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a todos nos llega el momento de hablar con el corazon en la mano, no sabemos muy bien porqué pero sí sabemos que tenemos que hacerlo; yo tampoco sé muy bien el porqué pero sí sé que se lo debo a todos los integrantes de este foro y muy especialmente a los que el otro día quisieron crear uno de esos instantes especiales que uno puede recordar toda la vida.
Por eso se merecen que yo me salte todas las reglas de la prudencia que se han escrito para los administradores de foros y que, aunque sea solo por una vez, intente traspasar la más antigua de todas nuestras lineas de defensa: la timidez. Y digo la más antigua porque es la primera que edificqué, bueno en realidad no soy conscieste de edificarla porque la tengo, como muchos de nosotros, desde la infancia. La tengo desde hace tanto tiempo que parece como innata, como si la evolución me la hubiese legado. Despues he ido edificando otras lineas, otros muros, es lo que me ha ido enseñando la vida; poco a poco, las decepciones, los sinsabores, los desamores, la competencia, los amigos, los familiares, las novias, los sueños, las ilusiones, las hipotecas, las envidias, los malentendidos y sobre todo el egoismo me han ayudado, ladrillo a ladrillo, a construirlos. Pero a medida que los muros van creciendo , va dejando de entrar el sol, se va reduciendo la vision del paisaje. Dentro del casco de la armadura sólo queda una pequeña rendija para ver el exterior y puesto que vamos vestidos para el combate, el que aparece en esa reducida franja de visión, es porque debe de ser un enemigo. Mientras te pones la armadura no notas al peso, pero cuando te levantas, te das cuenta que tus movimientos han quedado seriamente limitados y que tal vez puedas dar ningún paso.
Recuerdo perfectamente aquellos días de playa y tortilla, o de campo y paella, que más dá, al fin y al cabo eran solo una excusa para reunirnos todos los tios, tias, primos, primas y tambien algunos vecinos y amigos. Los niños jugabamos a la pelota , o a las chapas o , lo que era aún mejor, a chinchar a las niñas, mis tios se esforzaban en poder dormir la siesta en sitios imposibles (mi tio Paco siempre lo conseguía) mientras mis tías no paraban de sacar cosas de los cestos para que nos las comieramos ya que, según ellas, estabamos completamente famelicos. En realidad yo nunca comprendía para que nos teniamos que levantar tan temprano, ir tan lejos, cargar con cientos de bolsas, comer en mesas minusculas, sentarnos en sillas cojas, espantar cientos de moscas del plato y quemarnos la espalda solo para jugar con mis primos a lo mismo que jugaba con mis amigos del barrio. Pero tengo que reconocer que me gustaba ir, es más me lo pasaba genial. Puede que, aunque yo no lo supiera, esos fuesen los mejores días de mis anualmente esperadas vacaciones lejos de la gran gris cuidad con el cielo a juego en la que pasaba el resto del año. Puede que por mi edad no supiera ver el espíritu que allí reinaba, pero estoy seguro que, al igual que las imagenes han quedado grabadas en las neuronas de mi memoria, ese espiritú ha quedado grabado en las fibras de mi corazón.
Un día decidimos alquilar una autocaravana y embarcarnos toda la familia en un largo viaje. Durante unos días la cosa no marchó demasiado bien, acostumbrados todos como estabamos a privilegios, deberes y espacio propios la convivencia se hacía dificil, pero, poco a poco, el echo de convivir en un espacio tan reducido y la necesidad de formar "equipo" para superar las "pruebas del viaje" fue alumbrando una complicidad que resultó ser, de largo, lo mejor del viaje. De todas las imagenes de castillos, atracciones, paisajes, museos, montañas, catedrales y playas que nos ofreció a la retina el viaje, la imagen que mejor recuerdo es la de la familia riendonos juntos en el comedor de la autocaravana durante una impresionante tormenta que nos impedía salir al exterior. Y de pronto, aquel día, se me vinieron a la memoria aquellas excursiones de mi infancia y tal vez por eso, aquel día decidí comprarme la auto.
Ya con mi AC empezé a meterme, en busca de información, en los foros de campismo de internet y allí descubrí no solo un montón de información valiosa sino tambien a un montón de personas con las que "hablaba" casi todos los días. Un día estando yo aparcado en un pueblo alguien llamó a la puerta.... Joel david ? si...quien es? soy de gelves.... hombre!!!! pero pasa no te quedes ahí... despues siguieron más de tres horas de entretenida y amable conversación. Otro día alguien convocó un encuentro en un camping y allí que fuí. Llegué de noche y no parecía haber mucho movimiento, por la mañana salí de mi AC con bastante miedo timido metido en el cuerpo. Al ver que todo el mundo estaba un tanto expectante parapetado en su elemento de acampada me armé de valor y tratando de ocultar mi natural timidez me dirigí a la caravana que tenía más cercana... Hola soy Joel david .. tú quien eres....Hombre...pues suelta 20 euros que vamos a comprar para la comida....mira este es.....así fuí por los 20 o 25 nicks que allí nos congragamos y a continuación , con ayuda de algunos, fuimos a comprar las viandas y los jamones claro, que para eso estabamos en Aracena... e hicimos una barbacoa y por la noche estuvimos en el bar hasta las tantas y al día siguiente ...a repetir. Pero lo que más me llamó la atención fue la actitud sumamente amistosa y colaboradora de todos los presentes, era algo a lo que, lamentablemente, no estaba acostumbrado. Puede que fuera el sitio, puede que fuesen las viandas, incluso puede que el vino y la cerveza tuviesen algo que ver pero lo cierto es que creo que fue esa actitud inicial de acercamiento amistoso y sincero la que poco a poco hizo a todos despojarse de nuestra habitual coraza. Y de nuevo volvieron a mi memoria las sensaciones vividas en aquellos días de campo y playa.
Cuando volví a casa no dejaba de pensar en lo extraordinario de la experiencia y decidí que no podía dejar que aquel espiritú se quedase de nuevo anclado en el pasado y ese día; nació webcampista. Y aunque, al principio, no terminaba de creerme demasiado que esa casi infantil pretensión fuese a ser posible; hoy, cerca de dos años despues puedo decir que todos vosotros habeis conseguido sea una ilusionante realidad.
Puede que algunos digan que es que la sociedad ha evolucionado, pero lo cierto es que aquellas reuniones familiares, ya no suelen suceder. Sin embargo esa misma evolución nos ha dotado de nuevos medios de comunicación que han permitido el nacimiento de una gran familia: la familia webcampista. Una familia presidida y regentada por un gran espiritú : el de la amistad.
Cuando el pasado sábado me hicisteis entrega de esa impresionante placa, sentí como ese sentimiento se apoderaba de mi corazón, desbordandolo de tal manera que apenas me dejó pronunciar unas incoherentes palabaras. Palabras que tampoco soy capaz de encontrar ahora para poder expresar mi enorme agradecimiento a todos los que día a día, haceis de webcampista un magnifico punto de reunión virtual.
Gracias a todos de todo corazón y perdón por el "ladrillo"
Por eso se merecen que yo me salte todas las reglas de la prudencia que se han escrito para los administradores de foros y que, aunque sea solo por una vez, intente traspasar la más antigua de todas nuestras lineas de defensa: la timidez. Y digo la más antigua porque es la primera que edificqué, bueno en realidad no soy conscieste de edificarla porque la tengo, como muchos de nosotros, desde la infancia. La tengo desde hace tanto tiempo que parece como innata, como si la evolución me la hubiese legado. Despues he ido edificando otras lineas, otros muros, es lo que me ha ido enseñando la vida; poco a poco, las decepciones, los sinsabores, los desamores, la competencia, los amigos, los familiares, las novias, los sueños, las ilusiones, las hipotecas, las envidias, los malentendidos y sobre todo el egoismo me han ayudado, ladrillo a ladrillo, a construirlos. Pero a medida que los muros van creciendo , va dejando de entrar el sol, se va reduciendo la vision del paisaje. Dentro del casco de la armadura sólo queda una pequeña rendija para ver el exterior y puesto que vamos vestidos para el combate, el que aparece en esa reducida franja de visión, es porque debe de ser un enemigo. Mientras te pones la armadura no notas al peso, pero cuando te levantas, te das cuenta que tus movimientos han quedado seriamente limitados y que tal vez puedas dar ningún paso.
Recuerdo perfectamente aquellos días de playa y tortilla, o de campo y paella, que más dá, al fin y al cabo eran solo una excusa para reunirnos todos los tios, tias, primos, primas y tambien algunos vecinos y amigos. Los niños jugabamos a la pelota , o a las chapas o , lo que era aún mejor, a chinchar a las niñas, mis tios se esforzaban en poder dormir la siesta en sitios imposibles (mi tio Paco siempre lo conseguía) mientras mis tías no paraban de sacar cosas de los cestos para que nos las comieramos ya que, según ellas, estabamos completamente famelicos. En realidad yo nunca comprendía para que nos teniamos que levantar tan temprano, ir tan lejos, cargar con cientos de bolsas, comer en mesas minusculas, sentarnos en sillas cojas, espantar cientos de moscas del plato y quemarnos la espalda solo para jugar con mis primos a lo mismo que jugaba con mis amigos del barrio. Pero tengo que reconocer que me gustaba ir, es más me lo pasaba genial. Puede que, aunque yo no lo supiera, esos fuesen los mejores días de mis anualmente esperadas vacaciones lejos de la gran gris cuidad con el cielo a juego en la que pasaba el resto del año. Puede que por mi edad no supiera ver el espíritu que allí reinaba, pero estoy seguro que, al igual que las imagenes han quedado grabadas en las neuronas de mi memoria, ese espiritú ha quedado grabado en las fibras de mi corazón.
Un día decidimos alquilar una autocaravana y embarcarnos toda la familia en un largo viaje. Durante unos días la cosa no marchó demasiado bien, acostumbrados todos como estabamos a privilegios, deberes y espacio propios la convivencia se hacía dificil, pero, poco a poco, el echo de convivir en un espacio tan reducido y la necesidad de formar "equipo" para superar las "pruebas del viaje" fue alumbrando una complicidad que resultó ser, de largo, lo mejor del viaje. De todas las imagenes de castillos, atracciones, paisajes, museos, montañas, catedrales y playas que nos ofreció a la retina el viaje, la imagen que mejor recuerdo es la de la familia riendonos juntos en el comedor de la autocaravana durante una impresionante tormenta que nos impedía salir al exterior. Y de pronto, aquel día, se me vinieron a la memoria aquellas excursiones de mi infancia y tal vez por eso, aquel día decidí comprarme la auto.
Ya con mi AC empezé a meterme, en busca de información, en los foros de campismo de internet y allí descubrí no solo un montón de información valiosa sino tambien a un montón de personas con las que "hablaba" casi todos los días. Un día estando yo aparcado en un pueblo alguien llamó a la puerta.... Joel david ? si...quien es? soy de gelves.... hombre!!!! pero pasa no te quedes ahí... despues siguieron más de tres horas de entretenida y amable conversación. Otro día alguien convocó un encuentro en un camping y allí que fuí. Llegué de noche y no parecía haber mucho movimiento, por la mañana salí de mi AC con bastante miedo timido metido en el cuerpo. Al ver que todo el mundo estaba un tanto expectante parapetado en su elemento de acampada me armé de valor y tratando de ocultar mi natural timidez me dirigí a la caravana que tenía más cercana... Hola soy Joel david .. tú quien eres....Hombre...pues suelta 20 euros que vamos a comprar para la comida....mira este es.....así fuí por los 20 o 25 nicks que allí nos congragamos y a continuación , con ayuda de algunos, fuimos a comprar las viandas y los jamones claro, que para eso estabamos en Aracena... e hicimos una barbacoa y por la noche estuvimos en el bar hasta las tantas y al día siguiente ...a repetir. Pero lo que más me llamó la atención fue la actitud sumamente amistosa y colaboradora de todos los presentes, era algo a lo que, lamentablemente, no estaba acostumbrado. Puede que fuera el sitio, puede que fuesen las viandas, incluso puede que el vino y la cerveza tuviesen algo que ver pero lo cierto es que creo que fue esa actitud inicial de acercamiento amistoso y sincero la que poco a poco hizo a todos despojarse de nuestra habitual coraza. Y de nuevo volvieron a mi memoria las sensaciones vividas en aquellos días de campo y playa.
Cuando volví a casa no dejaba de pensar en lo extraordinario de la experiencia y decidí que no podía dejar que aquel espiritú se quedase de nuevo anclado en el pasado y ese día; nació webcampista. Y aunque, al principio, no terminaba de creerme demasiado que esa casi infantil pretensión fuese a ser posible; hoy, cerca de dos años despues puedo decir que todos vosotros habeis conseguido sea una ilusionante realidad.
Puede que algunos digan que es que la sociedad ha evolucionado, pero lo cierto es que aquellas reuniones familiares, ya no suelen suceder. Sin embargo esa misma evolución nos ha dotado de nuevos medios de comunicación que han permitido el nacimiento de una gran familia: la familia webcampista. Una familia presidida y regentada por un gran espiritú : el de la amistad.
Cuando el pasado sábado me hicisteis entrega de esa impresionante placa, sentí como ese sentimiento se apoderaba de mi corazón, desbordandolo de tal manera que apenas me dejó pronunciar unas incoherentes palabaras. Palabras que tampoco soy capaz de encontrar ahora para poder expresar mi enorme agradecimiento a todos los que día a día, haceis de webcampista un magnifico punto de reunión virtual.
Gracias a todos de todo corazón y perdón por el "ladrillo"