Lo cierto es que todos los paises utilizan al automóvil como una herramienta fiscal más. Y una de las más importantes por cierto. Cuando compras un coche pagas IVA e impuesto de matriculación. Sigues pagando, y anualmente, el impuesto de circulación. Y cada vez que lo utilizas, pagas en impuestos algo más del 50% del coste del carburante que utilizas. Sigues pagando tasas en el seguro y en la itv, así como impuestos en todos los gastos derivados del mantenimiento del vehículo, y como no: cuando aparcas en la zona azul y utilizas las vías de peaje. Y así cada uno de los vehículos existentes, que no son precísamente pocos... Todo eso es un chorro de dinero gigantesco que sale del sector del automóvil y va a parar a financiar otros gastos completamente ajenos al mismo.
¿Pagar por usar las carreteras? Por supuesto. Y por beber colacola, y por fumar y por el alcohol y por la electricidad, el agua, el gas y por ganar dinero trabajando y por tener en el banco el dinero ganado, y por herederar los bienes que ganaron tus padres y por los que también pagaron sus impuestos, y por comprar un piso y por venderlo y por todo lo que se les vaya ocurriendo a los políticos. Suerte que apenas tenemos políticos en España, porque si tuvieramos muchos, nos sangrarían...
Y seguirá siendo así mientras que los ciudadanos no protestemos cuando se gastan nuestro dinero.
¿Alguien sabe lo que paga un Ayuntamiento por una señal de tráfico o por un semáforo de esos que tanto abundan por nuestra geografía? ¿Alguien sabe que una señal, un simple disco de chapa pintado (y homologado -que ahí está la trampa-) le cuesta a un ayuntamiento 300 euros? ¿Nadie se ha fijado que en nuestras carreteras no queda un metro de terreno donde no haya una señal, baliza, indicador, etc... mientras que en muchas carreteras alemanas, francesas o nórdicas puedes pasar varios kilómetros sin ver ninguna? ¿Alguien cree que todas esas señales las regalan o caen del cielo...?
Pues no recuerdo a nadie, pero absolutamente nadie, quejándose porque se colocan señales la mitad de las cuales son absolutamente prescindibles. Y mientras los ciudadanos sigan creyendo que el dinero que se gastan los políticos no es nuestro y sigan aplaudiendo porque han colocado cuatro máquinas para hacer ejercicio en un parque público al que no va absolutamente nadie, sin preguntarse cuanto cuesta cada maquinucho ni cuanta gente lo va a utilizar. Mientras la gente siga aplaudiendo el reparto de ayudas y subvenciones, como si el dinero repartido -más el que pierde- no lo tuvieramos que pagar. Mientras la gente no rebele contra la construcción de lineas de alta velocidad que no tienen pasajeros ni contra los aeropuertos que no tienen aviones, mientras no sintamos el dinero público como propio, seguiremos pagando impuestos a diestra y siniestra.
Dicho lo cual, lo mismo me da peaje que viñeta, que barra libre, porque sé que yo voy a acabar pagando los gastos de mi coche y los de otro tío. Yo lo dijo padre a mi madre hace veinticinco años, cuando anosequién se le ocurrió decir que iban a poner un sueldo a las amas de casa. Las alegrías de mi madre se acabaron, cuando -como un jarro de agua fría- mi padre le hizo ver que, él con sus impuestos acabaría pagando el sueldo de mi madre, el de una vecina y el de la persona que tuviera repartir "los dineros".