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Tenerife dispone de un amplio número de zonas de acampada homologadas que sólo requieren de la presentación de un impreso de solicitud para su uso. La crisis ha rebajado la petición de plazas, pero los atractivos son múltiples.
Los múltiples atractivos naturales de Tenerife se pueden disfrutar de muchas maneras. Una de las más arraigadas es la acampada. Si bien el número de zonas permitidas se ha reducido para minimizar riesgos, como incendios y otros, esta práctica sigue teniendo muchos adeptos que, en grupos organizados, mediante empresas especializadas, administraciones o de forma particular (que suele ser lo mayoritario), viven días y noches de contacto directo con la naturaleza y con rincones de gran belleza, sosiego y desconexión del mundanal ritmo urbano.
Tras polémicas por la proliferación de acampadas en ciertos lugares, y si bien siguen produciéndose en numerosas zonas por falta de control y sin que ocurran males mayores, el Cabildo oferta una atractivo listado de zonas homologadas y permitidas en la corona forestal (normalmente con servicios, duchas, agua, mesas para comer, aparcamiento...), ya que en la costa están prohibidas. Para su uso, sólo hay que presentar el correspondiente impreso de solicitud, opción que se puede cumplir de forma instantánea mediante el sitio web insular, si bien las de parcelas privadas se puede hacer mediante formulario y presentarlo 30 días antes.
Entre esos parajes destaca el de Arenas Negras, en el monte de Garachico, un lugar emblemático marcado por la lava del volcán Chinyero (1909), el más reciente en Tenerife. Se trata de un espacio de unos 9.000 metros cuadrados con capacidad de acampada para 50 personas, según el Cabildo.
Otro sitio muy conocido es el parque recreativo de Chío, en Guía de Isora, que ofrece unos 20.000 metros y 150 plazas. Además, destaca la zona icodense de El Lagar, habilitada para unos 30 campistas y de 5.800 metros; la de Las Hayas, en el mismo municipio y con 500 metros y capacidad para 10 personas, así como la Fuente del Llano, en Arico, con capacidad para cien personas y que ocupa 17.500. Además, se dispone de la Fuente de Pedro, en San Juan de la Rambla, área preparada para 150 personas y con una superficie de 10.000 metros. Este municipio cuenta también con La Tahona, pequeña zona para 10 campistas y 400 metros.
La oferta se completa con La Caldera, célebre área recreativa de La Orotava, que se enriquece con áreas cercanas como la de Chimoche. En este caso, el espacio ocupado es de unos 10.000 metros y la capacidad, para 50 personas.
Vilaflor enriquece las opciones con la famosa zona de las Lajas, situada junto a la carretera que sube a Las Cañadas y el Teide, con 5.000 metros de espacio y capacidad para 30 campistas. Por supuesto, no puede faltar Las raíces, lugar emblemático de La Esperanza (El Rosario), muy utilizado por vecinos del área metropolitana y con la misma capacidad: 30 personas en una superficie de 5.000 metros. Asimismo, se cuenta con los Pedregales, en Buenavista, espacio de 15.000 metros y 50 plazas permitidas; San José de Los Llanos, en el tanque, con 30 puestos y 13.00 metros, y Ramón El Caminero, en La Orotava, junto a la carretera que sube a Las cañadas. En este caso, la capacidad es de 50 personas para unos 5.000 metros cuadrados.
Las acampadas regladas no pueden exceder de 7 noches y se dividen en tres: la reducida, con un máximo de 3 tiendas de campaña o albergues móviles para 10 personas; la colectiva, que es igual a la anterior, pero permitida sólo en zonas que la capacidad lo permita, y la de travesía, consistente en itinerarios a pie por pistas o senderos durante varias jornadas, con grupos de no más de 2 personas limitadas a la noche.
El Cabildo prohibe que se alteren las zonas de acampada, se haga fuego, se usen motores o sonidos que molesten a las aves, entre otras múltiples normas y limitaciones.
publicado en: http://www.eldia.es
Los múltiples atractivos naturales de Tenerife se pueden disfrutar de muchas maneras. Una de las más arraigadas es la acampada. Si bien el número de zonas permitidas se ha reducido para minimizar riesgos, como incendios y otros, esta práctica sigue teniendo muchos adeptos que, en grupos organizados, mediante empresas especializadas, administraciones o de forma particular (que suele ser lo mayoritario), viven días y noches de contacto directo con la naturaleza y con rincones de gran belleza, sosiego y desconexión del mundanal ritmo urbano.
Tras polémicas por la proliferación de acampadas en ciertos lugares, y si bien siguen produciéndose en numerosas zonas por falta de control y sin que ocurran males mayores, el Cabildo oferta una atractivo listado de zonas homologadas y permitidas en la corona forestal (normalmente con servicios, duchas, agua, mesas para comer, aparcamiento...), ya que en la costa están prohibidas. Para su uso, sólo hay que presentar el correspondiente impreso de solicitud, opción que se puede cumplir de forma instantánea mediante el sitio web insular, si bien las de parcelas privadas se puede hacer mediante formulario y presentarlo 30 días antes.
Entre esos parajes destaca el de Arenas Negras, en el monte de Garachico, un lugar emblemático marcado por la lava del volcán Chinyero (1909), el más reciente en Tenerife. Se trata de un espacio de unos 9.000 metros cuadrados con capacidad de acampada para 50 personas, según el Cabildo.
Otro sitio muy conocido es el parque recreativo de Chío, en Guía de Isora, que ofrece unos 20.000 metros y 150 plazas. Además, destaca la zona icodense de El Lagar, habilitada para unos 30 campistas y de 5.800 metros; la de Las Hayas, en el mismo municipio y con 500 metros y capacidad para 10 personas, así como la Fuente del Llano, en Arico, con capacidad para cien personas y que ocupa 17.500. Además, se dispone de la Fuente de Pedro, en San Juan de la Rambla, área preparada para 150 personas y con una superficie de 10.000 metros. Este municipio cuenta también con La Tahona, pequeña zona para 10 campistas y 400 metros.
La oferta se completa con La Caldera, célebre área recreativa de La Orotava, que se enriquece con áreas cercanas como la de Chimoche. En este caso, el espacio ocupado es de unos 10.000 metros y la capacidad, para 50 personas.
Vilaflor enriquece las opciones con la famosa zona de las Lajas, situada junto a la carretera que sube a Las Cañadas y el Teide, con 5.000 metros de espacio y capacidad para 30 campistas. Por supuesto, no puede faltar Las raíces, lugar emblemático de La Esperanza (El Rosario), muy utilizado por vecinos del área metropolitana y con la misma capacidad: 30 personas en una superficie de 5.000 metros. Asimismo, se cuenta con los Pedregales, en Buenavista, espacio de 15.000 metros y 50 plazas permitidas; San José de Los Llanos, en el tanque, con 30 puestos y 13.00 metros, y Ramón El Caminero, en La Orotava, junto a la carretera que sube a Las cañadas. En este caso, la capacidad es de 50 personas para unos 5.000 metros cuadrados.
Las acampadas regladas no pueden exceder de 7 noches y se dividen en tres: la reducida, con un máximo de 3 tiendas de campaña o albergues móviles para 10 personas; la colectiva, que es igual a la anterior, pero permitida sólo en zonas que la capacidad lo permita, y la de travesía, consistente en itinerarios a pie por pistas o senderos durante varias jornadas, con grupos de no más de 2 personas limitadas a la noche.
El Cabildo prohibe que se alteren las zonas de acampada, se haga fuego, se usen motores o sonidos que molesten a las aves, entre otras múltiples normas y limitaciones.
publicado en: http://www.eldia.es