La siguiente opinión es una crítica al Camping Caravaning de la Manga del Mar Menor, que está cerca del Cabo de Palos. Un lugar estupendo menos en el mes de agosto.
Es llegar el mes de agosto y puentes nacionales con alta ocupación, y como imagino que ocurre en la mayoría de los sitios vacacionales se llena. Cuesta mucho encontrar sitio de aparcamiento dentro del camping y sobre todo la seguridad deja mucho que desear, porque aunque tienen efectivos de seguridad en las dos entradas existentes y parece muy efectiva, sobre todo en el control de entrada de vehículos, en cuanto a hacer cumplir las normas la nota que pongo es cero.
Diría que es el único camping de España en el que no se respetan, ni se hacen respetar las horas de sueño. Es habitual escuchar jaleos adolescentes y no tan adolescentes a las dos, tres, cuatro de la mañana. Y es habitual ver como los guardias de seguridad pasan delante de estas gentes sin ni siquiera llamarles la atención. Pasan por los accesos gente que no pertenece al camping, que roba y hace actos de vandalismo. En concreto este 3 de agosto unos adolescentes robaron extintores de polvo químico de los servicios (dejando desprovistos estos de protección antiincendios) y se pusieron a rociarlos a las parcelas que les llamaban la atención por sus jaleos nocturnos. La respuesta de la seguridad del camping es que éste es muy grande y con los efectivos que tienen no pueden cubrir la seguridad por la noche. ¿Acaso no sería normal en estas épocas reforzar la seguridad?
Las cámaras presentes en las avenidas principales parece que no sirven de mucho para identificar a estos individuos. Y para colmo en recepción el responsable indica que como es un camping en el que hay mucha propiedad no se puede exigir el cumplimiento de las normas.
Vamos una maravilla. Es por ello que muchos extranjeros que habitualmente residen en el, desaparecen del camping que se convierte en una selva en el mes de agosto.
Es llegar el mes de agosto y puentes nacionales con alta ocupación, y como imagino que ocurre en la mayoría de los sitios vacacionales se llena. Cuesta mucho encontrar sitio de aparcamiento dentro del camping y sobre todo la seguridad deja mucho que desear, porque aunque tienen efectivos de seguridad en las dos entradas existentes y parece muy efectiva, sobre todo en el control de entrada de vehículos, en cuanto a hacer cumplir las normas la nota que pongo es cero.
Diría que es el único camping de España en el que no se respetan, ni se hacen respetar las horas de sueño. Es habitual escuchar jaleos adolescentes y no tan adolescentes a las dos, tres, cuatro de la mañana. Y es habitual ver como los guardias de seguridad pasan delante de estas gentes sin ni siquiera llamarles la atención. Pasan por los accesos gente que no pertenece al camping, que roba y hace actos de vandalismo. En concreto este 3 de agosto unos adolescentes robaron extintores de polvo químico de los servicios (dejando desprovistos estos de protección antiincendios) y se pusieron a rociarlos a las parcelas que les llamaban la atención por sus jaleos nocturnos. La respuesta de la seguridad del camping es que éste es muy grande y con los efectivos que tienen no pueden cubrir la seguridad por la noche. ¿Acaso no sería normal en estas épocas reforzar la seguridad?
Las cámaras presentes en las avenidas principales parece que no sirven de mucho para identificar a estos individuos. Y para colmo en recepción el responsable indica que como es un camping en el que hay mucha propiedad no se puede exigir el cumplimiento de las normas.
Vamos una maravilla. Es por ello que muchos extranjeros que habitualmente residen en el, desaparecen del camping que se convierte en una selva en el mes de agosto.