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manufer55
Guest
Fabula
Aprendiendo a nadar
Ese día de otoño el río Negro estaba tan, pero tan quieto que más que un río parecía un lago de agua dulce.
Flotando mansamente una hoja de Sauce Llorón dormitaba cerca de la costa.
Un pequeño pez, tratando de aprender a nadar daba vueltas y vueltas alrededor de un barco hundido.
-¿Qué haces? – le preguntó la hoja de mal modo cuando al pasar a su lado el pez la salpicó. -Perdóname, estoy aprendiendo a nadar - le contestó - secándose la transpiración por tanto esfuerzo. - No seas tonto, no vale la pena, es más fácil flotar y flotar y dejarse llevar por la corriente natural del río - replicó la hoja, dándose vuelta para el otro lado.
Al llegar el invierno comenzaron las lluvias.
El río aumentó su caudal.
La fuerte correntada empujaba todo hacia el mar.
La hoja de Sauce Llorón, sin saber nadar también era arrastrada a su destino fatal.
Mientras el pez con muchas ganas y trabajo, nadando y nadando en contra de la corriente se acercó al casco hundido y en un remanso esperó con tranquilidad que la tormenta pasara.
MORALEJA: Hazlo por ti. No dejes que te lleve la corriente.
Aprendiendo a nadar
Ese día de otoño el río Negro estaba tan, pero tan quieto que más que un río parecía un lago de agua dulce.
Flotando mansamente una hoja de Sauce Llorón dormitaba cerca de la costa.
Un pequeño pez, tratando de aprender a nadar daba vueltas y vueltas alrededor de un barco hundido.
-¿Qué haces? – le preguntó la hoja de mal modo cuando al pasar a su lado el pez la salpicó. -Perdóname, estoy aprendiendo a nadar - le contestó - secándose la transpiración por tanto esfuerzo. - No seas tonto, no vale la pena, es más fácil flotar y flotar y dejarse llevar por la corriente natural del río - replicó la hoja, dándose vuelta para el otro lado.
Al llegar el invierno comenzaron las lluvias.
El río aumentó su caudal.
La fuerte correntada empujaba todo hacia el mar.
La hoja de Sauce Llorón, sin saber nadar también era arrastrada a su destino fatal.
Mientras el pez con muchas ganas y trabajo, nadando y nadando en contra de la corriente se acercó al casco hundido y en un remanso esperó con tranquilidad que la tormenta pasara.
MORALEJA: Hazlo por ti. No dejes que te lleve la corriente.