Bueno, pues de momento seguimos sin AC. La semana pasada vimos 3: una Enalgh Slim del año 2003 con 56.000km en un concesionario, la Moncayo que os puse más arriba, algo más nueva pero con más kilómetros y sólo 110CV, y una Challenger del 2002 (creo recordar) con 105.000 km. La Enalgh Slim estaba muy bien por dentro, pero se nos iba de presupuesto, pues a los 25.500€ que pedían había que añadir cambio de colchón y, seguramente, tapizado nuevo más algunos retoques. La verdad es que mentalmente la descartamos, pensando que no nos encajaría. De las otras dos, la Challenger tenía pequeñas grietas en casi todas las ventanas, y aunque nos la rebajaban de 26.000 a 25.000€ no quisimos darle más vueltas. La Moncayo, a priori, era la que tenía más números, pero el estado en que estaba, un par de grietas y que sólo tenía 110CV nos hizo descartarla.
El lunes llegó la sorpresa: nos llaman del concesionario donde tenían la Enalgh y nos dicen que el dueño tiene prisa en venderla, y nos la ofrecen por 22.500€ con un año de garantía mecánica y un año de garantía de estanqueidad. Después de hablar mucho, mirar cincuenta mil anuncios, etcétera, etcétera, quedamos que nos la guarden hasta hoy, sábado, cuando podíamos volver a verla con más detenimiento. Mientras tanto, para no comernos las uñas, preparamos una lista de más de 40 ítems que queremos revisar, desde comprobar que no hubiera grietas en las ventanas hasta montar la cama del salón, por poner un ejemplo.
Y al final hemos decidido que se la vendan a otro. El interior seguía estando en muy buen estado, exceptuando el tapizado y alguna pequeña tontería, pero los bajos ya eran otra cosa. Nos hemos metido debajo, literalmente, pues nos daba la sensación de que las esquinas traseras habían tenido algún tipo de reparación, y Xavier ha empezado a tocar maderas que, en algún punto, casi se deshacían en las manos. En uno de los bajos, incluso, habían unos pequeños hongos (pets de llop, le llamamos aquí), de unos 5mm de diámetro, que digo yo que no debe ser muy normal, pero a lo mejor puedo patentar el sistema si consigo que crezcan rovellons (níscalos), jajaja.
Bueno, pues después de la decepción, nos tocará esperar a la Fira. Hemos pensado preparar unas tarjetas, a modo de tarjeta de visita, con nuestros datos de contacto y la auto que queremos, y repartirlas en los concesionarios para que nos avisen si les entra alguna auto potable. Y paciencia, mucha paciencia.