Hola amigos,
Este es nuestro segundo año con caravana. El año pasado nos hicimos Suiza, Alemania, Bélgica y Francia y este año me planteé llegar a Sarajevo.
El equipo lo formamos yo con mi Hobby 545 KMF tirada por mi Range Rover y la autocaravana Moncayo de mi cuñada. Nuestra filosofía de viaje es simple: elegimos los puntos donde vamos a parar, para estar de 2 a 7 dias y ver la zona y unimos esos puntos en el menor tiempo posible. De media estamos haciendo unos 600 kms por día. De esa forma, nos plantamos en Venecia en tres días desde Madrid.
Un aspecto que hemos cambiado este viaje, a la vuelta, es que ya hemos decidido no buscar campings de paso si no es indispensable. Se pierde muchísimo tiempo, normalmente hay que desviarse bastante y a veces te llevas la desagradable sorpresa de que están llenos aunque te hayan dicho que no hay problema...
La Ida.
Arrancamos desde Madrid bien temprano y llegamos a Gerona por la tarde. Nos alojamos en un pequeño camping y al día siguiente continuamos hacia Italia. Las autopistas francesas, como ya sabéis son carísimas, pero están muy bien cuidadas y tiene unas maravillosas áreas de descanso. Nuestra filosofía es no parar en los restaurantes, ya que preferimos comer comida de calidad que llevamos en la caravana. En total somos 4 y llevamos dos neveras grandes.
Debido a que los campings no suelen reservar si no vas a estar al menos una semana, lo que hacía era llamar sobre la hora de la comida al camping que más nos encajaba por posición. La segunda noche dormimos en Niza, en un camping donde fueron terriblemente amables y cooperadores a pesar de llegar cerca de las 9 de la noche. Pero tuvimos que atravesar Niza para entrar y para salir.
El tercer día llegamos a nuestro destino para esa semana, el camping Tahiti en la región de Ferrara, un camping de playa con muchos servicios (tres piscinas, animadores, etc.) y que está a unos 80 kms al sur de Venecia. Llevamos tres perros y la sorpresa que nos encontramos es que a pesar de no indicarlo por ningún lado, ¡no admiten perros en temporada alta! El camping estaba reservado y con reserva de 200 euros. Nos ofrecen devolvernos la reserva, pero no hay forma de que admitan a los perros, así que visto que los campings buenos de los alrededores están a reventar, no me queda otra que buscarme un hotel de perros y dejar a los pobres allí durante los 7 días.
Una de las cosas que me gusta de llevar caravana es que esta la dejas en el camping y te puedes mover con libertad con el coche. A menos de una hora en coche del camping teníamos Módena (Ferrari), Bologna (Ducati), Santa Agatha de Bolognese (Lamborghini), Venecia... Como podéis imaginar, no nos aburrimos esa semana. Un consejo de esa semana: si os gusta el motor, no dejéis de visitar los museos y exposiciones de los fabricantes Italianos.
Después de una semana partimos hacia Croacia. La idea era hacer un día de pocos kilómetros, llegar a la frontera con Eslovenia, visitar la zona boscosa con sus pueblitos perdidos en la montaña y entrar en Croacia y llegar hasta un camping en la costa, en Rijeka. Pero ese día todo iba a salir mal. Llegamos a Venecia (1 hora) y me dispuse a tomar la autopista que lleva a la frontera con Eslovenia, hasta Trieste. Ese día (domingo) los cachondos de los italianos, decidieron hacer obra en la autopista. Pero no cortaron un carril, no cortaron dos carriles... ¡cerraron la autopista! Las indicaciones eran inexistentes. Centenares de coches perdidos por todos los lados, la única alternativa era una pequeña carretera comarcal que atravesaba un millón de pueblos. No apareció ni un policía. Los semáforos de los pueblos generaban 30 o 40 kms de atascos... Imaginaos lo que son capaces de hacer los italianos en esa situación... Coches en dirección contraria, te intentaban echar de la carretera... dantesco. Fueron 140 kms. Tardamos 9 horas y llegamos a Eslovenia.
Al llegar por autopista, hay que comprar una pegatina parecida a la Suiza que te permite circular por la autopista todo el año. Atravesamos el país sin parar. Por cierto, la autopista hacia el sur no esta terminada y hay que recorrer unos 50 kms por carretera de montaña estrecha y con mucho tráfico y lo peor... ¡Llena de italianos!
Llegamos a Croacia, nos desviamos a Rijeka, a la costa, llevábamos poco mas de 300 kms y habíamos tardado más de 12 horas... y cuando llegamos al maldito camping de Rijeka... ¡estaba lleno! Había hablado por teléfono con el encargado a la hora de la comida y me había dicho que no había problema, que había plazas libres... Eran las 11 de la noche, estábamos exhaustos, sin cenar y metidos entre una montaña y el mar en Rijeka. Para volver a la autopista había que serpentear por una carretera de playa llena de curvas, casas, turistas y coches durante una hora más aproximadamente, de manera que decidimos improvisar y acabamos acoplándonos en un aparcamiento a pasar la noche. Desde ese momento decidimos que no íbamos a volver a buscar campings de paso. Tanto mi cuñada en la autocaravana, como nosotros en la Hobby las tenemos equipadas con baterías, depósitos, inversores, etc, de forma que tenemos autonomía completa para poder parar en cualquier lado.
Al día siguiente salimos hacia Dubrovnik. Teníamos que hacer unos 300 kms de autopista y luego unos 180 de carretera de montaña. La autopista que atraviesa Croacia es simplemente maravillosa. Recién construida, atraviesa Croacia muy cerca del mar Adriático. Los paisajes son de quedarse sin habla. La costa croata está salpicada por 1151 islas que se van viendo desde la carretera. Son como trozos de montaña sumergidos en el mar. Es increíble. Cuando se acaba la autopista, quedan unas 3-4 horas hasta Dubrovnik por la típica carretera de montaña que en general está bien, atraviesa bastantes pueblecitos y es muy bonita. Hay miles de puestos de fruta donde la gente es muy amable y si no has cambiado Kunas, te aceptan euros. La fruta y la miel es deliciosa. Esta carretera y la entrada en Dubrovnik es un espectáculo difícil de olvidar. Hay muchos sitios donde parar para hacer fotos.
Llegamos al camping, que teníamos reservado. Es de la cadena Valamar que tiene 5 o 6 campings en Croacia y varios hoteles. El camping era magnífico, tenía hasta zona para lavar a los perros, los coches, supermercado, acceso directo a dos playas, piscina, etc. Y el personal del camping hablaba 5 o 6 idiomas..., eran extremadamente educados y hacían todo lo posible por ayudar. Wifi gratis en las parcelas... Vamos, igual que en Epaña (nótese la ironía)
No me voy a extender con Dubrovnik, no pretendo escribir una guía de viaje. La ciudad es increíblemente bonita, quizá la más bonita que he visto nunca. Está cuidada hasta el extremo. Por algo recibe el sobrenombre de "La perla del Adriático". El paseo por la muralla que rodea la ciudad vieja es obligado, pero si vais en verano, empezadlo a la s 8 de la mañana u os moriréis de calor. Pasamos una semana y la verdad es que se nos hizo corto. Por cierto, en toda esa zona de Croacia (no visitamos la capital Zagreb) no se veía el más mínimo vestigio de la guerra. Sólo alguna cruz grande y algún monumento de vez en cuando.
Para ir a Sarajevo elegí una ruta de montaña menos transitada, evitando el follón de la carretera de la costa que nos había traído al venir. Craso error. Cuando tras recorrer unos 50 kms llegamos a la frontera, nos tropezamos con los resultados de una guerra absurda: esa frontera sólo permite el paso de los lugareños. Por más que intenté convencer al soldadito de la garita, no hubo manera, fue muy amable, pero no transigió. De forma que tuvimos que dar la vuelta, bajar hasta la costa y coger de nuevo la carretera en dirección al Norte.
El tema de las fronteras con Bosnia es simplemente de locos. Dubrovnik, que está al sur, está aislado del resto de Croacia porque se negoció una salida al mar de Bosnia, de forma que para bajar por Croacia y llegar a una ciudad croata como Dubrovnik, hay que atravesar esa franja de unos 10 kms. En estas fronteras de la costa, si ven que el pasaporte es europeo ni siquiera lo miran, te dan la señal de que sigas. Lo más curioso es que si estás en esa zona de Bosnia que es su salida al mar y quieres ir hacia el interior de Bosnia... ¡tampoco puedes! tienes que volver a entrar en Croacia, y a unos 30 kms ya puedes ir hacia la frontera "principal" de este lado del país.
Los bosnios son gente muy amable, pero en esta frontera se lo toman con calma, te piden los pasaportes, la carta verde del seguro (importantísima, no vale el recibo del seguro) y eso hace que el paso por la frontera se demore de media hora a una hora.
Una vez en Bosnia, vemos que esto ya no es Croacia. Dejamos la espectacular costa croata y nos sumergimos en los no menos impresionantes Balcanes. Con unos ríos increíbles... y donde ya desde el primer momento se ven los claros signos de la guerra: multitud de casas destruidas, cementerios enormes construidos deprisa (todas las tumbas idénticas, sencillas). Un detalle curioso es que los cementerios musulmanes estaban separados de los cristianos...
Llegamos a Mostar y pasamos por lo que hace no mucho era la base española de las fuerzas de la ONU, ya completamente abandonada. Parecía el decorado de la película Mad Max... Por el camino del río, subimos hasta Jablanica. Todo este enclave fue el escenario de multitud de combates en los 90 y las huellas no se han borrado. La gente reconstruye las casas como puede, pero se nota una evidente falta de recursos económicos. Nada que ver con Croacia.
Comimos en un curioso restaurante de carretera que a su vez era carnicería. Un sitio realmente peculiar, tenía hasta una zona Chill out excavada en la roca, al lado del rio. Ensaladas, bebidas y dos parrilladas de carne buenísimas, 11 euros al cambio, 4 personas... y la gasolina a 1,19 euros el litro...
Y tras unas 4 horas de viaje para 200 kms, llegamos a Sarajevo. No me extenderé, pero no puedo olvidar la emoción de llegar a una ciudad que ha significado tantas cosas en el siglo pasado: aquí se produce el asesinato de Archiduque de Austria que hizo detonar la Primera Guerra Mundial, pero sobretodo, el asedio de 3 años al que la ciudad fue sometida por los serbios y que provocó miles de muertos. La ciudad ahora es un mosaico de contrastes, con edificios de vanguardia al lado de otros abandonados y ametrallados. La mayoría de los edificios de sarajevo muestras agujeros de bala... es tremendo.
Dicen que en esta ciudad empieza Europa del Este, que es la unión entre todas las culturas, y eso se percibe sin dudarlo. Mezquitas al lado de catedrales así lo dejan ver.
La vuelta fue más triste: se acababan las vacaciones. Decidimos dormir al norte de Croacia, y paramos en un mirador espectacular en la isla de KRK justo nada más pasar el puente de peaje. Despertarte por la mañana, y desayunar con esa vista de más de 50 kms de costa bañada por el Adriático... Soberbio.
Para no hacer toda la vuelta a España del tirón, habíamos planeado pasar un par de días en Milán, a donde llegamos sin contratiempos al día siguiente. Elegimos un pequeño pero curioso camping familiar a unos 40 kms de Milán en el que estuvimos muy confortables los dos días, aunque las parcelas eran un poco pequeñas.
Acabado Milán, tomamos rumbo a Francia, pero aprovechando que estábamos en la autopista de montaña, la que va de Turín a Lyon, al pasar la frontera francesa nos salimos de la autopista y decidimos subirnos unos Coll (picos) y llegar a Alpe D'Huez. Fue una mala idea. Los frenos de la Hobby parecía que iban a arder. Tuvimos que parar varias veces y se acabaron fundiendo y perdiendo los embellecedores de plástico...
Esa noche dormimos en un área de servicio francesa, que tenía cambio de aguas, supermercado, etc. La verdad es que no echamos nada de menos entrar en un camping, con la comodidad que supone no tener que desviarse ni montar y desmontar nada.
Al día siguiente tiramos rumbo a España y al pasar Barcelona paramos a pasar la noche en una increíble area de descanso en la AP7, justo un par de kms antes del desvio de la AP2 hacia Lérida. Un paraje muy bonito, todo muy cuidado, parking reservado para caravanas, etc.
Y colorín colorado... El viaje se ha acabado. Ha sido espectacular. Lo hemos pasado de cine y al igual que el año pasado, de lo único que me arrepiento es de no haberme comprado la caravana 20 años antes...
Si queréis repetir la experiencia, por aquí me tenéis para aconsejaos sobre todo lo que os podéis encontrar.
¡OS LO RECOMIENDO!
Este es nuestro segundo año con caravana. El año pasado nos hicimos Suiza, Alemania, Bélgica y Francia y este año me planteé llegar a Sarajevo.
El equipo lo formamos yo con mi Hobby 545 KMF tirada por mi Range Rover y la autocaravana Moncayo de mi cuñada. Nuestra filosofía de viaje es simple: elegimos los puntos donde vamos a parar, para estar de 2 a 7 dias y ver la zona y unimos esos puntos en el menor tiempo posible. De media estamos haciendo unos 600 kms por día. De esa forma, nos plantamos en Venecia en tres días desde Madrid.
Un aspecto que hemos cambiado este viaje, a la vuelta, es que ya hemos decidido no buscar campings de paso si no es indispensable. Se pierde muchísimo tiempo, normalmente hay que desviarse bastante y a veces te llevas la desagradable sorpresa de que están llenos aunque te hayan dicho que no hay problema...
La Ida.
Arrancamos desde Madrid bien temprano y llegamos a Gerona por la tarde. Nos alojamos en un pequeño camping y al día siguiente continuamos hacia Italia. Las autopistas francesas, como ya sabéis son carísimas, pero están muy bien cuidadas y tiene unas maravillosas áreas de descanso. Nuestra filosofía es no parar en los restaurantes, ya que preferimos comer comida de calidad que llevamos en la caravana. En total somos 4 y llevamos dos neveras grandes.
Debido a que los campings no suelen reservar si no vas a estar al menos una semana, lo que hacía era llamar sobre la hora de la comida al camping que más nos encajaba por posición. La segunda noche dormimos en Niza, en un camping donde fueron terriblemente amables y cooperadores a pesar de llegar cerca de las 9 de la noche. Pero tuvimos que atravesar Niza para entrar y para salir.
El tercer día llegamos a nuestro destino para esa semana, el camping Tahiti en la región de Ferrara, un camping de playa con muchos servicios (tres piscinas, animadores, etc.) y que está a unos 80 kms al sur de Venecia. Llevamos tres perros y la sorpresa que nos encontramos es que a pesar de no indicarlo por ningún lado, ¡no admiten perros en temporada alta! El camping estaba reservado y con reserva de 200 euros. Nos ofrecen devolvernos la reserva, pero no hay forma de que admitan a los perros, así que visto que los campings buenos de los alrededores están a reventar, no me queda otra que buscarme un hotel de perros y dejar a los pobres allí durante los 7 días.
Una de las cosas que me gusta de llevar caravana es que esta la dejas en el camping y te puedes mover con libertad con el coche. A menos de una hora en coche del camping teníamos Módena (Ferrari), Bologna (Ducati), Santa Agatha de Bolognese (Lamborghini), Venecia... Como podéis imaginar, no nos aburrimos esa semana. Un consejo de esa semana: si os gusta el motor, no dejéis de visitar los museos y exposiciones de los fabricantes Italianos.
Después de una semana partimos hacia Croacia. La idea era hacer un día de pocos kilómetros, llegar a la frontera con Eslovenia, visitar la zona boscosa con sus pueblitos perdidos en la montaña y entrar en Croacia y llegar hasta un camping en la costa, en Rijeka. Pero ese día todo iba a salir mal. Llegamos a Venecia (1 hora) y me dispuse a tomar la autopista que lleva a la frontera con Eslovenia, hasta Trieste. Ese día (domingo) los cachondos de los italianos, decidieron hacer obra en la autopista. Pero no cortaron un carril, no cortaron dos carriles... ¡cerraron la autopista! Las indicaciones eran inexistentes. Centenares de coches perdidos por todos los lados, la única alternativa era una pequeña carretera comarcal que atravesaba un millón de pueblos. No apareció ni un policía. Los semáforos de los pueblos generaban 30 o 40 kms de atascos... Imaginaos lo que son capaces de hacer los italianos en esa situación... Coches en dirección contraria, te intentaban echar de la carretera... dantesco. Fueron 140 kms. Tardamos 9 horas y llegamos a Eslovenia.
Al llegar por autopista, hay que comprar una pegatina parecida a la Suiza que te permite circular por la autopista todo el año. Atravesamos el país sin parar. Por cierto, la autopista hacia el sur no esta terminada y hay que recorrer unos 50 kms por carretera de montaña estrecha y con mucho tráfico y lo peor... ¡Llena de italianos!
Llegamos a Croacia, nos desviamos a Rijeka, a la costa, llevábamos poco mas de 300 kms y habíamos tardado más de 12 horas... y cuando llegamos al maldito camping de Rijeka... ¡estaba lleno! Había hablado por teléfono con el encargado a la hora de la comida y me había dicho que no había problema, que había plazas libres... Eran las 11 de la noche, estábamos exhaustos, sin cenar y metidos entre una montaña y el mar en Rijeka. Para volver a la autopista había que serpentear por una carretera de playa llena de curvas, casas, turistas y coches durante una hora más aproximadamente, de manera que decidimos improvisar y acabamos acoplándonos en un aparcamiento a pasar la noche. Desde ese momento decidimos que no íbamos a volver a buscar campings de paso. Tanto mi cuñada en la autocaravana, como nosotros en la Hobby las tenemos equipadas con baterías, depósitos, inversores, etc, de forma que tenemos autonomía completa para poder parar en cualquier lado.
Al día siguiente salimos hacia Dubrovnik. Teníamos que hacer unos 300 kms de autopista y luego unos 180 de carretera de montaña. La autopista que atraviesa Croacia es simplemente maravillosa. Recién construida, atraviesa Croacia muy cerca del mar Adriático. Los paisajes son de quedarse sin habla. La costa croata está salpicada por 1151 islas que se van viendo desde la carretera. Son como trozos de montaña sumergidos en el mar. Es increíble. Cuando se acaba la autopista, quedan unas 3-4 horas hasta Dubrovnik por la típica carretera de montaña que en general está bien, atraviesa bastantes pueblecitos y es muy bonita. Hay miles de puestos de fruta donde la gente es muy amable y si no has cambiado Kunas, te aceptan euros. La fruta y la miel es deliciosa. Esta carretera y la entrada en Dubrovnik es un espectáculo difícil de olvidar. Hay muchos sitios donde parar para hacer fotos.
Llegamos al camping, que teníamos reservado. Es de la cadena Valamar que tiene 5 o 6 campings en Croacia y varios hoteles. El camping era magnífico, tenía hasta zona para lavar a los perros, los coches, supermercado, acceso directo a dos playas, piscina, etc. Y el personal del camping hablaba 5 o 6 idiomas..., eran extremadamente educados y hacían todo lo posible por ayudar. Wifi gratis en las parcelas... Vamos, igual que en Epaña (nótese la ironía)
No me voy a extender con Dubrovnik, no pretendo escribir una guía de viaje. La ciudad es increíblemente bonita, quizá la más bonita que he visto nunca. Está cuidada hasta el extremo. Por algo recibe el sobrenombre de "La perla del Adriático". El paseo por la muralla que rodea la ciudad vieja es obligado, pero si vais en verano, empezadlo a la s 8 de la mañana u os moriréis de calor. Pasamos una semana y la verdad es que se nos hizo corto. Por cierto, en toda esa zona de Croacia (no visitamos la capital Zagreb) no se veía el más mínimo vestigio de la guerra. Sólo alguna cruz grande y algún monumento de vez en cuando.
Para ir a Sarajevo elegí una ruta de montaña menos transitada, evitando el follón de la carretera de la costa que nos había traído al venir. Craso error. Cuando tras recorrer unos 50 kms llegamos a la frontera, nos tropezamos con los resultados de una guerra absurda: esa frontera sólo permite el paso de los lugareños. Por más que intenté convencer al soldadito de la garita, no hubo manera, fue muy amable, pero no transigió. De forma que tuvimos que dar la vuelta, bajar hasta la costa y coger de nuevo la carretera en dirección al Norte.
El tema de las fronteras con Bosnia es simplemente de locos. Dubrovnik, que está al sur, está aislado del resto de Croacia porque se negoció una salida al mar de Bosnia, de forma que para bajar por Croacia y llegar a una ciudad croata como Dubrovnik, hay que atravesar esa franja de unos 10 kms. En estas fronteras de la costa, si ven que el pasaporte es europeo ni siquiera lo miran, te dan la señal de que sigas. Lo más curioso es que si estás en esa zona de Bosnia que es su salida al mar y quieres ir hacia el interior de Bosnia... ¡tampoco puedes! tienes que volver a entrar en Croacia, y a unos 30 kms ya puedes ir hacia la frontera "principal" de este lado del país.
Los bosnios son gente muy amable, pero en esta frontera se lo toman con calma, te piden los pasaportes, la carta verde del seguro (importantísima, no vale el recibo del seguro) y eso hace que el paso por la frontera se demore de media hora a una hora.
Una vez en Bosnia, vemos que esto ya no es Croacia. Dejamos la espectacular costa croata y nos sumergimos en los no menos impresionantes Balcanes. Con unos ríos increíbles... y donde ya desde el primer momento se ven los claros signos de la guerra: multitud de casas destruidas, cementerios enormes construidos deprisa (todas las tumbas idénticas, sencillas). Un detalle curioso es que los cementerios musulmanes estaban separados de los cristianos...
Llegamos a Mostar y pasamos por lo que hace no mucho era la base española de las fuerzas de la ONU, ya completamente abandonada. Parecía el decorado de la película Mad Max... Por el camino del río, subimos hasta Jablanica. Todo este enclave fue el escenario de multitud de combates en los 90 y las huellas no se han borrado. La gente reconstruye las casas como puede, pero se nota una evidente falta de recursos económicos. Nada que ver con Croacia.
Comimos en un curioso restaurante de carretera que a su vez era carnicería. Un sitio realmente peculiar, tenía hasta una zona Chill out excavada en la roca, al lado del rio. Ensaladas, bebidas y dos parrilladas de carne buenísimas, 11 euros al cambio, 4 personas... y la gasolina a 1,19 euros el litro...
Y tras unas 4 horas de viaje para 200 kms, llegamos a Sarajevo. No me extenderé, pero no puedo olvidar la emoción de llegar a una ciudad que ha significado tantas cosas en el siglo pasado: aquí se produce el asesinato de Archiduque de Austria que hizo detonar la Primera Guerra Mundial, pero sobretodo, el asedio de 3 años al que la ciudad fue sometida por los serbios y que provocó miles de muertos. La ciudad ahora es un mosaico de contrastes, con edificios de vanguardia al lado de otros abandonados y ametrallados. La mayoría de los edificios de sarajevo muestras agujeros de bala... es tremendo.
Dicen que en esta ciudad empieza Europa del Este, que es la unión entre todas las culturas, y eso se percibe sin dudarlo. Mezquitas al lado de catedrales así lo dejan ver.
La vuelta fue más triste: se acababan las vacaciones. Decidimos dormir al norte de Croacia, y paramos en un mirador espectacular en la isla de KRK justo nada más pasar el puente de peaje. Despertarte por la mañana, y desayunar con esa vista de más de 50 kms de costa bañada por el Adriático... Soberbio.
Para no hacer toda la vuelta a España del tirón, habíamos planeado pasar un par de días en Milán, a donde llegamos sin contratiempos al día siguiente. Elegimos un pequeño pero curioso camping familiar a unos 40 kms de Milán en el que estuvimos muy confortables los dos días, aunque las parcelas eran un poco pequeñas.
Acabado Milán, tomamos rumbo a Francia, pero aprovechando que estábamos en la autopista de montaña, la que va de Turín a Lyon, al pasar la frontera francesa nos salimos de la autopista y decidimos subirnos unos Coll (picos) y llegar a Alpe D'Huez. Fue una mala idea. Los frenos de la Hobby parecía que iban a arder. Tuvimos que parar varias veces y se acabaron fundiendo y perdiendo los embellecedores de plástico...
Esa noche dormimos en un área de servicio francesa, que tenía cambio de aguas, supermercado, etc. La verdad es que no echamos nada de menos entrar en un camping, con la comodidad que supone no tener que desviarse ni montar y desmontar nada.
Al día siguiente tiramos rumbo a España y al pasar Barcelona paramos a pasar la noche en una increíble area de descanso en la AP7, justo un par de kms antes del desvio de la AP2 hacia Lérida. Un paraje muy bonito, todo muy cuidado, parking reservado para caravanas, etc.
Y colorín colorado... El viaje se ha acabado. Ha sido espectacular. Lo hemos pasado de cine y al igual que el año pasado, de lo único que me arrepiento es de no haberme comprado la caravana 20 años antes...
Si queréis repetir la experiencia, por aquí me tenéis para aconsejaos sobre todo lo que os podéis encontrar.
¡OS LO RECOMIENDO!