Leyendo las bases, sale de nuevo lo de "Todas las fotografías deben ser inéditas", a esto me refería cuando no sabía si poneros aquella de la desinsectación en el barco... Esa era una de mis preferidas para presentar en algún concurso...
El apartado de Código ético me ha encantado...
La fotografía de la naturaleza constituye un elemento indispensable para la divulgación entre el público de todos los valores y la necesidad de su conservación. Por esta razón, todas aquellas personas que participen en este concurso deben seguir un código ético, confeccionado para respetar el medio ambiente, sin limitar la expresión artística de cada uno:
1-El bienestar del ser fotografiado es siempre más importante que la obtención de la fotografía.
2-Se evitará manipular los sujetos objetos de la fotografía si con ello se pone en peligro los mismos o se altera su integridad.
3-Se tratará de pasar desapercibido durante el trabajo fotográfico para no molestar al público que visita el Jardín Botánico-Histórico La Concepción. El bienestar de los habitantes de La Concepción y del público que lo visita es la labor más importante de divulgación del jardín, objetivo único y último de este concurso y de la asociación que lo promueve.
Recuerdo muchas anécdotas relacionadas con esto. Una de ellas desagradable para mí.
Haciéndo senderismo por los Picos de Europa, en la parte Asturiana, camino del Naranjo de Bulnes, cámara como siempre colgada del cuello y disfrutando del magnífico paisaje que me rodeaba, me detengo cerca de la vaya de una casita de piedra... Me gustó tanto que quise llevarme un recuerdo... El techo de teja de arcilla con piedras en los bordes, vacas y un cartelito escrito a mano en la verja de la puerta que decía, "SE VENDE QUESU"... Me dispongo a componer la toma y justo en ese momento, llega un señor que me doblaba la edad y que me dice,
-¡que buena foto, a ver quita!- perplejo e indignado de que una de las pocas personas que me encontraba por el camino, me robara una toma con ese desparpajo, me aparto y me dispongo a continuar mi marcha. El señor me dice con un gesto de apariente connivencia,
-espera, espera, verás... ¡¡Abuuueeeelooo!! ¡¡abuuueeeelooo!! ¡salga usted que le voy a echar una fotoooo!- gritaba a pleno pulmón, aprovechando que por la puerta entreabierta, había visto la silueta del morador de la casa pasando por la entrada... Reacción del abuelo desde dentro...
-¡¡Echate tú la foto en los cojones!!-
Ni os imaginais la vergüenza que pasé... Y después todo el camino hasta que paramos a desayunar, detrás a cierta distancia cogiéndo cada ángulo al que yo enfocaba...