría de Fauna Urbana Autóctona. Y así, mientras nuestros hombres públicos aseguran, compungidos, que en las arcas públicas no hay un euro para crear y sacar a oposición rigurosa plazas de funcionarios, van formando una masa ingente de 'cargos de confianza' cuyo horizonte será la 'cesantía' el día que las urnas den el vuelco. Con lo cual vuelven a hacer bueno aquel esperanzado programa político con que un palurdo cortó en seco el mitin electoral que en cierto pueblo granadino endiñaba el diputado Natalio Rivas Santiago (1865-195
: «... ¿Natalio, colócanos a 'toos'!...».Eso advertimos en las administraciones municipal, provincial, autonómica y estatal, cuyos escalafones se colman de multitud de empleados que cubren en muchas ocasiones puestos inoperantes o duplicados de forma harto precaria, pues tarde o temprano les llega la 'cesantía', algo normal en el siglo XIX, pero que no tiene sentido en el XXI.
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