...Llevo toda la mañana viendo con Manolo como afrontar una reformilla que queremos hacer en el salón, verás, a ver si me podeis ayudar, mi salón da al patio de atrás, un patio en forma de L que llega hasta la cocina por donde también se entra y sale de él. Pues queremos darle una parte de ese patio al salón y ahí va la indecisión, tiramos toda la pared o solo la forma de la puerta doble que sale al patio, dejamos el espacio abierto, diáfano, o ponermos unas bonitass puertas correderas para separar los dos ambientes?, quiero poner toda una pared librería y no se si hacer la de obra o de madera, ya tengo una librería de roble pero quería otra más grande y no tan clásica ,uffff, cuantas indecisiones....
Hola
Jale. Anoche leí tu mensaje, pero era tan tarde que no tuve fuerzas... Ya sabes que me gustan la decoración y las reformas siempre que sirvan para hacerte sentirte más cómodo en casa y se adapten a las necesidades de los indivíduos que la van a disfrutar.
En tu caso, nadie mejor que vosotros va a poder determinar si ese trozo de pared donde esta actualmente la puerta de salida al patio, tiene o no que desaparecer, aunque la tendencia, como ya te han apuntado es a dejar los espacios lo más diáfanos posible, debeis valorar si realmente vais a estar a gusto teniendo los dos espacios unidos.
En la obra que hice en el pequeño salón de casa (que se limitaba sólo a aislarlo acústicamente, dotarlo de más enchufes y hacer hueco para un mueble heredado), quise hacer como
Bibilot, tirar el tabique que lo separaba del vestíbulo de entrada, porque así la sensación de espacio era increíblemente mayor, además no rompía la perspectiva desde la cocina-comedor... Pero después las necesidades del uso diario, nos hicieron mantener esa puerta doble. Nos dimos cuenta de que a todos nos gustaba cerrar esa puerta cuando disponíamos de salón para ver la tele para no contaminar con su ruido el resto de las zonas de esparcimiento. Además de estar más reservado de las miradas de los externos a la unidad familiar.
Los loft o las viviendas con mucho espacio diáfano común, tengo muy claro que son para familias de tres miembros como máximo o parejas. Como uno quiera leer y el otro escuchar música o ver televisión, ya uno de los dos no está a gusto, la cocina integrada en el salón me encanta, pero ocurre lo mismo, olores y ruidos pueden molestar. Con ello no digo que no me gusten los espacios diáfanos, si no que hay que saber convivir con ellos.
Lo de la mezcla de muebles, en este caso librerías, también es muy personal. Yo en casa tengo una librería enorme, uno de los sueños de mi mujer era poseer una que ocupara todo el testero del salón, evidentemente casi antes de comprar el piso, ya teníamos encargada la librería, en color cerezo además, con lo que carga visialmente y casi hasta el techo

... No es clásica, porque conseguí comprar uno de los primeros muebles con líneas rectas y sin molduras de ningún tipo que llegaron a mi ciudad, pero ahora no puedo ni proponerle cambiarla, demasiados cambios me ha consentido hacer en casa desde que llegamos hace doce años... El caso es que la llenamos y con el tiempo aún necesitamos más espacio dedicado a librería... Como no quería recargar aún más el salón, decidí integrarla con la pared como tú quieres hacer, así no desentonaría la que ya tenemos, que quedaría además casi en frente...
Pensé hacerla de pladur, que es con lo que revestí el salón, pero no me gustaba el mantenimiento de este tipo de materiales (yeso, escayola...), al final tienes que andar pintando para mantenerlas limpias, aunque revistas las baldas de cristal. Para mi el mantenimiento es muy importante. Que no haya que hacer casi nada para que aparente estar limpio...
Probé a hacerla de cristal, pero vencieron y se rompió entera, los libros pesan mucho...
Y al final se me ocurrió ir a un carpintero de metal para que me la hiciera de acero a medida y me la entregara ya pintada. Elegí el blanco, porque así el resultado sería como quería, NEUTRO.
Te pongo una foto para que veas que está además, justo al lado de otro mueble con mucha personalidad, el que heredé al fallecer mi suegra y que adapté para tener nuestro ordenador fijo, (impresora, altavoces, etc), en la zona donde nos gusta usarlo pero a la vez, fuera de la vista cuando está apagado. Es un mueble coreano, que ella usaba como despensa en su casa y me ofreció cuando aún vivía. Esto me supuso hacer la obra necesaria para adaptarlo al poco espacio del que disponíamos en casa, darle ese uso y la vez
realzarlo. Lo conseguí prolongando un tacón detrás de él en la pared, que me permitía cambiar de color el paño.
¿Ves? Ahora tenemos, una librería de chapa blanca (prolongué el muro de obra en uno de sus laterales para ocultarla desde el interior del salón), un mueble coreano de madera muy oscura y justo al lado, las mesitas auxiliares más baratas del mercado y el sofá con tela gris... En frente la enorme librería, en cerezo a juego con el suelo... Mucha mezcla para mi gusto, mucho más minimalista, pero combinado de modo que puedan convivir y a mi mujer lo le pareciera tan frío como yo quería.
Bueno, que me enrollo que no veas, conclusión... Que si no vas a poner puerta para dividir los espacios, mejor que quites todo el muro, que quedará más abierto a la vista. El único inconveniente que le veo a quitarlo, es que es muy probable que quede marca en el techo y paredes y no es fácil dejarlo bien.