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Para poder hacer un buen viaje en autocaravana sólo hay una cosa estrictamente necesaria: el gusto por estos viajes. Con esta premisa, este tipo de turismo ofrece el resto. La libertad de movimiento.
Juan Alberto y Victoria son un matrimonio de jubilados que vienen de Gandia y pasan las vacaciones con su autocaravana. Ahora están estacionados en la playa de Santa Pola, pero es la última parada de un largo viaje. "Hemos recorrido media Europa en estos años. Ahora mismo, hace unas semanas, estuvimos en Francia, recorrimos toda la costa mediterránea hasta Italia" comentan.
La afición por esta forma de viajar está más extendida por otros países, aunque en España hay zonas donde está bastante extendida y el número de aficionados sigue en aumento. Cuando hablan de su afición por las autocaravanas, no pueden evitar poner cara de cierto orgullo. Todo son halagos. "Poder disfrutar de esto es una auténtica gozada", es la frase que más repiten.
"La libertad que esto te ofrece no tiene precio. Además, allá donde vayas encuentras autocaravanistas y tienes oportunidad de conocer gente y mundo". Sólo cambian sus semblantes de satisfacción cuando recuerdan los inconvenientes, sobre todo, los que imponen las autoridades en España. Sobre esto, Carlos Reyna, otro aficionado y padre de familia, habla con contundencia. "En el resto de la Europa desarrollada puedes ir tranquilo. Hay muchos lugares equipados para estacionar".
En este país la evolución es menor, "aquí a veces parece que seamos delincuentes, las policías locales de cada pueblo no quieren que acampemos en ningún lugar, aunque sea de forma legal". Por este motivo, en 2006, el Ministerio del Interior y la Dirección General de Tráfico, realizaron una propuesta de actuación para estos turismos, para mejorar la situación. "Llevo fotocopias que entrego a la policía cuando viene para que nos marchemos". Así intenta expandir la ley "a quienes deberían conocerla. La libertad es lo mejor, pero hay que ganársela".
fuente y foto: http://www.lasprovincias.es
Juan Alberto y Victoria son un matrimonio de jubilados que vienen de Gandia y pasan las vacaciones con su autocaravana. Ahora están estacionados en la playa de Santa Pola, pero es la última parada de un largo viaje. "Hemos recorrido media Europa en estos años. Ahora mismo, hace unas semanas, estuvimos en Francia, recorrimos toda la costa mediterránea hasta Italia" comentan.

La afición por esta forma de viajar está más extendida por otros países, aunque en España hay zonas donde está bastante extendida y el número de aficionados sigue en aumento. Cuando hablan de su afición por las autocaravanas, no pueden evitar poner cara de cierto orgullo. Todo son halagos. "Poder disfrutar de esto es una auténtica gozada", es la frase que más repiten.
"La libertad que esto te ofrece no tiene precio. Además, allá donde vayas encuentras autocaravanistas y tienes oportunidad de conocer gente y mundo". Sólo cambian sus semblantes de satisfacción cuando recuerdan los inconvenientes, sobre todo, los que imponen las autoridades en España. Sobre esto, Carlos Reyna, otro aficionado y padre de familia, habla con contundencia. "En el resto de la Europa desarrollada puedes ir tranquilo. Hay muchos lugares equipados para estacionar".
En este país la evolución es menor, "aquí a veces parece que seamos delincuentes, las policías locales de cada pueblo no quieren que acampemos en ningún lugar, aunque sea de forma legal". Por este motivo, en 2006, el Ministerio del Interior y la Dirección General de Tráfico, realizaron una propuesta de actuación para estos turismos, para mejorar la situación. "Llevo fotocopias que entrego a la policía cuando viene para que nos marchemos". Así intenta expandir la ley "a quienes deberían conocerla. La libertad es lo mejor, pero hay que ganársela".
fuente y foto: http://www.lasprovincias.es