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Tras la batalla, Alfonso I el rey de Aragón le dijo admirado: "Habéis obrado, no como débil mujer, sino como fuerte varón y debéis llamaros Varona, vos y vuestros descendientes y en memoria de esta hazaña usaréis las armas de Aragón".
Los "señores del palacio controlabas la ruta de la sal (a 8 Kmts. se encuentra Salinas de Añana (Gesaltza) en el valle Salado que se cree que va a ser en breve tiempo considerado como patrimonio de la Humanidad) y parece que con el control de ese oro blanco "la sal" hicieron su gran fortuna; junto a las ganancias que les generaba poner sus espadas al mejor postor en los combates. En el pueblo se encuentra la "picota" considerada un trofeo de guerra en su lucha contra los terratenientes de la zona de Villarcayo; en esta picota se realizaban los juicios y castigos de los que "no cumplían la ley" en el pueblo.
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