Schutzengel
timid@
Berlín agosto de 1990
Berlín agosto de 1990
Al final del primer viajecillo que realizamos mi mujer y yo solitos fue que, estando de vuelta turística por Holanda, realizar una escapadita a Berlín, ya que estaba solo a unos 600 kilómetros de donde estábamos y así el retorno sería diferente.
Era el 21 de agosto de 1990, acababa de "caer" el famoso muro y decidimos ir a verlo y pisar, por fin, la DDR (el primer país comunista). Al llegar a la parte del Berlín oriental, nos sorprendieron mucho los mercadillos de puñales, gorras, cascos, trozos del muro y cargadores de fusiles rusos. También vimos a los camiones del ejercito "ruso" cargando con trozos de muro y, ya de vuelta, vimos que a la puerta de Brandenburgo le estaban montando andamios para su reconstrucción. Compramos un mapa de la ciudad y persiguiendo el muro pudimos “arañar” dos piedras de considerable tamaño del mismo, que aún conservo.
La cuestión es que se hacía de noche y, siguiendo la tónica, nos atraía ir a un camping de la DDR. Pues enfilamos la N1 con dirección a Postdam que era fronteriza entre la BDR y la DDR; los aduaneros ni se fijaron en nosotros y de golpe desapareció el asfalto y la luz, se puso ante nosotros una carretera estrecha y mal adoquinada, calles oscuras y sin trafico. Me dije: sin problema, vamos con un TT SUZUKI SJ1.3 y con las luces de largo alcance y de niebla añadidas nos veremos de sobra.
Llegamos a una población donde el mapa que habíamos comprado en Berlín nos indicaba que habían varios campings. No vimos ni uno, ni ningún indicador. Saliendo del pueblo me pareció ver entre los árboles un papel colocado en el tronco de un de ellos a lo que damos media vuelta y, efectivamente, indicaba dónde había un camping. Siguiendo los indicadores y por un largo camino de tierra llegamos a un... ¿bosque?. En medio del bosque y con las luces de largo alcance observamos que hay algunos coches con gente dentro y un poco más arriba, varias tiendas de campaña.
También vemos que entre los árboles hay una triste luz y empezamos a cuestionarnos si salir de allí pitando o acercarnos a ver que es esa luz. Mientras estamos decidiendo esto último, nos sale un señor, ya mayor, de la oscuridad y nos dice, en un alemán muy cerrado, que hiciéramos el favor de apagar las luces porque era demasiado tarde y molestábamos y ¿qué es lo que hacíamos allí?
-Estamos buscando un camping-. Nos miró de arriba a bajo y nos pregunta que si llevábamos alguna cosa para acampar o que si queríamos dormir dentro del coche.
-Llevamos tienda de campaña-
-Pues tenéis de continuar por este camino hasta el fondo, torcer a la izquierda y me esperáis ahí-.
Estábamos completamente alucinados, seguimos sus indicaciones y al poco rato llegó, nos indicó donde poner la tienda, que los lavabos estaban allí en aquella luz del fondo del bosque y que al otro lado había agua para poderse lavar. Aquello no eran lavabos, eran unas comunas muy sucias que, de hecho, no había nadie a su alrededor debido al fuerte hedor que desprendían.
A la mañana siguiente vimos el "camping" y era increíble, tiendas con el techo apedazado con plásticos, caravanas muy viejas con toldos superpuestos encima; hicimos la inscripción, y resultó ser una ficha para el control de la policía de la DDR. Preguntamos donde se podían lavar platos y nos dijo que delante del lago había un sitio: era un grifo / bomba, como los de las películas del oeste, sin desagüe y, también nos indicó que si queríamos nos podíamos bañar en el lago; pero vimos un letrerito en el que se aconsejaba no bañarse por posible contaminación.
Nos faltó tiempo para huir de allí.
Esta fue una de las muchas aventuras que tuvimos y que al llegar recopilamos en forma de diario de viaje.
Berlín agosto de 1990
Al final del primer viajecillo que realizamos mi mujer y yo solitos fue que, estando de vuelta turística por Holanda, realizar una escapadita a Berlín, ya que estaba solo a unos 600 kilómetros de donde estábamos y así el retorno sería diferente.
Era el 21 de agosto de 1990, acababa de "caer" el famoso muro y decidimos ir a verlo y pisar, por fin, la DDR (el primer país comunista). Al llegar a la parte del Berlín oriental, nos sorprendieron mucho los mercadillos de puñales, gorras, cascos, trozos del muro y cargadores de fusiles rusos. También vimos a los camiones del ejercito "ruso" cargando con trozos de muro y, ya de vuelta, vimos que a la puerta de Brandenburgo le estaban montando andamios para su reconstrucción. Compramos un mapa de la ciudad y persiguiendo el muro pudimos “arañar” dos piedras de considerable tamaño del mismo, que aún conservo.
La cuestión es que se hacía de noche y, siguiendo la tónica, nos atraía ir a un camping de la DDR. Pues enfilamos la N1 con dirección a Postdam que era fronteriza entre la BDR y la DDR; los aduaneros ni se fijaron en nosotros y de golpe desapareció el asfalto y la luz, se puso ante nosotros una carretera estrecha y mal adoquinada, calles oscuras y sin trafico. Me dije: sin problema, vamos con un TT SUZUKI SJ1.3 y con las luces de largo alcance y de niebla añadidas nos veremos de sobra.
Llegamos a una población donde el mapa que habíamos comprado en Berlín nos indicaba que habían varios campings. No vimos ni uno, ni ningún indicador. Saliendo del pueblo me pareció ver entre los árboles un papel colocado en el tronco de un de ellos a lo que damos media vuelta y, efectivamente, indicaba dónde había un camping. Siguiendo los indicadores y por un largo camino de tierra llegamos a un... ¿bosque?. En medio del bosque y con las luces de largo alcance observamos que hay algunos coches con gente dentro y un poco más arriba, varias tiendas de campaña.
También vemos que entre los árboles hay una triste luz y empezamos a cuestionarnos si salir de allí pitando o acercarnos a ver que es esa luz. Mientras estamos decidiendo esto último, nos sale un señor, ya mayor, de la oscuridad y nos dice, en un alemán muy cerrado, que hiciéramos el favor de apagar las luces porque era demasiado tarde y molestábamos y ¿qué es lo que hacíamos allí?
-Estamos buscando un camping-. Nos miró de arriba a bajo y nos pregunta que si llevábamos alguna cosa para acampar o que si queríamos dormir dentro del coche.
-Llevamos tienda de campaña-
-Pues tenéis de continuar por este camino hasta el fondo, torcer a la izquierda y me esperáis ahí-.
Estábamos completamente alucinados, seguimos sus indicaciones y al poco rato llegó, nos indicó donde poner la tienda, que los lavabos estaban allí en aquella luz del fondo del bosque y que al otro lado había agua para poderse lavar. Aquello no eran lavabos, eran unas comunas muy sucias que, de hecho, no había nadie a su alrededor debido al fuerte hedor que desprendían.
A la mañana siguiente vimos el "camping" y era increíble, tiendas con el techo apedazado con plásticos, caravanas muy viejas con toldos superpuestos encima; hicimos la inscripción, y resultó ser una ficha para el control de la policía de la DDR. Preguntamos donde se podían lavar platos y nos dijo que delante del lago había un sitio: era un grifo / bomba, como los de las películas del oeste, sin desagüe y, también nos indicó que si queríamos nos podíamos bañar en el lago; pero vimos un letrerito en el que se aconsejaba no bañarse por posible contaminación.
Nos faltó tiempo para huir de allí.
Esta fue una de las muchas aventuras que tuvimos y que al llegar recopilamos en forma de diario de viaje.