
Pues fíjate, me pasa a menudo que algo que no me gusta a primera vista, acabo comprándolo... Este Scenic blanco, la primera vez que lo vi me pareció horroroso, un Megane subido... Cuando nació Eva el Clio se nos quedó enano para viajar y comenzamos a buscar uno que sin pasar mucho de los cuatro metros, tuviera un buen maletero... Vimos este coche feo y nada, no podía con él, pero al hacer la prueba, sentarme dentro y sentir tanto espacio alrededor, además de tener una postura de coducción elevada, me gustó... Tanto, tanto que al final lo compramos. A partir de ahí ya no pude volver a meterme en otro coche que no fuera monovolumen...