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En el parking de autocaravanas de Berio, en San Sebastián, es difícil ver una matrícula que no sea extranjera. Una de las escasas excepciones son Antonio Jiménez y Cristina García, atareados con la limpieza de su vehículo. Estos madrileños viajan en un vehículo de grandes dimensiones y con un interior más impresionante aún. Depósitos de almacenamiento de aguas, placas solares para la electricidad, un contenedor con agua suficiente para varios días, bombonas de propano, camas, nevera, un horno y, en los laterales, un pequeño almacén. Una pequeña casa pero con grandes comodidades para pasar unas buenas vacaciones.
Llevan ya varios años parando su autocaravana en este área de servicio de vuelta de su viaje por Europa porque como cuenta Antonio, «venimos desde Francia y esta parada es muy buena antes de llegar a Madrid. Está en un sitio muy bonito y tranquilo, rodeado de vegetación y con buenas comunicaciones con el centro».
Después de visitar varios países aseguran que las áreas de servicio son mejores que las de aquí y, sobre todo más abundantes. «En otros sitios de España pasa como pasaba en San Sebastián hace algunos años, que llegas y tienes que quedarte en la calle y buscarte la vida para cargar y descargar los depósitos», asegura Antonio.
Barato pero incómodo
Aunque la pareja coincide en que el área de Donostia, en la que hay que pagar seis euros por día y por vehículo, es muy buena, le ven un pequeño problema: «El estacionamiento no nos parece caro, pero la forma de pago es bastante incómoda. Tienes que pagar cuando estacionas el vehículo y volver a pagar a la misma hora del día siguiente. Nosotros llegamos a las cuatro de la tarde y a esa misma hora un día después estábamos en el cine. No íbamos a regresar para volver a pagar por otras 24 horas... Pero teníamos que haberlo hecho, porque cuando volvimos nos encontramos con una multa. Lo mejor sería pagar por pernoctación, como hacen en otros lugares, al anochecer».
Después de mostrar la que considera su segunda casa, Cristina cuenta que lo mejor de viajar en autocaravana es que «te permite un contacto directo con la naturaleza, conoces a gente nueva y tienes libertad para ir donde quieras. Tenemos una ruta fijada, pero la podemos cambiar cuando queramos», asegura. Mantener una autocaravana puede llegar a costar mucho dinero, pero según Antonio, «todo depende de lo que la uses y cómo la uses. Un garaje en Madrid cuesta unos 1.000 euros al año, pero hay gente que prefiere dejarla en la calle. Si vas de vacaciones puedes estacionar en lugares como éste o en un camping, pero ahí ya te dejas más dinero».
Desde Inglaterra en camper
Orla Spollen y Michael Delaney vinieron desde Inglaterra en una furgoneta que responde a la tipología de la camper pero, tal como sucede en muchos casos, no salió acondicionada de fábrica sino que ha sido completamente equipada por Michael. «Es fácil vivir en un espacio tan pequeño como éste, porque está todo muy bien organizado y sabes en todo momento dónde está cada cosa», asegura Orla.
Eligieron San Sebastián porque les parecía un magnífico lugar con playa y montaña, pero quieren visitar también otros lugares del norte. Para ellos lo mejor de viajar en una furgoneta equipada es poder visitar varios lugares «sin preocuparte de si encontrarás un lugar para dormir». «Conocer a gente en las áreas de servicio con las que luego haces muchos kilómetros juntos» es, a juicio de Orla, otra de las ventajas que proporciona esta forma de viajar.
publicado en: diariovasco.com | Ultimas Noticias de Gipuzkoa | Diario de Noticias
Llevan ya varios años parando su autocaravana en este área de servicio de vuelta de su viaje por Europa porque como cuenta Antonio, «venimos desde Francia y esta parada es muy buena antes de llegar a Madrid. Está en un sitio muy bonito y tranquilo, rodeado de vegetación y con buenas comunicaciones con el centro».
Después de visitar varios países aseguran que las áreas de servicio son mejores que las de aquí y, sobre todo más abundantes. «En otros sitios de España pasa como pasaba en San Sebastián hace algunos años, que llegas y tienes que quedarte en la calle y buscarte la vida para cargar y descargar los depósitos», asegura Antonio.
Barato pero incómodo
Aunque la pareja coincide en que el área de Donostia, en la que hay que pagar seis euros por día y por vehículo, es muy buena, le ven un pequeño problema: «El estacionamiento no nos parece caro, pero la forma de pago es bastante incómoda. Tienes que pagar cuando estacionas el vehículo y volver a pagar a la misma hora del día siguiente. Nosotros llegamos a las cuatro de la tarde y a esa misma hora un día después estábamos en el cine. No íbamos a regresar para volver a pagar por otras 24 horas... Pero teníamos que haberlo hecho, porque cuando volvimos nos encontramos con una multa. Lo mejor sería pagar por pernoctación, como hacen en otros lugares, al anochecer».
Después de mostrar la que considera su segunda casa, Cristina cuenta que lo mejor de viajar en autocaravana es que «te permite un contacto directo con la naturaleza, conoces a gente nueva y tienes libertad para ir donde quieras. Tenemos una ruta fijada, pero la podemos cambiar cuando queramos», asegura. Mantener una autocaravana puede llegar a costar mucho dinero, pero según Antonio, «todo depende de lo que la uses y cómo la uses. Un garaje en Madrid cuesta unos 1.000 euros al año, pero hay gente que prefiere dejarla en la calle. Si vas de vacaciones puedes estacionar en lugares como éste o en un camping, pero ahí ya te dejas más dinero».
Desde Inglaterra en camper
Orla Spollen y Michael Delaney vinieron desde Inglaterra en una furgoneta que responde a la tipología de la camper pero, tal como sucede en muchos casos, no salió acondicionada de fábrica sino que ha sido completamente equipada por Michael. «Es fácil vivir en un espacio tan pequeño como éste, porque está todo muy bien organizado y sabes en todo momento dónde está cada cosa», asegura Orla.
Eligieron San Sebastián porque les parecía un magnífico lugar con playa y montaña, pero quieren visitar también otros lugares del norte. Para ellos lo mejor de viajar en una furgoneta equipada es poder visitar varios lugares «sin preocuparte de si encontrarás un lugar para dormir». «Conocer a gente en las áreas de servicio con las que luego haces muchos kilómetros juntos» es, a juicio de Orla, otra de las ventajas que proporciona esta forma de viajar.
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