Yo me sumo a la mayoría; no sé si algún día volveré por ese camping, pero desde luego en temporada alta ni hablar. Después de haber preguntado por teléfono a primera hora de la mañana si había problema para coger parcela (no hice reserva porque me planteé las vacaciones en plan relajado, si me gustaba un camping me quedaba más días y si no menos), y decirnos que sin problema, llegamos a las 3 de la tarde y nos dicen que no hay. Después de recordarles que me han asegurado que había plazas, hablan con el jefe y misteriosamente me dicen que hay una parcela libre, pero que es para tiendas y no cabe una caravana. Voy a verla (en la otra punta del camping) y cabe la caravana (entonces tenía una 420), el toldo y el coche, un poco justo pero cabe, y en las otras siete parcelas de esa calle, de la misma medida, había 6 caravanas y un carro tienda. Eso sí, costó un poco llevar la caravana hasta la parcela, el camping está aprovechado hasta el límite, en cualquier esquina te encontrabas una tienda con los vientos casi en la calle porque no cabe de otra manera, y los coches aparcados en la calle porque en muchas parcelas no caben.
La piscina como te han dicho, es una alberca grande con muchas columnas dentro para soportar el tobogán,para usar éste hay que comprar tickets, y hace falta gorro de baño. En los servicios tienes que mirar a qué horas vas a ducharte, si no puedes coger unas colas estupendas. Para vaciar el water químico tenías que andar un rato si estabas al final del camping como yo.
La primera noche, que estaba en el toldo leyendo, veo alguien entre las caravanas, voy a ver, y era un guarda comprobando matrícula por matrícula de los coches, para ver si corresponde con la que has dado al entrar, y mirando que no te pases ni un centímetro de tu parcela, que por cierto, sólo está marcada por las esquinas. También te dan una placa que tienes que colgar en la caravana con el número de la parcela.
La parte buena: Bayona es un encanto, y si te metes por callecitas, se come barato y muy, muy bien. Prueba el requesón, convencí a mi sobrina de once años para que lo probara y un año después sigue acordándose de lo bueno que estaba.
En fin: con la mitad de gente que meten allí en temporada alta, sería un cámping estupendo. Lo peor para mi fue la sensación de amontonamiento; lo de tanta regla (placa, matrículas,gorro,etc..) me imagino que será porque con tanta gente es la única manera de controlar un poco el tema.